miércoles, 6 de noviembre de 2019

Templarios exculpados…


Templarios exculpados…

A finales de octubre de 2007 se produjo la noticia, en periódicos y prensa especializada, sobre la reaparición de un pergamino con la absolución papal de los templarios. El pergamino había sido hallado en 2002 por la historiadora italiana Barbara Frale (Viterbo1970). La investigadora halló traspapelado el documento que se había extraviado, supuestamente debido a un error de catalogación. El folio, fechado en el castillo Chinon, entre el 17 y el 20 de agosto de 1308, tiene unas dimensiones de 70 x 58 cm. y todavía lleva los sellos de los tres legados pontificios que formaron la Comisión especial nombrada para ese efecto por el Papa Clemente V. El pergamino contiene la absolución papal de la Orden de los Caballeros Templarios, absolución que no llegó nunca a hacerse efectiva.

Tras la Invocatio y la Intitulatio del Protocolo del documento, nos enteramos de que tras las acusaciones del monarca Felipe El Hermoso, el pontífice nombró una comisión para saber “el origen de la verdad”. El Papa ordenó interrogar al Gran Maestre Jacques de Molay y a los distintos mandatarios templarios retenidos en el castillo de Chinon, localidad francesa del Loire. Aunque posteriormente, el Papa les concedió la absolución, curiosamente no es sino hasta este siglo en que el nombre y la reputación de los Caballeros Templarios quedaría rehabilitado, tras el descubrimiento 700 años después de ese mismo documento. No será así para con los personajes involucrados, el Rey Felipe IV y sus asesores Nogaret y Colonna y los Pontífices Benedicto XI quien absolvió al rey y a Nogaret, el débil Papa Clemente V quien daría inicio a la llamada “cautividad de Babilonia” con la huida a la ciudad de Aviñon.


La obsesión del rey de Francia, Felipe IV el Hermoso, había sido siempre la de agrandar el territorio de la Corona francesa. Muy pronto incorporó a ésta la Champaña y algunos territorios pirenaicos como Soule y Bigorra, que pertenecían a su esposa, Juana de Champaña, reina de Navarra. Posteriormente incorporó a la Corona Vivarais, Lyon y Valenciennes. No contento con esto compró más territorios con gran desembolso, como Quercy, Chartres y posteriormente Angulema, La Marche o Lusignan en 1303. Todas estas compras de territorios generaron unos enormes gastos que mermaron las arcas de Francia.
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El rey taimadamente trató de evitar el pago del diezmo y obtener dinero de la iglesia sin la intercesión del Papa. La iglesia estaba exenta de dar ayuda financiera, pero debido a sus propios problemas económicos el Papa no aceptó la propuesta del rey francés, lo que le llevó a un violento conflicto del Rey con el Sumo Pontífice, Bonifacio VIII (Benedetto Gaettani 1235-1303). El conflicto puso en evidencia la falta de honestidad del monarca, y las diferencias entre ambos terminaron con el arresto del Papa en Agnani, que dio lugar al famoso episodio que registra la historia como “el Ultraje de Agnani”. Instigado por su canciller Guillem de Nogaret, con Sciarri Colonna, miembro de la rama romana de la familia Colonna, una familia con la que el Papa Bonifacio VIII tenía también desavenencias, el rey envió a Nogaret y Colonna con 300 hombres a Roma para deponer al Papa pero el Pontífice no se encontraba allí sino en Agnani, una localidad del Lacio. Se dirigieron allí y lo arrestaron y tras el saqueo de la localidad, los lugareños se enfrentaron con los rebeldes y consiguieron liberar al Papa.

Mientras el Papa estuvo cautivo y, debido quizá a su fuerte carácter. Colonna llegó a abofetearlo en varias ocasiones. Esto resintió de tal manera al Pontífice que murió al mes siguiente, según se dice, a causa de la humillación sentida por las bofetadas. Tras la muerte del Papa Bonifacio VIII subió al solio pontificio Benedicto XI (Nicolás Boccasini 1240-1304) de carácter sumiso y absolvió al rey y a Nogaret del delito contra su antecesor.  Después le siguió el débil Papa Clemente V (Bertrand de Got 1264-1314), a quien el Rey francés obligó a cambiar la ubicación de la Santa Sede, trasladándola a Avignon. En 1307, un gran número de templarios fueron apresados, inducidos a confesar bajo tortura y quemados en la hoguera. En 1312, Clemente V cedió a las presiones de Felipe IV y disolvió la orden.

A pesar de las presiones papales el último gran maestre del Temple, Jacques de Molay, se negó a aceptar el proyecto de fusión de las órdenes militares bajo un único rey soltero o viudo. El 6 de junio de 1306 fue llamado a Poitiers por el papa Clemente V para un último intento, tras cuyo fracaso, Felipe IV de Francia intimidó a Clemente V para que iniciase un proceso contra los templarios. En esta labor, el rey  contó con la ayuda de Nogaret, canciller del reino, el estratega del incidente de Anagni, que acabó con el Papa Bonifacio VIII, y se les acusó a los Caballeros Templarios de sacrilegio a la cruz, herejía, sodomía y adoración a ídolos paganos: de escupir sobre la cruz, renegar de Cristo a través de la práctica de ritos heréticos, de adorar a Baphomet y de tener contacto homosexual, entre otras cosas.

Para dar más publicidad a esta solemnidad, se erigió una plataforma para la lectura de la sentencia delante de la catedral Notre Dame de París. Pero, en el momento supremo, Molay recuperó su coraje y proclamó la inocencia de los templarios y la falsedad de sus propias supuestas confesiones. En reparación por este deplorable instante de debilidad, se declaró dispuesto a sacrificar su vida. Fue inmediatamente arrestado como herético reincidente, junto a otro dignatario que eligió compartir su destino, y fue quemado junto a Godofredo de Charnay atados a una estaca frente a las puertas de Notre Dame en l'Ille de France el día de la Candelaria (18 de marzo) de 1314.

El Papa Clemente V nunca creyó en las acusaciones de herejía y negó las acusaciones de traición, herejía y sodomía con las que el rey de Francia inculpaba a los Templarios, pero igualmente el Papa convocó el Concilio de Vienne para confirmar dichas acusaciones, de manera que aunque el papa  intentase en su fuero interno evitar la condena, su debilidad frente a Felipe IV de Francia hizo que continuase el proceso de disolución de la Orden, que acaba en 1312.
Maracaibo jueves 6 de noviembre, 2019

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