lunes, 29 de julio de 2024

Melina Mercouri

 

Maria Amalia "Melina" Mercouri (1922-1994) fue una actriz cantante, activista y política griega. Nació en Atenas en 1920, en una familia aristocrática y muy involucrada en la política. Su abuelo fue alcalde de Atenas y su padre y su tío fueron parlamentarios.

 

Siendo casi una adolescente conoció a su primer marido, Panos Jarokopos, con quien se casó con solo 17 años. Él, en todo momento apoyó su pasión por el teatro y facilitó sus estudios en la Escuela Dramática del Teatro Nacional. Trabajó duro, interpretando obras como “El luto le sienta bien a Elektra” o “Un tranvía llamado deseo”. Melina debutó en el teatro en 1952, y tres años después interpretó su primera película, Stella del cineasta greco-chipriota Michael Cacoyannis. En 1952 se traslada a París y da el salto a la gran pantalla. Es allí donde conoce al director de cine Jules Dassin, que después sería su marido.

 

A su primer filme le siguió una serie de películas dirigidas por su marido, Jules Dassin: El que debe morir (1957), La ley (1958) y Nunca en domingo (1960) que le valió el premio a la mejor actriz en el Festival de Cannes, y supuso su consagración. Melina Mercouri ya era una de las principales figuras del teatro griego cuando su papel protagonista en la película Nunca en domingo la lanzó al estrellato cinematográfico internacional. Con Jules Dassin rodó todavía Fedra (1961) y Topkapi (1964), sobre un robo en el museo del título.


Merkoúri se hizo muy popular internacionalmente cuando actuó en aquel filme de 1960 Nunca en domingo, dirigido por Dassin, por el cual obtuvo una nominación al Oscar a la mejor actriz. Merkoúri y Dassin volvieron a trabajar juntos en el musical Illya Darling, por el cual ella recibió una nominación a los Premios Tony. Protagonizó otras películas como Phaedra (con Anthony Perkins), Topkapi (con Peter Ustinov) y Gaily, Gaily. Merkoúri se retiró del cine en 1978. Su última película, Kravgi gynaikon (Un sueño de pasión), la cual, al igual que la mayoría de los filmes en los que actuó, fue dirigida por su esposo. En 1980, protagonizó la producción griega de la obra Dulce pájaro de juventud.

 

Como cantante, una de las primeras canciones fue "Hartino to Fengaraki", escrita por Mános Chatzidákis y Nikos Gatsos. La canción formaba parte de la producción griega de la obra Un tranvía llamado Deseo, que ella protagonizó como Blanche DuBois. La primera grabación de la canción, considerada por muchos como legendaria, fue realizada en 1960 por Nana Mouskouri, aunque en 2004 la compañía discográfico Sirius, creada por Mános Chatzidákis, publicó una grabación que Merkoúri realizó para la televisión francesa en los años 1960. Otras grabaciones de Merkoúri como Athena ma Ville y Melinaki, fueron populares en Francia. Durante los años que permaneció en Francia debido a la dictadura en Grecia, Merkoúri grabó cuatro álbumes, uno en griego y tres en francés.

 

A raíz del golpe de Estado de 1967 en Grecia, Melina asumió un papel político activo y pasó años haciendo campaña por todo el mundo contra la “dictadura de los coroneles”. Intervendría en los filmes La promesa del alba (1970), El ensayo (1974) y Gritos de pasión (1978) y en el alegato antibelicista de Carl Foreman Los vencedores (1963) así como en el filme del español Juan Antonio Bardem Los pianos mecánicos (1964).

