Jennifer y los chicleros
Mi amigo José Eduardo Espinoza citando lo escrito por Keith Pandolfi (un periodista ganador del premio James Beard) el 17 de julio de 2017, escribió ateayer a través de Facebook, un muy interesante artículo sobre los chiclets. Él recordaba a Miguel Cabrera y a Altuve quienes cuando llegaban a segunda base inmediatamente soplaban y una pelota de chicle bomba les nacía en la boca; pero más allá de estos interesantes detalles al actualizar un tema de apariencia banal, fue fantásticamente instructivo (¡hay hasta “chiclólogos”!). Para mí fue una revelación, no tanto por recordarnos que la mayoría de la goma provenía de los árboles de zapote en selvas tropicales del sur de México y América Central y regresar a las historias de los trabajadores conocidos como chicleros, mi amigo José Eduardo, me puso en la pista de la doctora Jennifer Mathews, cuando escribió aquello de…“me dijo Mathews”. Este detalle, a mí, particularmente me gustó…
El chisme que supuestamente le contó la doctora Jennifer fue que: …"los hombres que masticaban chicle eran vistos como afeminados, mientras que se suponía que las mujeres más jóvenes que lo hacían eran prostitutas”. Resulta ser que esto sucedía en tiempos lejanos, cuando “los Mayas de Yucatán”, es la época que MelGibson recreó en su, “Apocalipto”… Pero como los escribidores tenemos licencia para mentir, y sobre este tema ya he dado opiniones tan versadas como las Javier Cercas el 22 de agosto del 2019, (https://bit.ly/2MtGblo) reiterando lo expresado en este mismo blog en noviembre 2015 a propósito de su novela “Soldados de Salamina”; cuando señalaba: “en las novelas no deben existir respuestas claras sino preguntas contundentes… Las respuestas las debe soñar el lector”. Javier Cercas citaba también lo expresado por Bolaños: “hay que ser un redomado embustero para ser un buen novelista”.
Todos esos detalles han terminado por confirmar para mí, que mi estimado José Eduardo tiene pasta de novelista y si no lo sabía, yo le estoy informando y de paso, sugiriéndole que se dedique a escribir como oficio, novelando, pues estoy convencido de que creará fantásticas novelas. Le agradezco en el caso que nos ocupa, haberme dado la oportunidad de conocer a Jennifer, una doctora antropóloga y experta en la arqueología maya, pues es sobre ella que quisiera decir algunas cosas hoy.
Jennifer Mathews, es profesora asociada de antropología en el Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad Trinity donde dicta cursos de arqueología y antropología biológica. Ella es igualmente la autora del libro “Chicle: The Chewing Gum of the Americas, From the Ancient Maya to William Wrigley”. En 2019 recibió la “Dr. and Mrs. Z.T. Scott Faculty Fellowship” un reconocimiento a sus habilidades como profesora y mentora premiándola con la mención de “Piper Professor” el mayor título que se otorga esa Universidad a los profesores por docencia de niveles superiores para el año 2020.
La doctora Mathews comenzó sus estudios en la Universidad San Diego State en 1991 y desde 1993 trabaja haciendo investigación en México, mientras fue haciendo sus estudios de Maestría y Doctorado (Ph.D) en Antropología con especialización en Arqueología Maya en la Universidad de California en Riverside, ha escrito en revistas científicas y para capítulos de libros sobre la Arqueología Maya: Quintana Roo Archaeology (con Justine Shaw), Lifeways in the Northern Maya Lowlands: New Approaches to Archaeology in the Yucatán Peninsula (con Bethany Morrison) y The Value of Things: Prehistoric to Contemporary Commodities in the Maya Region (con Tom Guderjan).
La Dra Mathews publicó su ya mencionado libro, con Gillian P. Schultz, y actualmente trabaja con Tom Guderjan para publicar otro sobre la prehistoria de la civilización Maya "The Ties that Bind and the Walls that Divide: Prehistoric to Contemporary Maya Manipulation of Social Space". Más recientemente, en 2020, publicó con John Gust "Sugarcane and Rum: The Bittersweet History of Labor and Life on the Yucatán Peninsula". Jennifer trabaja igualmente con la curadora de Arte Pre-Colombino Lucía Abramovich para el Museo de Arte San Antonio.
Jennifer Mathews ha contado la verdadera historia de el chicle y su relación con los Mayas y los Aztecas, y con el asesoramiento del botánico Gillian Schultz, relata una fascinante crónica sobre el chicle o chicozapote (Manilkara zapota) un árbol de la familia de las sapotáceas originario de México, América Central y América del Sur tropical conocido vulgarmente como níspero. La palabra zapote es de origen náhuatl: tzapotl, nombre que se les daba a los frutos de forma esférica y semillas grandes. La palabra chicle también es de origen náhuatl chictli/tzictli. En maya es sicte, árbol sagrado del chicozapote. Por su sabor dulce y aromático, numerosos pueblos amerindios utilizaban la goma para mascar, conocida como chicle (del náhuatl tzictli) que no es otra cosa que un polímero gomoso que se obtiene de la savia del árbol.
Tras hacer todo un recorrido por la botánica y la historia real del chicle, la doctora Mathews interpreta el requerimiento de los chicleros, quienes trabajan rudamente, metidos en la selva desde mucho antes de que existiese Dentyne® y Chiclets®, antes del chicle bomba y del Doublemint®, y nos recuerda que existió el chicle porque era extraído de los árboles hiriendo el tronco con un machete bien amolado.
Maracaibo, lunes 22 de febrero del año 2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario