viernes, 3 de julio de 2020

Tres palabras


Tres palabras…

Hemeralopia, Oxímoron y Serendipia, “son tres palabras”… Así dice la letra de un bolero de Osvaldo Farrés (1902-1985) pero aquí, en este blog, van tan solo para recordar el curioso origen y significado de las mismas.

HEMERALOPÍA: La hemeralopía es un padecimiento donde el paciente percibe una visión borrosa luego de una fuerte iluminación, une especie de efecto de encandilamiento. Concretamente, la persona tiene dificultad para la visión en condiciones de poca luminosidad. La hemeralopía ocurre aun con iluminación normal. Se considera ser síntoma de una retinopatía, ya sea hereditaria o resultado de una alteración de la capa coriocapilar (capa de Ruysch) de la membrana coroides.
Los conos, son las células fotorreceptoras de la retina, ellos son muy sensibles a la luz brillante y median en la visión diurna, visión cromática y en la percepción de la agudeza visual. Una disfunción de los conos, da lugar a una mala visión central y en ocasiones problemas con la visión diurna (hemeralopía). ​
La hemeralopía no tiene relación con la nictalopía. La hemeralopía es un problema de los conos, mientras que la nictalopía lo es de los bastones. Si se produce una disfunción de los bastones antes o es más intensa que la disfunción de los conos, dará lugar a una mala visión nocturna (nictalopía) y pérdida del campo periférico; por lo general, se produce más comúnmente la nictalopía. La nictalopía es un síntoma temprano de la hipovitaminosis A y, parcialmente, de la carencia de vitamina B2.

OXÍMORON: El oxímoron se encuentra dentro de las figuras literarias en retórica, es una figura lógica que consiste en usar dos conceptos de significado opuesto en una sola expresión,​ lo cual genera un tercer concepto. Dado que el sentido literal de oxímoron es lo opuesto, suena como algo “absurdo”, y conmina al lector o al interlocutor a comprender su sentido metafórico. Esta figura retórica es muy frecuente en poesía mística, amorosa y en análisis funcionales. El filósofo griego Heráclito recurriría a ella con frecuencia.
Para mostrar algunos ejemplos de oxímoron veamos a tres grandes de la literatura: Francisco de Quevedo (1580-1645).El amor es “hielo abrasador, es fuego helado,/es herida que duele y no se siente...”. Charles Baudelaire (1821-1867).Placeres espantosos y dulzuras horrendas”. Finalmente de “El aleph” de Jorge Luis Borges (1899-1986)…Beatriz era alta, frágil, muy ligeramente inclinada; había en su andar (si el oxímoron es tolerable) una como graciosa torpeza, un principio de éxtasis”.
Otros ejemplos de oxímoron de uso común serían: muerto viviente, agridulce, ligero sobrepeso, Ángeles del Infierno, pequeño gran hombre, gas líquido, ir a ningún sitio y buen perdedor

SERENDIPIA:
La serendipia es un proceso accidental e inesperado por el cual descubrimos algo que en realidad no estábamos buscando. Casi lo mismo que decir lo hallé “de chiripa”, por pura suerte, o “casi de vainita”… Aunque en realidad la palabreja no es tan sencilla, ni es tan simple, de tal manera que muchos autores consideran que detrás de toda situación que implique serendipia, hay algo más. Esta interpretación se basa en ver a la serendipia como un proceso activo, no pasivo. Si los hechos se produjeron por casualidad, se ha planteado que, si se dieron fue gracias a que sus autores se encontraban atentos y abiertos a lo inesperado.
Son ejemplos muy señalados, el descubrimiento de América cuando Cristóbal Colón en realidad pretendía explorar una ruta hacia las Indias, el episodio de Newton y la manzana, o cuando Arquímedes en la bañera observó cómo su cuerpo desplazaba una masa de agua equivalente al volumen sumergido, y salió desnudo a la calle gritando: ¡Eureka! Así fue como descubrió “el principio de Arquímedes”. 

En el caso de la ciencia, el fenómeno de la serendipia se puede presenciar cuando se descubren cosas sin investigar sobre ellas, y se dice que, sucedió por casualidad. También cuando un investigador, después de haber investigado mucho sobre algo sin obtener resultados, por un accidente fortuito o incluso por una revelación, consigue finalmente su objetivo; se habla entonces de pseudoserendipia. En la literatura, serendipia es cuando alguien escribe sobre algo imaginado que posteriormente va a existir y luego se demuestra que existe tal y como se lo imaginó. 

“Serendipia” es una palabra que no se encuentra en el diccionario de la Real Academia Española. Proviene del inglés “serendipity”, y fue utilizada por primera vez por Horace Walpole hará 250 años, cuando hacía referencia al cuento de hadas persa “Los tres príncipes de Serendip, quienes estaban “haciendo descubrimientos, accidentales y sagaces, de cosas que no buscaban. La palabra serendipia deriva del vocablo árabe “Serendib” o “Sarandib”, es un nombre persa del país fabuloso árabe de la historia de Simbad, Las mil y una noches. También, Serendip es el nombre árabe de la antigua isla llamada Ceilán, la actual Sri Lanka desde 1972. También existe una antigua fábula persa del siglo XVIII, con el título de Los tres príncipes de Serendip, en la que se cuentan las aventuras de tres príncipes, dotados del extraño don de descubrir accidentalmente soluciones a sus problemas. 

Serendipity es también una película del 2001, muy divertida, protagonizada por John Cusack y Kate Beckinsale. Fue dirigida por Peter Chelsom y para cerrar muestro una propaganda de la misma.
Maracaibo, viernes 2 de julio, 2020.

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