Niní Marshall
Cuando comenzaba la televisión en Venezuela, después de las 10 pm, se podían ver películas argentinas en la pantalla, de manera que, siendo desde ya cinéfilo, usualmente después de haber visto algún filme del neorrealismo italiano o de la nouvelle vague en el Venecia que quedaba a una cuadra de mi casa, tuve la oportunidad de ver a Serrano, Sandrini, Gardel y de conocer a Catita y a otros muchos personajes del cine argentino gracias a la nocturnal TV venezolana.
Marina Esther Traveso (1903- 1996), mejor conocida bajo su nombre artístico de Niní Marshall, fue una actriz, guionista y comediante argentina. Su observación minuciosa de la sociedad la llevó a crear dos personajes emblemáticos, Catita y Cándida, dos arquetipos de la inmigración europea en la Argentina del siglo XX, con los que intervino en gran parte de sus películas.
Marina Esther nació en 1903 en el barrio porteño de Caballito como la menor de los hijos de Pedro Traveso y María Ángela Pérez, ambos inmigrantes asturianos. En su niñez, la familia se trasladó al barrio de Montserrat y Marina inició sus estudios de danzas españolas, pintura, dibujo, canto, piano e idiomas francés, alemán e inglés. También lideró una pandilla de niños llamada Los Arribeños del Norte, con la que desempeñaba pequeñas obras teatrales en el sótano de la casa de un tío a manera de entretenimiento.
En su niñez, la familia se trasladó al barrio de Montserrat y Marina inició sus estudios de danzas españolas, pintura, dibujo, canto, piano e idiomas francés, alemán e inglés. También lideró una pandilla de niños llamada Los Arribeños del Norte, con la que desempeñaba pequeñas obras teatrales en el sótano de la casa de un tío a manera de entretenimiento. Prosiguió sus estudios en el Liceo Nacional de Señoritas N° 1, donde comenzó a diseñar sus primeros personajes, en general imitaciones de sus profesores. En esa institución se recibió de bachiller en 1921. Al terminar la educación secundaria, inició sus estudios en Filosofía y Letras, los cuales fueron interrumpidos cuando contrajo matrimonio en 1924 con Felipe Edelmann, un ingeniero de origen ruso mucho mayor que ella y educado en Alemania, con el que tuvo a su única hija, Ángela Dora, en 1926.
En 1934, se presentó en una prueba radiofónica y resultó elegida en la categoría de “cantante internacional”. En el ciclo de radio La voz del aire, cantó en tres idiomas y permaneció trabajando durante ocho meses bajo el seudónimo de Ivonne D'arcy. Marshall diseñó a Cándida, una empleada doméstica inspirada en una mujer de origen español que trabajaba en su casa de niña. El personaje, según su biógrafa Marily Contreras, era “una mujer ignorante, ingenua y torpe, pero querible, y que produjo entre los oyentes de Niní una enorme cuota de ternura, por el trasfondo de bondad que emanaba el personaje”.
En 1936, conoció a Marcelo Salcedo, un contador paraguayo de una empresa yerbatera con el que se casó poco tiempo después y diseñó su nombre artístico definitivo. Su apellido fue constituido por la primera sílaba del nombre y el apellido de su marido (Mar-Sal); la adhesión posterior de una «h» y una «l» hizo que quedara Marshall. En cambio, optó por una deformación de Marina para el nombre: Marinita-Ninita-Niní. En julio de 1940, Marshall firmó un contrato de exclusividad con Argentina Sono Film para filmar dos películas bajo dirección de Luis César Amadori en seis meses, acuerdo que luego se extendió hasta diciembre de 1943. Entre noviembre y diciembre de ese año, la actriz incursionó por primera vez en el ámbito discográfico al grabar -en su personaje de la tonadillera Loli- un disco con catorce temas musicales.
A comienzos de la década de 1940, encabezó las primeras superproducciones de la historia del cine argentino, Carmen (1943), Madame Sans Gene (1945) -por la que obtuvo el premio a la mejor actriz cómica de la ACCA- y Mosquita muerta (1946), todas dirigidas por Luis César Amadori. Tras el golpe de Estado de 1943, luego de que las autoridades consideraran el lenguaje utilizado por sus personajes como “una deformación del idioma”, Niní Marshall debió exiliarse en México. La situación se volvió a reiterar en 1950 cuando, en un confuso episodio, Marshall dejó de recibir ofertas de trabajo durante el gobierno de Juan Domingo Perón. Durante el peronismo (1946-1955), la actividad en el mundo del cine fue intensa pero la suma de favoritismo y censura para todo lo que escapara a la visión oficial había afectado la calidad de las producciones.
El último trabajo de Marshall con Manuel Romero ocurrió en 1949 con Mujeres que bailan. Fanny Navarro, una actriz proveniente del drama, fue una de las integrantes del elenco y durante la filmación de la película, Navarro se hallaba en pareja con Juan Duarte, hermano de Eva Perón y secretario privado del presidente. De acuerdo a Marshall, Navarro la invitó en nombre de Duarte en reiteradas ocasiones para cenar juntos al sostener que era “su actriz favorita” pero la actriz rechazó todas las propuestas “con cortesía pero sin ocultar mi falta de interés por conocerlo”. De regreso a Buenos Aires, por un pedido expreso de la primera dama Eva Perón supo que debían cancelar todos los proyectos que la convocaban. Tras dos horas de espera, salió el secretario del secretario del Presidente y en voz alta gritó: “Señora, dice el señor Duarte que se acuerde cuando en una fiesta de pitucos, vestida de prostituta, imitó a su hermana Eva”. Marshall debió emprender el exilio ante la imposibilidad de trabajar en Argentina, al igual que sus pares Libertad Lamarque y Arturo García Buhr.
Su retorno al cine luego tras la caída del peronismo tuvo lugar en Catita es una dama (1956), que no tuvo el mismo éxito que sus películas anteriores, por lo que ella actuaría en comedias de bajo presupuesto que tuvieron mala recepción. En cambio, sus presentaciones televisivas en los años de 1960 en Sábados circulares, generaron repercusión pública. En 1973, fue convocada para desarrollar un espectáculo de café-concert, Y...se nos fue redepente, que alcanzó más de 1500 presentaciones y le permitió llevar a escena todos sus personajes.
A lo largo de su carrera teatral, por su parte, se destacó en Coqueluche, Buenos Aires de seda y percal y La señora Barba Azul. Su éxito como humorista le valió los apodos de “la dama del humor” y “la Chaplin con faldas”. Niní Marshall se retiró del cine en 1980 después de filmar junto a Luis Sandrini ¡Qué linda es mi familia! En 1985 publicó sus memorias y continuó trabajando esporádicamente en la televisión hasta 1988. Durante sus 50 años de carrera profesional, Marshall intervino en 38 películas -28 en Argentina, 9 en México y una en España- más 10 participaciones en ciclos de televisión. Su filmografía comprendida entre 1938 y 1980, período en el que también se dedicó al teatro y la radio está compuesta por inolvidables comedias.
Los últimos años de su vida estuvieron marcados por los homenajes, entre los que destacan haber sido declarada en 1989 “Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires” y merecedora en 1992 del premio Podestá a la Trayectoria. Al momento de su muerte en 1996, Marshall era considerada una de las figuras del espectáculo más importantes y reconocidas de la Argentina. En la actualidad, un teatro en Tigre y una calle de Puerto Madero llevan su nombre a modo de reconocimiento.
Maracaibo, sábado 8 de mayo, del año 2021, el de la pandemia por coronavirus…
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