domingo, 7 de julio de 2024

Negrette, antes y después

 

Américo Negrette (1923-2003) un gran médico zuliano fue el baluarte de la investigación científica en la Universidad del Zulia. Américo nació al sur de Maracaibo, en La Cañada, el 13 de diciembre de 1924. Se graduaría de Médico-Cirujano en la UCV en 1950. De 1950-a-1952 fue Médico Rural en Palmarejo (Distrito Bolívar, Edo. Zulia) y posteriormente fue Médico Rural en San Francisco (Edo Zulia) desde 1953 a 1959, donde continuaría ejerciendo su apostolado como Médico Rural mientras sus denuncias sobre epidemias de encefalitis y sobre el problema de los enfermos coreicos fueron siempre mal vistas y criticadas por los jerarcas de la Sanidad en la capital.

 

Me tocó conocer al doctor Américo Negrette en el Hospital Central de Maracaibo cuando estudiábamos en la Universidad del Zulia el 3er año de Medicina. Negrette era el Profesor en Semiología del Sistema Nervioso en la Cátedra de Clínica Médica. Supimos entonces que él se había rodeado de un grupo de estudiantes interesados en hacer investigación. En 1963, el grupo se transformó en Centro de Investigaciones y en 1965, por decisión del Consejo Nacional de Universidades (CNU) el Centro fue elevado a la categoría de Instituto. El Instituto de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia que hoy lleva su nombre. En 1960, Negrette fundaría la revista Investigación Clínica, que sigue siendo en la actualidad la publicación científica-médica más antigua del país.


 

En septiembre de 2018, en este blog lapesteloca (https://tinyurl.com/36xpyu3e) hablamos sobre Américo Negrette y ahora, en 2024, seis años después, quisiera traer nuevamente a nuestro profesor universitario estimulador -como ningún otro lo ha logrado entre nosotros-, de la investigación científica en el Zulia, para hablar igualmente del doctor Fernández Morán recordando como su Instituto de Investigaciones Neurológicas, transformado al finalizar la dictadura de Pérez Jiménez -de IVNIC en el IVIC-, todo esto y algo más, durante el nacimiento del sistema democrático que habría de durar solo unos 42 años.

 

Sobre Américo Negrette se han dicho verdades como: que era…un hombre que nació en la pobreza y en el transcurrir de su vida se llenó de principios y nortes excepcionales”. “Su norte esencial, fue realizar sueños, que carentes de egoísmo y figuración le abrieron vías y futuros a los demás”. Que, “fue un hombre de sentir humilde, lejos de la pompa que caracteriza al que está en la cima. Nunca buscó el enriquecimiento y mucho menos a través de sus pacientes, a los cuales asistió por muchos años gratuitamente”.(Palabras de Jesús Mosquera, su discípulo que muestran -“In memoriam”- como era personalmente Américo Negrette”).

 

Negrette no se conformó con detectar y diagnosticar epidemias ignoradas por las autoridades zulianas y crear el grupo de investigadores más importante del Estado Zulia, sino que, a la par de escribir sobre la investigación, desarrolló una carrera literaria, basada principalmente en la escritura de poemas, novelas y relatos cortos y su bibliografía, en ciencia y en narrativa es extensa: Vestigios (1950); Pasos (1951); Palmarejo (1952); Corea de Huntington (1963); Tiempos de arena y cujíes (1977); Ciudad de fuego (1986); Prosa corta (1991); Otoño en Maracaibo (1996); Amor de Otoño (1998).

 

Su libro Corea de Huntignton es un clásico irrepetible de importancia mundial y daría origen a una investigación conjunta con resultados de gran valor para el conocimiento genético de este mal. Mi primera novela publicada (La Peste Loca (1997) se inicia con un epígrafe que reza: “A Américo Negrette, paradigma del verdadero médico, maestro en la ciencia, poeta y literato quien, con su ejemplo, me enseñó a querer la investigación, con tal pasión como la que sentimos por nuestra “ciudad de fuego”. Mi novela El movedizo encaje de los uveros (2003) sobre las investigaciones de Rafael Rangel en tiempos de Cipriano Castro, se inicia con este epígrafe: “La ciencia es como el abrojo, nadie la riega, nadie la cuida, pero nadie podrá detener su florecer amarillo pertinaz… Américo Negrette”.

