domingo, 4 de octubre de 2020

Curarires

 Curarires

Cuando era niño, recuerdo que mi padre tenía una cámara de fotos que era especial. Disparaba dos imágenes, como si fuese vistas por los dos ojos. Con los negativos, él cuidadosamente los montaba en unas láminas preparadas para que cada uno de los negativos guardara su sitio en una cartulina horizontal que se protegía bien y que al ser introducida en un visor, un “estereoscopio”, lograba el efecto al mirar la imagen, poder verla en tres dimensiones. Las denominábamos “las vistas estereoscópicas” y daban todo un trabajo en su preparación, como cuidadoso hobby, pero muy interesante pues ofrecía una visión impresionante de lo antes ya vivido. Así es como recuerdo verme a lo lejos, con unos doce años, en medio de una lluvia de flores doradas con el suelo como una alfombra amarilla y no se me olvida el título de aquella doble diapositiva, que era: “Curarires en flor

El árbol Curarire también es llamado Guamachito, Palo de Arco o Flor Amarilla y se caracteriza por tener un tronco muy fuerte y de excelente madera, además de tener propiedades medicinales. Llama la atención por sus hermosas flores de amarillo radiante que una vez al año, generalmente al llegar la primavera, engalanan el paisaje. Los Curarires, son naturales de las zonas tropicales de Centroamérica y de Suramérica; mientras que el Araguaney que también florea de amarillo y representa el árbol nacional de Venezuela es nativo de las selvas tropófilas de la zona intertropical americana.

Los arboles de Curarire durante el año se ven muchas áreas de la región zuliana donde el clima por lo general es un poco árido y caluroso. Sus ramajes parecen brazos extendidos al cielo clamando por la lluvia. En la ruta que conduce al Aeropuerto Internacional “La Chinita”, donde se encuentra la fundación Jardín Botánico de Maracaibo “Dr. Leandro Aristigueta”, una vez al año, las personas acuden para desfilar sobre un manto amarillo fulgurante. No son araguaneyes los que revisten los senderos y parques de la ciudad y el espectáculo natural lo ofrece el árbol conocido en Venezuela como «curarí», «curarire» o el de la «flor amarilla».

Este año 2020, los curarires florecieron del 26 al 30 de abril y la magia natural se extendió durante cuatro días consecutivos. Todo aquel fenómeno, se inició la noche del 23 de abril cuando 22 mililitros de lluvia refrescaron los botones de los curarires para que desnudaran su belleza interior y se abrieron sus flores grandes y amarillas.


 El nombre científico del árbol es Handroanthus serratifolius Este año se retrasó un poco más por la extensa sequía de la zona occidental del país. Pero cuando la sorpresa florida llega de improviso, es algo mágico. Durante la época de florecimiento, que suele durar solo de 3 a 4 días, como cantaba Simón Díaz, el Guamachito florece.

El Palo de Arco o Flor Amarilla, es en realidad familia del Árbol Nacional de Venezuela, el Araguaney. El Curarire es uno de los árboles más abundante de los bosques de Maracaibo, que además es muy fuerte y está mejor adaptado. En realidad crece muy rápidamente, da muy buena cobertura y protege el suelo; su corteza es utilizada como tratamiento para la fiebre y también en las lesiones provocadas por la Leishmaniasis. Al mezclar la corola de las flores con azúcar, puede prepararse un jarabe que dicen sirve para tratar el reumatismo, la tos y la gripe. Sus hojas son lisas y sus flores de un amarillo muy intenso nos han traído hasta aquí relatándoles el fenómeno de su maravilloso nacimiento todos los años. Para concluir les recuerdo que su madera es comúnmente utilizada en la construcción de muebles.

Maracaibo, domingo 4 de octubre, 2020

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me encantan esos hermosos arboles. En Maracaibo me gusta verlos florecer en la via al aerpuerto y de paseo a los andes o Barquisimeto era un gustazo verlos como gotas de oro en el paisaje...mi abuelo decía con mucho orgullo que la casa que él construyó, donde viví mi infancia, tenía el techo de Curarire:"a ese no le cae comején alguno". Recuerdo que era una madera muy obscura un tanto rojiza. Gracias por compartir esa bonita historia!

SIN CUADERNOS dijo...

Muy agradecido por la información, la verdad que había escuchado sus diferentes nombres en muchas ocasiones, pero no sabía que era el mismo árbol. Espero poder volver a Maracaibo y coincidir con ese fenómeno.