Mis Maestros
En octubre del año 2027 me tocó
hablar en la Academia de Medicina del Zulia y diría que ya estaba a un par de
años de llegar a los ochenta y que tal vez podría ser más adecuado reflexionar
sobre los tropiezos que había significado querer luchar para hacer
investigación, usualmente contracorriente y en ocasiones obligándome a tomar complejas
decisiones. Esperaba que ellas pudiesen servir al menos como catarsis, ante lo
complicado que se vislumbraba, el futuro del país…
Conservo vivo el recuerdo de mis
profesores en la Facultad de Medicina, desde Julio Árraga Zuleta, hijo de nuestro famoso pintor Julio Árraga,
con un gran don de gente y extensa cultura literaria, él fue fundador de
nuestra Academia de Medicina del Zulia. Entre los cirujanos recuerdo a Rodolfo Urrutia Loaiza, impulsor de la
Cirugía experimental en el Zulia con innovadoras técnicas en cirugía
gastrointestinal y de la vesícula biliar. En el mismo hospital Chiquinquirá
como estudiantes mucho aprendimos al ver actuar al siempre actualizado José Trinidad Martínez, todavía ilustre
experto ginecólogo de Maracaibo y no puedo olvidar a otro José Trinidad, JTNúñez Montiel el brillante colposcopista y
estudioso ginecólogo que me condujo hacia la investigación ultraestructural
sobre el virus del papiloma humano (VPH), en trabajos que adelantaríamos juntos
a comienzos de los 70.
Inolvidables fueron las clases
magistrales de José Ordoñez Marín
quien fuera decano fundador de nuestra Facultad de Medicina. Como internista imposible
no citar al Master Jorge Quintero
Atencio brillante filósofo con una mente privilegiada, y al tempranamente
fallecido Oswaldo García Arenas
fundador del Servicio de Medicina Interna en el hospital General del Sur;
recuerdo a Jorge Hómez Chacín el
dermatólogo venereólogo y parasitólogo de la escuela francesa y al mencionar la
parasitología debo mencionar a Adolfo
Pons y su revista Kasmera, y por las revistas, ninguna como Investigación
Clínica del genial Américo Negrette.
Negrette fue nuestro maestro de Semiología en las salas del hospital Central, y
despertó mi interés por la investigación, y me unió a los jóvenes
investigadores que en aquellos días ayudarían a Negrette para crear el
Instituto de Investigación Clínica…
Tengo que confesarles que
esperaba ser un cirujano como Humberto
Rivera, entusiasmado al ver los cuidados postoperatorios que le prodigaba a
los pacientes quirúrgicos… Pero terminé decidiéndome por examinar en el
hospital universitario, las causas y las consecuencias de las enfermedades bajo
la tutela del doctor Franz Wenger.
Es importante recordar el rol que jugó Wenger en su lucha para hacer despistaje
de cáncer por citología. Fundó una Sección especial para entrenar
citotecnólogos en el hospital universitario de Maracaibo, en aquellos tiempos
cuando los radio y quimioterapeutas oncólogos eran Luis Guillermo Borjes Duarte y Jesús
Acosta Galván. Todos ellos fueron mis profesores y muchos más a quienes no
he podido nombrar, les conocí estudiado
Medicina y hoy aprovecho para agradecerles públicamente por lo mucho que me
enseñaron…
Les decía que hice anatomía
patológica con el doctor Wenger
desde mi graduación en julio del año 63 hasta febrero del año siguiente, 1964, y
sería el propio Wenger, al verme a dedicación exclusiva pero sin sueldo, quién
me consiguió una beca de un Club Rotario en Wisconsin y fui a parar a los
Estados Unidos. Tras 4 años de entrenamiento como residente, en Wiscosin y en
Filadelfia, tengo que nombrar a tres Maestros de aquel entonces; el profesor William Ehrich, la baronesa Gabrielle Zurhein y Enrique Valdivia, quienes me enseñaron
a hacer investigación sobre la patología de las autopsias, en neuropatología y
en patología pulmonar y a trabajar en microscopía electrónica, Una noche,
viviendo en el helado clima de Wisconsin, el doctor Pedro Iturbe me contactó telefónicamente y me informó que había
conseguido un microscopio electrónico (ME) para su Sanatorio. Iturbe, el
padrino de nuestra promoción médica, me pidió que fuese hasta Chicago para
visitar a Fernández Morán. Lo hice,
y ya de regreso, en 1968, instalaríamos el ME para hacer investigación en el
Sanatorio Antituberculoso de Maracaibo siguiendo las instrucciones del doctor
Fernández Morán.
Mis colegas patólogos no creían
en el ME. El elefante gris lo denominaba el jefe del Servicio. Los patólogos no
estaba interesados en hacer investigación. Instalamos el Laboratorio de ME del
Sanatorio y ya en 1971, nos visitaría personalmente el doctor Fernández Morán,
y organizamos el 1er Simposio Venezolano de Patología Ultraestructural y asistió
invitado el ya famoso doctor Rui Pérez
Tamayo Luego, ese mismo año, durante
el VIII
Congreso Latinoamericano de Patología que se dio en el hotel del Lago,
presentaríamos trabajos con el ME sobre encefalitis equina, rabia, amibiasis, y
la ultraestructura de tumores. En aquel evento latinoamericano, conversando con
JTNúñez Montiel y decidimos usar el
ME para examinar el cuello uterino de sus pacientes.
Para aquella época, y durante
muchos años, el cáncer del cuello uterino era la primera causa de muerte por
cáncer en la mujer venezolana. Habíamos ya publicado varios trabajos sobre la
ultraestructura del cérvix y de las tricomonas, y en el siguiente Congreso de
la Sociedad Latinoamericana de Patología, que se dio en 1973 en Mérida,
Yucatán-México, demostramos la presencia del virus del papiloma humano (VPH) en
el cuello uterino y señalamos tempranamente y por primera vez, su importancia
en el cáncer cervical.
En unos años, el Sanatorio se
transformó en hospital General y el doctor Iturbe se fue a la Medicina
Familiar; mis técnicos buscaron mejores posiciones y a pesar de existir una
veintena de publicaciones en revistas indexadas, el laboratorio comenzó a quedar
desamparado y su situación, y la mía personal, se hizo cada vez más complicada…
Decidí entonces aceptar una oferta para trabajar un año como neuropatólogo en el hospital Vargas de Caracas y lo hice
aprovechando mi año sabático de la Universidad del Zulia.
Pero esa ya es otra historia y tan
solo he querido aprovechar esta ocasión para permitirme mencionar en este, mi
blog lapesteloca.blogsport.com,
a algunos de mis profesores, a quienes recuerdo con respeto y admiración, fueron
mis Maestros en Medicina.
Maracaibo, martes 14 de julio, 2020
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