La Ciudad Sagrada de Caral-Supe o simplemente Caral, es un sitio arqueológico que se encuentra en el valle de Supe, cerca del poblado actual de Caral, 182 kilómetros al norte de Lima ciudad capital de Perú. Con una antigüedad de más de 5000 años es considerada la ciudad más antigua de América y una de las más antiguas del mundo. Hasta ahora, en el continente americano no existe otro sitio más antiguo con semejante diversidad de edificios monumentales, ceremoniales y administrativas. La Ciudad Sagrada ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
En el litoral, y cercano a la desembocadura del río Supe, a 23 km de la costa del Océano Pacífico, la civilización caral parecía haber establecido su ciudad pesquera. Allí se han hallado restos de sacrificios humanos de hace 4500 años. Otros sitios en el valle de Supe que formaban parte del núcleo de la civilización caral son Miraya, Lurihuasi, Chupacigarro, y Allpacoto. La zona se encuentra encerrada por la configuración de la cordillera, son 10 km de largo que conforman una sección de valle fértil, bien definido y de fácil control.
En 1994, Ruth Shady recorrió nuevamente el valle de Supe y reidentificó dieciocho sitios con las mismas características arquitectónicas, El equipo dirigido por Shady excavó en Caral a partir de 1996, y Shady presentó sus datos por primera vez en 1997, en el libro La ciudad sagrada de Caral-Supe en los albores de la civilización en el Perú. Se ha confirmado la antigüedad de la civilización caralina a través de 146 fechados radio carbónicos, realizados en los Estados Unidos, Caral tiene una antigüedad de 5000 años aproximadamente, cuando en el resto de América el desarrollo urbano comenzaría 1500 años después.
Los inicios serían hacia el 5000 a. C.. Las primeras construcciones de mayor tamaño corresponden a 3000-2600 a. C. y hubo una remodelación general y anexión de las plazas circulares en 2600-2300 a. C. Luego vendría un periodo tardío en el que se ampliaron los edificios públicos en 2300-2200 a. C. Se calcula que comenzaría la aparente pérdida de su importancia en 2200-2100 a. C., y al mismo tiempo crecería otro asentamiento en el valle bajo, de mayor tamaño que Caral, llamado Era de Pando. Paulatinamente se abandonará Caral y se procederá a enterrar sus edificios en 2100-1800 a. C. Se desconocen las causas del fin de Caral; posiblemente, el sitio sufrió los estragos de eventos naturales, como terremotos y puede ser el fenómeno de El Niño, todo los cuales crearon las condiciones para su abandono.
Los cálculos más conservadores estiman que la ciudad sagrada de Caral albergó de 1000 a 3000 habitantes. Se ha determinado que existía una gran diferenciación social. La población se dividía en clases sociales, cada una de las cuales cumplían determinadas funciones organizadas de manera jerárquica. En Caral, las obras arquitectónicas en la ciudad y en el campo y los materiales asociados evidencian una organización social compleja dividida en tres estratos jerarquizados, la población mayoritaria, los especialistas, y en el centro urbano las autoridades conductoras de lo terrenal y lo espiritual.
Se han encontrado evidencias de que los hombres de Caral contaban con conocimientos de astronomía, que aplicaban en la elaboración del calendario, relacionado con la celebración de festividades y otras actividades económicas, religiosas y cívicas. Se han hallado, geoglifos y líneas esparcidos en las planicies desérticas del valle, al lado de piedras talladas dispersas; así como un recinto subterráneo originalmente techado, que parece ser un observatorio. También se halló un monolito o huanca hincado en el suelo de una plaza pública, que habría sido un instrumento de observación astronómica.
Se ha identificado la presencia de los grandes monumentos de carácter religioso (pirámides o templos) con sus plazas, atrios y altares del fuego sagrado o fogones, en donde se realizaban las diversas festividades del calendario ceremonial, por lo que se infiere que lo que mantuvo unido a la población de Caral fue presumiblemente la religión, que sería el medio de cohesión y coerción social. La religión sería el conducto a través del cual el Estado controlaba a la población, la producción de bienes y su circulación.
El perímetro de Caral fue declarado Patrimonio de la Humanidad por el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco el 28 de junio de 2009 en Sevilla, con ocasión de su trigésima tercera sesión ordinaria, donde se reconoció que Caral es distinguido por su antigüedad, complejidad arquitectónica con edificios piramidales, plazas, su diseño y la extensión urbana. Su investigación y conservación se encuentra desde 2007 a cargo del Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe ahora Zona Arqueológica Caral, dirigida por la arqueóloga Ruth Shady Solís.
La publicación de un reciente artículo que comprueba que los pueblos de Altái (ubicados en una región rusa entre Siberia, China y Mongolia) están emparentados con las culturas azteca, inca e iroqués, fue ratificado por las dos revistas científicas más prestigiosas del mundo, Nature y Science, que publicaron dos estudios sobre el análisis del genoma de los indígenas y sus antepasados siberianos. La información genética de 48 personas en Brasil, se usó con una muestra más amplia de habitantes originarios de América y de Siberia. El genetista ruso Oleg Balanovski, quien junto con su equipo de expertos estudió a profundidad el ADN mitocondrial y el cromosoma Y en más de 25 mil muestras de material genético de miembros de 90 grupos étnicos de Rusia y América, hallazgos que han servido para recordarnos la vigencia de la teoría sobre el paso de nuestros ancestros por estrecho de Bering…
NOTA: agradezco a mi amigo patólogo Gustavo Zanelli por haberme puesto en la pista de esta importante antigua civilización americana.
Maracaibo, domingo 22 de agosto del año 2021
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