domingo, 3 de noviembre de 2019

La serpiente de Ohio


La serpiente de Ohio
En los Estados Unidos, existe un monumento indígena en forma de serpiente que, supuestamente se está devorando un huevo. Es el túmulo conocido como “Serpent Mound”, y está situado en el estado de Ohio; su extensión es tal, que sólo se puede ver perfectamente desde una altura considerable. Es un túmulo alargado de formas redondeadas de 380 metros de largo por unos 6 de ancho y 1´20 de altura con un contorno zigzagueante. Se le puede distinguir en sus extremos la cola enroscada y la supuesta cabeza a punto de engullirse una especie de huevo.

Su construcción data hacia el año mil de nuestra era y se atribuye a la cultura de los Adena (500 a.C.-200 d.C.), llamados así por un yacimiento cercano en el mismo estado de Ohio, o bien a la cultura de los Hopewell (1 d.C.–400 d. C.). Estas dos culturas estaban caracterizadas por la construcción de grandes túmulos sepulcrales, generalmente para personajes de alto nivel social, jefes o grandes chamanes. Su atribución a la cultura Adena, así como su datación, se relacionan con un túmulo sepulcral de forma cónica cercano a la serpiente, que parece pertenecer a ésta. El túmulo fue creado totalmente con una especie de barro amarillo, extraído del cercano arroyo de Brush, dispuesto sobre un lecho de piedras. La construcción del monumento sin duda alguna necesitó de un gran número de personas para trasladar cientos de toneladas de tierra, piedras y barro desde el arroyo y disponerlo en tan curiosa forma.

El conocimiento de la topografía del terreno, supone una especialización importante ya que una obra de esta envergadura, sólo pueda apreciarse en su totalidad desde el aire. Parece que fue desde mucho tiempo atrás un lugar sagrado, ya que el montículo está localizado en el borde de un cráter formado por el impacto de un pequeño asteroide hace 300 millones de años. Posiblemente el lugar estuvo dedicado a la adoración del espíritu de la serpiente, animal sagrado y relacionado con el agua en algunas culturas indígenas de Norteamérica.

Según la versión de un viejo chaman de la zona… -La cara de la tierra es el libro del Piel Roja y esos montículos son las letras. Por lo tanto, esos monumentos constituyen una forma de expresión de la realidad indígena. Respecto a la Gran serpiente de Ohio, el chaman reveló que su construcción se remontaba a los orígenes de una nueva civilización -“Los adoradores de reptiles fueron reducidos por los avatares de la guerra y obligados a adorar al Sol, a la Luna y a los demás cuerpos celestes, como únicos objetos dioses dignos de adoración. Secretamente enterraron sus antiguos dioses en los símbolos terrestres que representan dichos cuerpos celestes”-.

El montículo de la Serpiente es el más grande en su tipo en el mundo.  Observándolo desde el cielo detenidamente, este monumento en forma de reptil se ha constatado que coincide plenamente con la representación gráfica de la Osa Menor, una constelación cuyo extremo termina en la estrella Polar o estrella del Norte. Además, la posición de la cola de la serpiente enroscada sobre sí misma, el sentido de su rotación, corresponde exactamente a la misma constelación que existe en torno a la estrella Polar. La  cabeza de la serpiente está alineada con la puesta del sol del solsticio de verano y las curvas de su cuerpo están alineadas con la luna. Sin embargo, los más recientes estudios realizados por William F Romain arrojan  que el diseño de la estructura se ajusta de acuerdo con el patrón de las estrellas que componen la constelación Draco. Encajándose con una precisión justa para el Montículo de la Serpiente, con la antigua estrella polar, Draconis-alfa, en su centro geográfico en donde se sitúan, en la primera de las siete bobinas de la cabeza.

En 1885 John P. McLean publicó un mapa de Serpent Mound, señalando, no sólo la forma oval, sino otro montículo que, según él, tendría forma de rana, y estaría situado enfrente del símbolo oval. Durante 1890, Francis Parry había intentado relacionar el Serpent Mound con varios símbolos utilizados por los indios del suroeste y de México. Para él la efigie parecía representar al dios del aire, y el huevo sería un emblema solar, estando la cabeza de la serpiente representada por el triángulo que allí se puede observar. También en 1890, el anticuario Stephen D. Peet planteó la hipótesis de que el túmulo era la efigie de una divinidad: como sí allí residiera un gran Manitú ( Espíritu Sagrado)”.

El reverendo Landon West, de Pleasant Hill, Ohio, creyó que el túmulo de la serpiente había sido creado propiamente por Dios, para designar al condado de Adams como el lugar en el que estuvo el Jardín del Edén. El hecho de que allí cayera un meteorito y que se puedan divisar y contemplar desde dos puntos en concreto del túmulo los solsticios de verano y de invierno (hoy día estos están indicados por sendos letreros) debe ser indicativo de que, en un terreno designado como sagrado y con signos de adoración de tipo solar. La serpiente también ha sido asociada a símbolos de sabiduría. El dios Hermes, de larga tradición ocultista y esotérica, está dotado con un caduceo con dos serpientes reptando y enfrentadas. En la tribu africana Fon, creen que la serpiente cósmica Aida-Hwedo, contribuyó a la creación del mundo al llevar en sus fauces al Creador mientras éste formaba el mundo. Finalmente, el huevo como símbolo del universo en creación, ¿podría interpretarse la efigie como la serpiente creadora del universo, regurgitando el huevo en lugar de tragarlo?

La mitología de numerosos pueblos prehispánicos de Mesoamérica nos ha hablado de La Serpiente Emplumada como una divinidad relacionada con el agua, pero a lo largo de los siglos fue adquiriendo otras atribuciones y desdoblándose en otras advocaciones en la mitología de cada pueblo indígena donde existía su culto. He aprovechado este espacio del blog para mostrarles, otra serpiente, ésta sin plumas y que es propia de los indígenas “pieles rojas” norteamericanos.

Maracaibo, domingo 3 de noviembre, 2019

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