sábado, 13 de julio de 2024

Más de virus y avispas

 

Hace un par de días hablábamos de las avispas 'Microplitis ocellatae' y Microplitis demolitor. Decíamos que (https://tinyurl.com/3kw5yfxx) son avispas parasitas que albergaban a los

 bracovirus y quedo pendiente el tema para extendernos sobre la pequeña avispa naranja Diachasmimorpha, la cual, al igual que otras avispas domadoras de virus, la longicaudata inyecta partículas víricas, de un poxvirus en su huésped, que en este caso es un gusano de mosca de la fruta.

 

Coffman y Burke, asociados con el investigador Taylor Harrell, han demostrado que sin el poxvirusla mayoría de las larvas de las avispas mueren, pero, a diferencia de los virus totalmente domesticados, el poxvirus también se replica fuera de la avispa, produciendo nuevas partículas víricas en las células del gusano. La avispa se beneficia del poxvirus, pero no es capaz de controlarlo totalmente, y según dice Coffman, “este débil control podría reflejar el tipo de virus con el que empezó esta historia de las avispas y los virus”.

 

La mayoría de los virus domesticados descienden de tipos llamados nudivirus, o nidovirales que pueden integrarse en los genomas de las avispas con más facilidad que los poxvirus.  La asociación avispa-poxvirus es tan nueva que solo parece estar presente en una especie de avispa. Aun así, el virus ha sido aislado en determinados tejidos y solo se replica cuando los huevos se están desarrollando, lo que podría significar que la Diachasmimorpha longicaudata ya ha establecido algunas defensas. Los virus también parecen estar perdiendo su capacidad de transmitirse sin la ayuda de la avispa. “He probado alimentar a las moscas con una gran cantidad de virus y no parece que se infecten de esa manera”, dice Coffman.


El sistema poxvirus es apasionante, añade Kelsey Coffman, y explica que es porque se sabe muy poco sobre cómo y cuándo comienza la domesticación de los virus. “No podemos retroceder en el tiempo y saber cómo empezó. Pero este sistema es nuevo. Tenemos esta instantánea de, se podría decir, el eslabón perdido”. Aunque nadie sabe con certeza por qué se siguen domesticando los virus en las avispas parásitas, los investigadores sospechan que está relacionado con su estilo de vida. Los parásitos internos viven en las entrañas de sus huéspedes, unos entornos peligrosos que intentan matarlos activamente. Desde el punto de vista de las avispas, los virus son como paquetes cargados de herramientas para resolver este gravísimo problema.

 

“La avispa tiene que encontrar una forma de controlar ese virus para que no la infecte y la mate” ha señalado Kelsey Coffman, entomóloga de la Universidad de Tennessee quien se siente  respaldada por una investigación realizada en 2023 en la que se analizaron los genomas de más de 120 especies de avispas, hormigas y abejas, cuando los investigadores buscaron en estos genomas indicios de los tipos de virus que tienden a domesticarse y dedujeron la presencia de virus domesticados, detectando genes de virus que se han mantenido en un estado funcional a lo largo del tiempo evolutivo, conservación esta que no sería de esperar a menos que los genes ayudaran a las avispas a sobrevivir o a reproducirse.

 

Los insectos no parásitos han mostrado pocos indicios de tener estos virus domesticados. Lo mismo ocurría con los parásitos que se desarrollan en el exterior del cuerpo de sus huéspedes, donde el sistema inmunitario no puede atacarlos. Pero en los parásitos que se desarrollan en el interior de otros insectos (los llamados endoparasitoides) los virus domesticados parecían ser mucho más comunes.

 

Julien Varaldi, biólogo evolutivo de la Universidad Claude Bernard Lyon-1, en Francia, es uno de los autores de un estudio, donde él cree que: “Existe una conexión especial entre los virus y estos –endoparasitoides- la cual “sugiere que esos virus desempeñan un papel importante en la evolución de este modo de vida”. En conocimiento de que existen cientos de miles de especies de avispas e incontables cepas de virus, hay muchas posibilidades de que ambas entidades formen equipo. Es, como dice Strand, “una caja de arena evolutiva llena de oportunidades”.




Los Nudiviruses (Nudiviridae) son virus ARN de doble cadena de apariencia tubular que infectan a varios ordenes de insectos Dipteros, Lepidopteros, Coleopteros y, Orthopteros y también a crustáceos marinos. En la filogenia Nudiviral y para clarificar sus diferencias genómicas y patogénicas se han publicado infecciones con baculoviruses (Baculoviridae) y bracoviruses (Polydnaviridae).

 

Los Nudiviruses o Nidovirales es un orden de virus ARN capaz de infectar vertebrados e invertebrados, organismos que incluyen mamíferos, aves, anfibios, reptiles, peces, artrópodos, moluscos y helmintos. Este orden viral incluye las familias Coronaviridae, Arteriviridae, Roniviridae, Tabaniviridae y Mesonivriridae.

 

Los Nudiviridae (Nidoviridae) como se ha señalado, infectan insectos y crustáceos marinos los cuales, son sus huéspedes naturales; estos virus matan las larvas, o producen enfermedades crónicas en los adultos. Este orden contiene los virus de ARN con los genomas más grandes conocidos. El nidovirus de las células secretoras de las planarias, es miembro de la familia Mononiviridae  y tiene el genoma más grande conocido de 41,1 kb entre los virus de ARN y su huésped: las planarias.

 

Desde 1965 cuando June Almeida,  fue quien  ultraestructuralmente describe el primer cornavirus   (https://bit.ly/34N5wx9), tras la pandemia,  ha sido posible llegar a comparar a escala molecular este virus con otros, y definitivamente todo hace pensar que el SARS-CoV-2 parece surgir por selección natural a partir de otros virus del género Betacoronavirus, dentro de la familia Coronaviridae. 

 

Los Arteriviridae (https://tinyurl.com/ycxb6myp) también son extraordinariamente hábiles para engancharse a la versión humana de CD163, introducirse en las células humanas y hacer rápidamente copias de sí mismo. Al igual que el VIH y su precursor, el virus de la inmunodeficiencia simia (VIS), los arterivirus simios también parecen atacar a las células inmunitarias, desactivando los principales mecanismos de defensa.

 

El genoma de estos virus presenta la misma estructura que el ARNm eucariota de los virus y las avispas de las que hemos venido hablando. Por lo tanto, el virus puede utilizar algunas proteínas de la célula huésped durante la replicación y expresión genética que se produce en el citoplasma. A diferencia de muchos otros virus, el virión no contiene ninguna polimerasa puesto que su genoma puede leerse directamente cuando entra por primera vez en la célula huésped como si fuese ARNm.

 

Este grupo de virus, codifica una proteasa principal y entre una y tres proteasas accesorias que están principalmente involucradas en la expresión de los genes replicasa y que también son responsables de la activación/desactivación de proteínas específicas en el instante correcto del ciclo vital del virus para garantizar que la replicación se produzca en el momento oportuno. Todavía hay un gran número de proteínas que han sido identificadas en los genomas de los nidovirales y mañana sobre este tema mostraremos el extraño caso de las planarias “animales inmortales”

 

Maracaibo, sábado 13 de julio del año 2024

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