miércoles, 24 de julio de 2024

Fetus in fetu

 


La señora Mónica Vega viviendo en Barranquilla, Colombia, se realizó una ecografía durante el séptimo mes de embarazo de la que sería su tercera hija y las imágenes ecográficas mostraban dentro de su vientre a su beba, que habría de llamarse Itzamara, pero en el abdomen de Itzamara había un feto más pequeño, con su propio cordón umbilical y rodeado de líquido amniótico.

 

El caso, del que hablamos, es real, sucedió y fue difundido por un programa televisivo local “Los Informantes”, de la cadena Caracol. Corresponde a una rara alteración en el desarrollo embrionario llamado “fetus in fetu” o “gemelo parásito”, un tipo de gemelo poco desarrollado, “un humanoide” creado por un accidente en cierto momento de la formación del cigoto previo a la formación del embrión que puede ocurrir, uno en un millón de nacimientos.

 

Existe la condición llamada “de gemelos parásitos”, donde el corazón y el cerebro están ausentes o son muy rudimentarios. La extirpación quirúrgica no presenta problemas pues aparentan ser tumores. El “parásito”, cuando es extraído tiene un color blanco y una vez que se extrae, muere, ya que es un tejido totalmente dependiente de su hospedador. Usualmente la “masa fetiforme” se encuentra totalmente encerrada dentro del cuerpo del hermano desarrollado y al extraerse, está envuelto en lo que parece un huevo de gallina, pero más grande y muy duro.

 

Este fenómeno, se produce cuando las células que van a conformar a dos hermanos gemelos no se dividen en el momento adecuado y los dos embriones crecen de manera asimétrica. Las células que van a formar a dos gemelos idénticos se dividen en la primera semana de gestación. Si se dividen durante la segunda semana, los hermanos pueden desarrollarse como siameses. Se trata de una alteración muy poco frecuente, que se da en uno cada un millón de casos.

 

Es importante tener presente esta patología como diagnóstico diferencial de masa abdominal en los pacientes infantes, ya que al poder diferenciarlo de un teratoma maduro nos indicaría que se trata de una alteración del desarrollo embriológico y no de una patología tumoral. Para esto, son necesarios métodos imagenológicos precisos y en algunos casos pruebas cromosómicas o histopatológicas, con el fin de esclarecer el diagnóstico del fetus in fetu.

 

El fetus in fetu es una patología rara y son pocos los casos diagnosticados prenatalmente. Los casos se diagnostican principalmente en la infancia. Las imágenes radiológicas y en algunos casos las pruebas cromosómicas o histopatológicas, son de gran importancia para el diagnóstico definitivo. Lo que convertiría el caso de Itzamara en un fenómeno casi único, fue el hecho de que se haya descubierto el “gemelo parásito” en una etapa previa al nacimiento. En general, este pequeño feto que se forma dentro del cuerpo de su hermano suele descubrirse cuando el niño ya nació, e incluso unos años después, cuando es confundido con un tumor, hasta que se lo extrae y se descubre que se trata de un pequeño feto.


El cirujano quien trató el extraño suceso en Barranquilla tomó la decisión de realizar la cesárea para que Itzamara naciera en la semana 37 del embarazo, para luego realizarle una especie de “cesárea” para extraerle a su hermano.   El médico explicó que no se podía esperar a la semana 40 para el nacimiento de la pequeña, porque el pequeño “hermano” dentro de ella seguía creciendo, sin corazón ni cerebro y podía ser peligroso para la salud de Itzamara. 

 

Es necesario aclarar que, si bien el pequeño feto ubicado en el vientre de la beba tenía desarrolladas las extremidades, poseía cordón umbilical y estaba rodeado de líquido amniótico, -carecía de corazón y de cerebro-, por lo que solo podría vivir en dependencia absoluta de Itzamara. En el caso del fetus in fetu de Barranquilla, la división se produjo en el día 17, y sucedió que “dos bebés se formaron no de manera simétrica, lo que produjo un bebé que está dentro de su hermana. embarazado”, según las palabras del cirujano doctor Parra.

 

Apenas 24 horas después del nacimiento de Itzamara, y ante la angustia de sus padres, los médicos procedieron a realizarle la inédita cesárea. Afortunadamente, todo salió bien para la pequeña, que, sin saberlo, se convirtió en la portadora de un caso científico único en el mundo.

 

El fetus in fetu, es un tipo de gemelo parásito muy poco desarrollado, una formación humanoide creada por un accidente en cierto punto de la formación del cigoto previo a la formación del embrión, que se define como una “masa fetiforme totalmente encerrada dentro del cuerpo del autósito” o hermano desarrollado. Una vez que se extrae, muere, ya que es un tejido totalmente dependiente de su hospedador. Al igual que en los gemelos parásitos, corazón y cerebro están ausentes o son muy rudimentarios. Puede estar más o menos organizado, con características muy variables, desde apenas una bola de tejidos hasta contener restos de pelo, hueso, manos con dedos y uñas y hasta piernas.

 

La extirpación quirúrgica no presenta problemas dado que no pasan de ser tumores que pueden llegar a ser un potencial riesgo para su hospedador, debido a que se alimenta de este, representando para el hospedador una carga semiviva sin función en el organismo, y pueden llegar a malignizar.

 

Esta enfermedad es una exageración del caso de los siameses (gemelos que no llegan a separarse cuando son cigotos y quedan unidos por alguna zona). Uno de los dos gemelos crece sano mientras que el otro queda en el interior de su hermano atrofiando se crecimiento.

 

En la actualidad la mayoría de los autores consideran que tanto fetus in fetu como el teratoma no son distintas entidades si no, dos aspectos de la misma enfermedad en diferentes estados de maduración.

Maracaibo, miércoles 24 de julio del año 2024

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