 

Cuando en 1984 Fernández Morán (HFM) visitaba nuevamente su ciudad natal, Maracaibo, esperando ser escuchado por los gobernantes, sin lograr respaldo alguno, hablaría ante los investigadores médicos de la Universidad del Zulia y sobre esta plática, las impresiones de Américo Negrette, considerando su visita ocasión como memorable, tanto que le pareció "un momento de magia", diría sobre la vista de HFM, palabras citadas por mí en VITAE Academia Biomedica Digital, la Revista virtual de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV). (VitaeCatorce/personaje/htlm/honorydeber.htm) que hoy  en 2024 aprovecho para reproducirlas en este artículo para lapesteloca.

 

... “Escuchando a este hombre en esa noche, viendo el entusiasmo por la ciencia, cualquiera puede ser mezquino, pero solamente los grandes saben ser generosos a tal grado, - el hombre que descubrió las partículas elementales de las mitocondrias... que ha desarrollado adelantos de la tecnología científica que son utilizados por científicos en todo el orbe, bajó del pedestal que le han forjado sus propios méritos, tan llanamente, tan espontáneamente, para estimular a unos hombres simples, - que su grandeza se hizo mayor... Esa será una noche inolvidable, increíble. Ver aplaudiendo a sus científicos, un pueblo que ha sido entrenado para aplaudir solamente a deportistas, políticos y faranduleros, es increíble. Esa es otra Venezuela. Una Venezuela que, aunque fuera una noche, hizo posible la magia de un científico grande, la generosa magia de Humberto Fernández Morán.".


 

Esta especie de prolegómeno viene a propósito de un par de realidades que son insoslayables. Este año 2024 celebramos en febrero el centenario del nacimiento de HFM, y este 2024 se cumplirá otro centenario en diciembre. Se cumplen 100 años del nacimiento un 13 de diciembre de 1923 de Américo Negrette. La fecha coincidirá con el cincuentenario de su Instituto de Investigación Clínica y sin duda esta ocasión es relevante en vista de permanecer, el Instituto y su revista de LUZ, con ElenaRyder al frente, incólumes a pesar de los 24 años de deterioro de la ciencia y de la investigación en el país desde el inicio de este siglo XXI.

 

Analizando la historia, la visita de nuestro sabio universal fue en 1984 y en 1985 en Instituto del Dr. Negrette estaba cumpliendo sus primeros 25 años de fructífera presencia y ya la Revista Investigación Clínica estaba en el tope de las publicaciones sobre ciencia e investigación en el país. Pero me toca hablar de “desencuentros” y encuentros de Américo  Negrette con HFM alrededor del tema de la investigación científica en nuestra región zuliana.

 

En el Volumen 14 de la Revista Investigación Clínica, el año 1973, el doctor Negrette publicaría un Editorial examinando el tema de “La ciencia en Venezuela” (1). Previamente unos años antes en la elección de una nueva directiva del Capitulo Zuliano de la ASOVAC el Dr Negrette ofrecería un discurso que se publicaría con el título de “Como el abrojo” (2). En estas dos ocasiones Negrette se refirió a la persona del Dr. Fernández Morán de manera inusualmente desconsiderada como si desconociera absolutamente la realidad que años más tarde en 1984 él habría de reconocer y aplaudir entusiasmado.

 

No hay que ser muy brillante para comprender el agradecimiento, admiración y el compromiso de quien tanto había luchado para desarrollar la investigación científica en su región natal al sentir el marcadamente inusual apoyo y total respaldo de Marcel Roche para con su Instituto en el occidente de la provincia venezolana. Evidentemente Negrette pecó por no haber profundizado en la historia del personaje que compartía con él su “ciudadanía cañadera”. Cuando Negrette hablaba en aquellos años, tan solo reflejaba la opinión suscrita y divulgada en el IVIC para todo el país sobre “la verdadera ciencia” y las maldades del Brujo de Pipe.

 

Para nadie es un descubrimiento la historia de las pasiones politiqueras suscitadas por “el sabio brujo”, ni se puede desconocer el centralismo de “la ciencia” en el país. Esta e una realidad que, no la hemos inventado unos “maracuchos regionalistas” como han dicho. Aquello de: “lo demás”, el “monte y culebras” repetido desde “la sucursal del cielo” en un país que ha padecido desde siempre de un agobiante centralismo, ofrece una explicación plausible para el desencuentro en una historia personal impresionante, relatada en este breve articulo cuyo respaldo puede revisarse examinando las referencias bibliográficas expuestas.

 

Referencias.

1- Editorial. La ciencia en Venezuela. Rev Invest Clinica /Archivos /Vol. 14 Núm. 3 . 1973.

2-La democratización de la Ciencia, otro logro del IVIC en Venezuela. La Universidad del Zulia: 15/09/1968 p.p. 4-5.

 

Maracaibo, domingo 7 de julio del año 2024

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