Los videojuegos y el cerebro
Una máxima de don Santiago Ramón y Cajal, señalaba que “Todo hombre, o mujer, puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”. Diego Redolar Ripoll es un investigador experto en neurociencia cognitiva quien insiste en esta premisa, planteando que todo lo que hacemos y lo que pensamos modifica la forma cerebral dada su plasticidad, de modo que podría decirse que “el cerebro nunca deja de aprender”.
El cerebro no es un órgano rígido, y tiene que “sobrevivir en un mundo cambiante, cambiándose a sí mismo”. Se ha demostrado que los niños que hacen música desarrollan mejor sus capacidades matemáticas, porque de alguna manera las matemáticas y la música están relacionadas en nuestro cerebro.
Diego Redolar Ripoll insiste en que “los videojuegos de acción o plataformas, con entornos 3D, facilitan la atención, la percepción y la cognición espacial y las funciones ejecutivas”. Cualquier videojuego en el que haya una presencia en peligro en la pantalla, está activando y desarrollando partes del cerebro que pueden ser de utilidad en el día a día. Hábitos como el de los videojuegos, pueden propulsar ciertas habilidades latentes que de otra forma no propulsaríamos. El videojuego no tiene por qué ser violento, y vemos cómo Videojuegos de plataformas como Super Mario Bros , Donkey Kong o Rayman, producen todos el mismo efecto: “modifican la función y la estructura del sistema nervioso”.
“De la misma manera que un niño de cuatro años puede aprender un segundo idioma y desarrollar un acento perfecto, es gracias a la plasticidad del cerebro que a esa edad, alguien que ha jugado a videojuegos antes de los 14 años va a tener una mayor facilidad para desarrollar ciertas habilidades si estimulamos sus neuronas que los que no lo han hecho. Incluso aunque hayan de jugar en su edad adulta”, explica Redolar, quien sin embargo no esconde que todo eso tiene también un lado oscuro.
Estas son algunas de las regiones cerebrales cuya función y estructura cambia: y el tipo de tareas en las que están implicadas: Red frontoparietal. Se activa en tareas con una gran exigencia de atención. Corteza cingulada anterior, implicada en la atención selectiva y dividida. Corteza prefrontal ventromedial, para el procesamiento de la información atendiendo a los estímulos que son relevantes para la consecución de un objetivo. Corteza entorrinal para la orientación espacial. Hipocampo derecho, región implicada en la representación mental de objetos, la manipulación mental de objetos, la orientación espacial y la memoria espacial. Red occipito-parietal, que controla el rendimiento visuomotor. Corteza prefrontal dorsolateral, que contribuye a mejorar las funciones ejecutivas y la realización de tareas que requieren mucha atención. Corteza orbitofrontal para la memoria de trabajo.
Pocos estudios destacan los efectos negativos de los videojuegos: no se han encontrado muchos artículos científicos sobre sus perjuicios en las capacidades cognitivas y prácticamente todo se resume la búsqueda a cuatro estudios que señalan resultados negativos. 1-hay menos activación en la corteza cingulada anterior, involucrada en el control atencional proactivo. 2- la exposición a contenidos violentos de los videojuegos puede estar relacionada con una menor capacidad de inhibir información irrelevante y con una mayor impulsividad. 3- una mayor exposición a los videojuegos en niños está asociada a un menor cociente intelectual verbal. 4- finalmente, se dice que los videojuegos pueden afectar a la cognición social, necesaria para establecer relaciones interpersonales.
Los niños vienen de serie adaptados para el cambio, su cerebro es más plástico precisamente para aprender. No les importan cambiar; al contrario, les estimula. A los adultos nos gusta menos el cambio porque no es agradable modificar nuestra forma de pensar cuando llevamos 40 años haciéndolo de una forma. Cuando aparecieron la poesía y el teatro, Platón la criticó en La República; se criticó la aparición de libros en la Edad Media, porque supuestamente corrompían las mentes. Más tarde, se dijo que la televisión “atonta” el cerebro y ahora, escuchamos más de lo mismo, con los ordenadores, las tablet, smartphones y las videoconsolas.
Al no ser plenamente conscientes de las metas, logros, niveles y recompensas del juego, los niños se aburren a partir del segundo año de vida, cuando los videojuegos sí motivan a edades mayores, Entre los seis y nueve años se ha producido ya la consolidación de la lectoescritura y el ordenador y el smartphone abre un mundo de posibilidades donde el niño debe ver como normal que interactuemos junto a ellos y por supuesto la posibilidad de acceder al historial de uso para detectar acceso a contenidos no adecuados.
La computadora (el ordenador) es la mayor herramienta de información hoy en día para el aprendizaje e interacción y no debe limitarse si su uso se hace de manera adecuada. Si un niño de siete años oye la palabra brontosaurio y se va a su dispositivo electrónico a buscar en Google su significado, es algo muy positivo, lo mismo que lo fue en nuestra época cuando consultábamos la enciclopedia. A partir de los 9 años comienza la edad dorada de los videojuegos. El juego es el mejor medio para aprender destreza y habilidades cognitivas de todo tipo incluidas las sociales. El mejor juego es el que se produce en el exterior, moviéndose y en grupos de niños de diferentes edades. Los videojuegos mejoran diferentes capacidades cognitivas, hay varios estudios serios que lo corroboran como optimizar la planificación, gestión de recursos y funciones ejecutivas.
Los investigadores apuntan que, mientras que hay muchos estudios sobre los posibles beneficios de jugar a los videojuegos, no se han encontrado muchos artículos científicos sobre sus perjuicios en las capacidades cognitivas. Solo cuatro estudios señalan resultados en este sentido. Se encontró que hay menos activación en la corteza cingulada anterior, involucrada en el control atencional proactivo. En otro estudio, se señala que la exposición a contenidos violentos de los videojuegos puede estar relacionada con una menor capacidad de inhibir información irrelevante y con una mayor impulsividad. Una tercera investigación explica que una mayor exposición a los videojuegos en niños está asociada a un menor cociente intelectual verbal. Y el último estudio dice que los videojuegos pueden afectar a la cognición social, necesaria para establecer relaciones interpersonales.
Hasta aquí llegaré con esta breve revisión sobre los videojuegos y el cerebro humano; gracias por interesarse en este tema. También informo que trataré de no escribir a diario, pues me han sugerido que no debo cansarles y por lo tanto, reduciré mi “escribidera” en provecho de sus neuronas de ustedes.
Maracaibo, miércoles 12 de mayo del año 2021, en plena crisis por la pandemia…
3 comentarios:
Dr Garcia Tamsyo ,me parece sumamente interesante este blog , la revision del tema de los video juegos ha sido exhaustiva.
La subire al Grupo"ElPostgrado en Psiquiatria- de LUZ ( Facebook)
Los adolescentes, por la etapa evolutiva donde se encuentran, tienen muchas dificultades para autorregularse. Como padres tenemos que establecer límites y normas para ayudarles en su autocontrol. Hoy en día, con los juegos friv en línea, que nunca se interrumpen ni terminan (24 horas/7 días a la semana), la dificultad es mayor. El juego sigue y pasan cosas, aunque el jugador no esté. Esto supone una mayor exposición a hormonas del estrés y puede generar efectos totalmente contrarios a los beneficios vistos en este artículo tanto en el desarrollo cognitivo, como conductual y social. Reducción de la materia gris, activación constante de la amígdala, trastornos de atención, hiperactividad, aislamiento, mayor conducta antisocial, impulsividad y actitudes violentas…
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