 

De su carrera musical, destaca su interpretación en “Illya Darling”, uno de los musicales más recordados de Broadway, y sería en Manhattan, donde se enteró del golpe de Estado de “Los coroneles” que terminó con los derechos constitucionales en Grecia… Era abril de 1967 y Melina, que había mostrado públicamente su rechazo al golpe de estado, tuvo que emprender un exilio que duró hasta 1974. Su postura le costó la nacionalidad griega, la confiscación de sus propiedades y tres intentos de asesinato. Es entonces cuando inicia una incansable actividad política en toda Europa denunciando el régimen fascista de Grecia, participando en manifestaciones, huelgas de hambre, etc…

 

Melina Mercouri le ponía entusiasmo y pasión en todo lo que hacía: primero como actriz de teatro y cine en la fase más temprana de su vida, después como opositora a la dictadura fascista que se impuso en Grecia en 1967 y, por último, como política entregada a la protección y promoción de la cultura en Europa. Comprometida activamente en la lucha contra la dictadura de los coroneles instaurada en 1967, grabó una serie de discos en apoyo a la resistencia; le fue retirada la nacionalidad griega y hubo de exiliarse hasta 1974.

 

Escribió entonces su autobiografía, Yo nací griega (1972). Ya caída la dictadura y de nuevo en Grecia, se presentó a las elecciones de 1977, en las que consiguió ser miembro del Parlamento Helénico y, en 1981, se convirtió en la primera mujer en ocupar el puesto de Ministra de Cultura de Grecia en el primer gobierno del socialista Andreas Papandreu; desempeñó el cargo desde 1981 hasta 1989 y desde 1993 hasta su fallecimiento, desarrollando una incansable actividad en favor de las artes.

 

Como ministra de Cultura griega, Mercouri organizó una reunión con los ministros de Cultura de los otros nueve Estados miembros de la Unión Europea durante la primera Presidencia griega del Consejo en 1983. Mercouri animó a los demás ministros a que la secundaran en sus esfuerzos para incrementar la conciencia cultural en todo el continente. Esta reunión fue el primero de una serie de encuentros periódicos de ministros de Cultura europeos que aún se celebran en la actualidad.

 

Los frisos del Partenón creados durante el esplendor de la Grecia antigua, hace unos 2.500 años, fueron sacados del país en una de sus épocas de mayor decadencia, cuando el país se encontraba bajo el dominio de su rival histórico: el imperio Otomano. A inicios del siglo XIX, aproximadamente la mitad de las piezas que aún sobrevivían en la acrópolis de Atenas fueron retiradas por el entonces embajador británico Lord Elgin para ser trasladadas a Londres, donde terminaron formando parte de la colección permanente del Museo Británico. Un año antes de su viaje a Reino Unido, Mercouri había anunciado sus intenciones ante una conferencia de la ONU durante la cual fue ovacionada de pie durante cuatro minutos y obtuvo el respaldo de unos 50 países.

 

La historia oficial aceptada en Reino Unido es que Lord Elgin había obtenido permiso para trasladar estas piezas con el fin de protegerlas, ya que algunas de ellas ya incluso habían sido dañadas en guerras pasadas. Casi dos siglos más tarde, una mujer, Melina Mercouri, presentó el primer reclamo formal de Grecia para obtener la restitución de estas piezas históricas. En 1983, Mercouri, quien en aquella época era ministra de Cultura de Grecia, viajó a Londres para presentar su reclamo.

 

Al llegar a Londres, Mercouri realizó una visita al Museo Británico que fue cubierta por más de 300 periodistas procedentes de todas partes del mundo. Durante el recorrido, en el que estuvo acompañada por el entonces director de la institución David Wilson, la funcionaria griega aclaró que su objetivo no era "arruinar" al Museo Británico sino lograr el retorno de las piezas a su lugar de origen. Wilson, sin embargo, se mantuvo en su negativa.

 

Casi todo el mundo puede tararear la canción, “Melina” y recordar a Camilo Sesto pero no todos saben que está dedicada a María Amalia Merkóuri una mujer a la que todo un país despidió como la diosa de la belleza y de la libertad. Mercouri mantuvo sus esfuerzos por recuperar los mármoles hasta su muerte, ocurrida una década después de su viaje a Londres. Existe una profecía que ella hizo hace muchos años, cuando le preguntaron cuándo volverían los mármoles, ella respondió: “No sé cuándo volverán. Puede que yo no esté viva para entonces, pero cuando lo hagan yo renaceré”.

En Maracaibo, el lunes 29 de julio de 2024, tras el fraude electoral de ayer como parte de los esfuerzos de la dictadura cubanófila por destruir la figura de otra aguerrida mujer, en este caso, una venezolana contemporánea.

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