viernes, 29 de octubre de 2021

Regresan los brujos

Regresan los brujos

El retorno de los brujos (Le Matin des Magiciens) es un conocido libro escrito por Louis Pauwels, en colaboración con Jacques Bergier y subtitulado Una introducción al realismo fantástico, fue publicado en 1960. Los autores elucubraban sobre fenómenos parapsicológicos, civilizaciones desaparecidas, esoterismo y otros temas. Entre los años 1960 a 1970, se vendieron más de dos millones de ejemplares en francés y en otros idiomas. La primera traducción al español se publicó en 1961. Este éxito editorial llevaría a Pauwels y Bergier a editar una revista mensual llamada Planète, de cuyo primer número se publicaron 5000 ejemplares y tuvo cinco reediciones. La revista dejó de publicarse en 1968.

Las reacciones contrarias al libro, fueron resumidas por la Unión Racionalista en la obra colectiva "El ocaso de los brujos" (Le Crépuscule des magiciens). En un artículo de 2004 para la revista Skeptic, Jason Colavito escribió que las evidencias alegadas en el libro acerca de antiguos astronautas, anteriores a las afirmaciones similares de Erich von Däniken, están tan cerca de los cuentos del ciclo de Cthulhu de H. P. Lovecraft que es probable que se inspirasen en ellos.

Aimé Michel (1919- 1992), fue un escritor francés que se especializó en el tema de los objetos voladores no identificados. “Ovnis”, es un acrónimo que le disgustaba, motivo por el cual él prefería usar MOC “Mystérieux Objects Célestes”. Como ensayista de la Revista Planète sería uno de los pensadores más influyentes de Europa sobre el tema.

Aimé Michel nació el 12 de mayo de 1919 en el pueblo de Saint-Vincent-les-Fort, los Alpes franceses. Enfermó de poliomielitis a los cinco años, y debió padecer varias intervenciones quirúrgicas, de éxito traumático. Su cuerpo, contrahecho por la enfermedad, lo condenó a graves limitaciones pero dedicó su vida a las artes y las ciencias. Graduado en filosofía, periodista de radio y televisión y escritor científico, se interesó desde el principio por los informes de “platillos voladores”. 


Jeffrey Kripal lo describría así: “Aimé Michel era una paradoja viviente. Un hombre parecido a un enano jorobado que sufría intensamente a lo largo de toda su vida y describía su cuerpo como ‘la máquina’; pensaba en términos cósmicos y miraba a la humanidad como una especie en transición, evolucionando hacia una identificación espiritual con el universo entero. Michel no fue ufólogo a tiempo completo; fue, ante todo, un gran escritor, y los ovnis fueron, para él, un pretexto para encauzar inquietudes intelectuales.

Con la ayuda de Jacques Bergier, Aime Michel publicaría un libro en 1958 sobre la ola de OVNIs que se produjo en 1954 en Francia, donde propuso las llamadas "alineaciones": líneas rectas que correspondían a grandes círculos trazados y centrados en la tierra. Michel afirmó que los avistamientos de ovnis podrían concentrarse a lo largo de estas líneas de cuadrícula (“ortotenias”) donde se alineaban seis de las nueve observaciones de ovnis citadas en la prensa. 

En 1958, intentando crear un modelo predictivo para los apariciones de ovnis, Michel clavó una chinche en cada punto de observación ocurrida durante la llamada oleada francesa del 54. Así, creyó notar cómo algunos informes se alineaban a lo largo del mismo día. Hasta la pareció descubrir que las intersecciones coincidían con la aparición de “cigarros” verticales. ¿Acaso eran naves madre enviando sondas exploradoras?

La posibilidad de aplicar un análisis matemático a los informes centró su atención en los aterrizajes -muchos años después, clasificados “encuentros cercanos”- y comenzó a formarse en torno a su figura una vasta red internacional de corresponsales llamada El Colegio Invisible, que incluía a investigadores universitarios, técnicos, intelectuales y aficionados que se ocupaban del tema en forma privada. El saldo de todo ello, resumido en su libro, constituyó, si no el nacimiento, al menos la concepción de la corriente de la llamada “ufología científica”.

Jacques Vallée, Dominque Caudron y Michel Jeantheau, a partir de 1966, atribuyeron las llamadas “ortotenias” al azar. Michel se había basado en noticias de la prensa que incluían casos falsos, dudosos, mal fechados o con horarios erróneos. Lejos de reaccionar enfurecido, Michel aceptó las críticas. Además, él siempre fue honesto: nunca negó que su fuente eran recortes de prensa. El autor fue una víctima más del sesgo de confirmación; al final, siempre triunfa el método científico autocorrigiéndose ante las nuevas evidencias.

Defensor de la hipótesis extraterrestre, Michel discutió sobre el “problema del no contacto”, aportando las primeras sugerencias alejadas de los lugares comunes sobre los motivos por los cuales una inteligencia no humana, cuya presencia él consideraba posible, rehuía de todo contacto con nuestra especie. Sus especulaciones no solo permearon la subcultura ufológica, también influirían en la cultura popular masiva. Michel se interesó y escribió sobre etología, misticismo, psicología y epistemología. (Se muestra la portada de uno de sus libros -ver) En su época fueron muy difundidos sus aportes al “realismo fantástico”, movimiento impulsado por la Revista Planète que distinguió con su prosa limpia, racional y reflexiva. Michel nunca se destacó por su optimismo sobre la Humanidad contemporánea. Su ánimo se ensombrecía ante el terrible “misterio del mal” que, nos guste o no, tenía al ser humano como protagonista, al menos en este planeta. Aimé Michel falleció de 81 años el 28 de diciembre de 1992, en Charmes.

Mi hermano Fernando García Tamayo publicó un libro en México con el título de “Los brujos del Tercer Milenio” (1998) donde plantea que todavía estamos en la “pubertad alocada de la evolución” y que lo que va a suceder lo habrán de decidir, “no el azar o los dioses” sino los hombres. Esto habrá de ser algo muy peligroso pues “en cualquier momento se pueden tomar decisiones equivocadas”. No hay dudas de que el tercer milenio se forjará sobre los adelantos de la revolución tecnológica que marcha a pasos agigantados… ¿Hacia dónde y hasta cuándo? Afortunada o lamentablemente, no lo sabemos…

Maracaibo, viernes 29 de octubre del año 2021

 

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