Final del Imperio Persa
En el blog, ya mencionamos (https://bit.ly/38SFdsH) una breve historia del Imperio Persa y me atreví a decir qué habría de continuarla en otra ocasión…
Después de que Alejandro murió en edad de reinar y sin dejar un heredero, su desaparición física daría inicio a las guerras de los diádocos (322 al 281 a. C.). Eran los generales de Alejandro que peleándose se repartirían su herencia; Filipo III su hermanastro, y Alejandro IV su hijo póstumo fueron declarados reyes de Macedonia, pero sus reinados fueron de corta duración. Filipo III fue asesinado en 317 a. C. por orden de Olimpia. Casandro decretó la muerte de Alejandro IV en 310 a. C.
Antígono I el Tuerto (382 a. C.-301 a. C.) fue un noble, general y sátrapa macedonio al servicio de Filipo II y de Alejandro III quien posteriormente fue uno de los más destacados de entre los diádocos, -los generales que se repartieron el imperio de Alejandro Magno y que protagonizaron veinte años de grandes luchas para obtener el poder-. Los antigónidas formaron una dinastía que reinó sobre Macedonia entre 277 y 167 a. C. A la muerte de Alejandro Antígono I Monóftalmos recibió Frigia, Licia y el Panfilia, y siendo designado “estratega de Asia” por Antípatro, extendió a su imperio a una parte de Grecia, a Asia Menor y a Siria. Fue derrotado en la batalla de Ipsos en 301 a. C. En consecuencia, su hijo Demetrio I sería expulsado de Macedonia por Lisímaco y Pirro. Es Antígono II Gónatas, nieto de Antígono I, quien llega a declararse rey de Macedonia en 277 a. C. a raíz de su victoria contra los celtas.
Ptolomeo, fue uno de los principales generales de Alejandro, y se asocia a la muerte de este la satrapía de Egipto -sobre quien existían ambiciones desde siempre- el final de aquella dinastía. Ptolomeo fue el primer soberano de la dinastía lágida, así llamada en alusión a su padre, Lagos. Ptolomeo se convierte en faraón bajo el nombre de Ptolomeo I Sóter (‘salvador’) a partir del 305 a. C. Esta dinastía faraónica, viene a ser la última, se extingue en el año 30 a. C. con el suicidio de Cleopatra VII y la llegada de la soberanía romana. Durante el período lágida, dieciséis faraones (entre ellos dos mujeres) se suceden sobre el trono de Egipto, con el principal objetivo hacer resurgir la gloria pasada del país.
Los seléucidas eran los herederos de Seleuco a quien correspondía en primer lugar Babilonia y luego la antigua Siria. Emprendió numerosas campañas militares y extendió más tarde su soberanía sobre una gran parte de las satrapías orientales (Pérside, Media, Susiana, Sogdiana, etc). Los seléucidas son junto a los lágidas la más potente de las dinastías hereditarias que se reparten al imperio de Alejandro. Los conflictos fueron numerosos entre ambas. En particular, se cuentan seis Guerras Sirias por la posesión de Celesiria. El Imperio seléucida no consiguió mantener sus muy extensas posesiones, atenazadas entre el partos del este, y los romanos y atálidas al oeste. Desde el siglo II a. C. el Imperio se redujo a Siria, que se convierte en una provincia romana a partir del 64 a. C.
Las guerras romano-sasánidas o guerras bizantino-sasánidas fueron una serie de conflictos militares que enfrentaron al Imperio romano y a su continuador, el Imperio bizantino, con el Imperio sasánida entre los siglos III y VII. Las dos potencias más importantes de la Antigüedad tardía en el Mediterráneo y el Próximo Oriente combatieron continuamente durante este período, aunque hubo también largos períodos de coexistencia pacífica (sobre todo durante el siglo V).
Los conflictos se iniciaron en el siglo III, con la fundación del Imperio sasánida, y concluyeron con la victoriosa campaña del emperador Heraclio, en 628-630. Después de la última y mayor de las guerras entre Bizancio y Persia (603-628), ambas potencias, agotadas, fueron víctimas de la expansión del islam, que destruyó por completo al Imperio sasánida y se apoderó de las provincias orientales del Imperio bizantino. Este acontecimiento marcaron el final definitivo de la Edad Antigua.
A partir del siglo IV el Imperio romano entró en una crisis que difícilmente podrían solventar los emperadores y se dividió el territorio en dos partes: el Imperio romano de Occidente y el Imperio romano de Oriente -también conocido como Imperio bizantino-Pese a los intentos de Justiniano por devolver a Roma su histórico poder, la expansión del Imperio bajo su reinado fue breve. Tras su muerte en el año 565 las invasiones bárbaras penetraron en Italia y para el 575 casi la totalidad de la península itálica se había perdido nuevamente.
El Imperio romano de Oriente se veía obligado a combatir constantemente con los persas al este de sus fronteras. El problema principal llegó cuando Cosroes II de Persia aprovechó las incursiones de los ávaros establecidos en el Danubio para atacar desde Asia Menor. De esta manera, los persas habían recuperado los territorios perdidos hacía un milenio como consecuencia de las campañas militares de Alejandro Magno. La meseta iraní, Mesopotamia, Siria, Asia Menor e incluso Egipto volvían a estar bajo el control persa.
La conquista musulmana de Persia (637-651) desembocó en el fin del Imperio sasánida y la decadencia de la religión zoroástrica en Persia (Irán). Con el paso de los siglos, la inmensa mayoría de los pueblos iranios, incluyendo a los persas y kurdos, pasó del zoroastrismo al islam, sobre todo (aunque no exclusivamente) a su rama chiita. Sin embargo, las experiencias de la civilización persa precedente no se perdieron, sino que fueron en gran parte absorbidas por la nueva entidad islámica.
Resumiendo la historia de Imperio Persa, en 636: la conquista musulmana de Persia termina poniendo fin a la dinastía Sasánida. En el Siglo IX: surge la lengua persa moderna (o Farsi), que se escribe utilizando una variante del alfabeto árabe. En los Siglos IX al XIII: llega el declive del Califato Islámico y el surgimiento de las dinastías de los Turco-Selyúcidas. En 1220 se produce la invasión de las fuerzas mongoles de Genghis Khan. En 1501: el Shah Ismail I se convierte en el primer gobernante de la dinastía islámica de los Safávidas y el Chiísmo es declarado religión de estado. Con la conquista musulmana se produce una transformación de la cultura y religión persas.
En 1639: el Tratado de Qasr-e Shirin, pone fin a cerca de 150 años de guerra contra el imperio Otomano. En 1828: después de la segunda guerra ruso-persa, Irán cede control del Cáucaso a Rusia. En 1907: se introduce una Constitución que limita el poder absoluto de los monarcas. En 1921: el jefe militar Reza Khan toma el poder en un golpe de estado y en 1925 se depone oficialmente al shah Ahmad Mirza, lo que da inicio a la dinastía Pahlavi. En 1926: Reza Khan es coronado shah Reza Pahlavi y su hijo Mohamed, es proclamado príncipe heredero. En 1935: la antigua Persia adopta el nombre oficial de Irán.
NOTA: el dibujo en tinta china, es también muy antiguo, presente en mi libro permanentemente inédito: “Tripticos”.
Maracaibo, lunes 5 de abril del año 2021
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