La memoria sensorial
En un principio, el concepto de memoria sensorial quedó fuera del modelo presentado en 1968, y fue agregado posteriormente. Si bien nuestros sentidos experimentan cosas diferentes en términos de la vista, el oído, el tacto, el sentimiento y el gusto, sólo una fracción de todo esto es recordado. Ésta fue la base del modelo de Atkinson y Shiffrin que mostró cómo funciona cada una de estas formas de memoria. De estas cosas ya algo hablábamos el 11 de este mes en Recuerdos(2) (https://bit.ly/2VMzMYd).
Solo una cosa no hay; es el olvido, fue la frase del poema “Everness”de JLBorges usada como epígrafe en mi novela “El año de la lepra”. Decía Borges: “De los dos poemas que diré Everness y Ewigkeit requieren alguna explicación. Everness, en inglés, significa eternidad, Ewigkeit, en alemán, tiene el mismo sentido. Son solo dos poemas... Desvergonzadamente sentimentales, puedo decirlo. Se escribieron solos Sin que yo participara mucho en su elaboración Insistieron en que yo los escribiera Finalmente no me opuse…
“Everness” “Solo una cosa no hay, es el olvido Dios que salva el metal, salva la escoria y cifra en su profética memoria las lunas que serán y las que han sido. Ya todo está. Los miles de reflejos Que entre los dos crepúsculos del día tu rostro fue dejando en los espejos y los que irá dejando todavía. Y todo es una parte del diverso cristal de esa memoria, el universo no tienen fin sus arduos corredores y las puertas se cierran a tu paso solo del otro lado del ocaso verás los arquetipos y esplendores”.
A mediados del siglo XX se pudo determinar que el aprendizaje era el fruto de la modificación de las conexiones sinápticas entre neuronas. Hoy sabemos que las neuronas sufren cambios de potencial eléctrico, que se transmite a través de sus axones y son recibidos por otras neuronas en sus dendritas. La activación frecuente de estos contacto o sinapsis trasmite la información y análogamente, la falta de actividad en una conexión presináptica o postsináptica produce un decaimiento exponencial de la efectividad de dicha sinapsis.
Si un determinado recuerdo se evoca poco frecuentemente, el efecto de decaimiento natural supera al efecto del reforzamiento por el uso y se produce una pérdida de efectividad progresiva de la sinapsis, que acabaría por afectar a algún circuito neuronal que interviene en el recuerdo o la habilidad perdida. En las personas de edad avanzada, cuando los olvidos se hacen recurrentes y cada vez más frecuentes pueden ser indicio del inicio de la enfermedad de Alzheimer. Habíamos señalado que en el proceso de almacenamiento de los conocimientos en la memoria es posible diferenciar las fases de Codificación o registro; Almacenamiento y Recuperación, etapas que intervienen siempre en lo que llamamos recordar, es decir, evocar y reconocer la información adquirida y almacenada en la memoria. La recuperación significa traer a la conciencia la información.
Vladimir Nabokov (https://bit.ly/2Sz6yKU) en uno de sus libros titulado “Habla memoria” lograría a través de una serie de relatos largos, construir un libro ameno, original, divertido y estilizado como sus novelas. Nabokov rememoraría sus meditaciones infantiles en el retrete, sus vacaciones en la finca campestre de la familia, sus amoríos adolescentes con Tamara en los museos de San Petersburgo y narraría las peripecias de su huida de las huestes de Lenin y de su exilio europeo. Su libro que resultó ser un homenaje a la honestidad política de su padre y a la belleza y ternura de su madre es un fiel reflejo de la memoria vuelta literatura.Se denomina memoria sensorial a la capacidad de registrar las sensaciones percibidas a través de los sentidos. Esta memoria tiene una gran capacidad para procesar gran cantidad de información a la vez, aunque durante un tiempo muy breve y constituye la fase inicial del desarrollo del proceso de la atención. Existen almacenes de información provenientes de los distintos sentidos que prolongan la duración de la estimulación y facilitan, su procesamiento en la llamada memoria operativa.
Los sentidos de la vista y el oído poseen un depósito de gran capacidad en el cual la información almacenada es una representación isomórfica de la realidad de carácter puramente físico. Los elementos que finalmente se transferirán a la memoria operativa serán aquellos a los que el individuo le llame la atención. El almacén ecoico, mantiene almacenados los estímulos auditivos hasta que el receptor haya recibido la suficiente información para poder procesarla definitivamente en la memoria operativa.
La memoria a corto plazo es el sistema donde el individuo maneja la información a partir de la cual está interactuando con el ambiente. Esta información es más duradera que la almacenada en las memorias sensoriales, pero está limitada a elementos durante segundos si no se repasa. Esta limitación de capacidad se pone de manifiesto en los efectos de primicia y ultimidad. Para que sean memorizados, al cabo de un breve lapso se recuerdan con mayor facilidad los ítems que se presentaron al principio o los que se presentaron al final de una lista, pero no los intermedios. Las funciones generales de este sistema de memoria abarcan la retención de información, el apoyo en el aprendizaje de nuevo conocimiento, la comprensión del ambiente en un momento dado, la formulación de metas inmediatas y la resolución de problemas.
La memoria operativa o memoria de trabajo está formada por varios subsistemas: un sistema supervisor (el ejecutivo central) y dos almacenes secundarios especializados en información verbal (el lazo articulatorio) y visual o espacial (la agenda visoespacial). El sistema neuronal ejecutivo central coordina los recursos del sistema y los distribuye por diferentes almacenes, denominados esclavos, según la función que se pretenda llevar a cabo. Se centra, por lo tanto, en tareas activas de control sobre los elementos pasivos del sistema; en este caso, los almacenes de información.
El sistema ejecutivo central es responsable de la transformación automática del lenguaje presentado de forma visual a su forma fonológica, por lo que, a efectos prácticos, procesa la totalidad de la información verbal. El lazo articulatorio o bucle fonológico, por su parte, se encarga del almacenamiento pasivo y mantenimiento activo de información verbal hablada. El primer proceso hace que la información se pierda en un breve lapso, mientras que el segundo –la repetición- permite refrescar la información temporal. La capacidad de almacenamiento del «lazo articulatorio» no es constante como se creía sino que disminuye a medida que las palabras que deben recordarse son más largas.
Se ha investigado cómo la limitación de recursos de la «memoria operativa» afecta la ejecución de varias tareas simultáneas. Se ha demostrado que las personas ancianas muestran peor rendimiento en las tareas que requieran el uso del componente del «ejecutivo central» de la memoria de trabajo. Por el contrario, las tareas que precisen del bucle fonológico no se verán tan afectadas por la edad. En la actualidad aún no está aclarada esta cuestión.
Memoria no declarativa (implícita) La «memoria no declarativa» puede considerarse un sistema de ejecución implicado en el aprendizaje de distintos tipos de habilidades (se conoce también como memoria procedimental. Este tipo de memoria se activa de manera automática, como una secuencia de pautas de actuación (procedimientos), ante las demandas de una tarea. Pueden ser una serie de repertorios motores (como escribir) o estrategias cognitivas (hacer un cálculo) que llevamos a cabo de modo inconsciente. La Memoria declarativa (explícita) contiene información referida al conocimiento sobre el mundo y sobre las experiencias vividas por cada persona. Un ejemplo de la misma es el día de año nuevo, que recordamos y para todos es diferente.
Maracaibo, jueves 26 de agosto del año 2021
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