sábado, 13 de noviembre de 2021

Los videojuegos y el cerebro

 

Los videojuegos y el cerebro

Una máxima de don Santiago Ramón y Cajal, señalaba que “Todo hombre, o mujer, puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”, es decir que todo lo que hacemos y lo que pensamos modifica la forma cerebral dada su plasticidad, de modo que podría decirse que “el cerebro nunca deja de aprender”.

Aunque no se ha descrito mucho sobre efectos deletéreos de los videojuegos sobre el Sistema Nervioso Central(SNC), sabemos que con videojuegos  logramos  modificar el funcionamiento de nuestro cerebro y cambiamos su estructura, y esto es un fenómeno que sucede en varias regiones muy específicas. Hay al menos cuatro estudios que señalan alteraciones asociadas con los videojuegos que están fundamentadas en una menor activación en la corteza cingulada anterior -involucrada en el control atencional proactivo-. También se ha planteado que la exposición a contenidos violentos de los videojuegos puede estar relacionada con una disminución de la capacidad para inhibir información irrelevante y se dice que puede asociarse con una mayor impulsividad. También se ha señalado que una exposición exagerada a los videojuegos -en niños- tiende a disminuir  el cociente intelectual verbal. Finalmente, se ha planteado que los videojuegos pueden afectar a la cognición social necesaria para establecer relaciones interpersonales.

En la revista Fronteras de la Neurociencia Humana aparecería ya en el año 2017 un análisis sobre la influencia de los videojuegos sobre el comportamiento y directamente sobre el cerebro, donde se señalaba que los videojuegos aumentaban el tamaño del cerebro y que aumentaban también el desempeño de las áreas responsables de las habilidades visuales y de espacio en el SNC. Los resultados  ya apuntaban a que, el uso cotidiano de videojuegos era capaz de modificar la conectividad estructural cerebral “virtualmente en todas las partes del cerebro”, que van desde las fibras de las cortezas visuales, temporal y prefrontal, hasta la corteza del hipocampo.

Se describen tres cerebros: el complejo reptiliano, el sistema límbico y la neocorteza. Todos ellos están involucrados en las conexiones que se dan durante los videojuegos. Existe el llamado el Cerebro Reptiliano que es la parte más antigua de nuestro cerebro, -el que se encuentra en los reptiles que son las especies animales con menos desarrollo cerebral, y es una parte del sistema nervioso que se limita a ejecutar códigos programados genéticamente. Existe también el sistema límbico que es la parte del cerebro especializada en la gestión de las emociones, el aprendizaje y de la memoria y lo componen la amígdala cerebral, el  hipocampo, la circunvolución parahipocámpica, la circunvolución del cuerpo calloso, el área subcallosa, la región del septum y el giro paraterminal, entre otras estructuras. El concepto de “sistema límbico”, sin embargo, se basa más en relaciones funcionales que en estructuras anatómicas.

Decía que el uso habitual de los videojuegos es capaz de modificar la organización estructural y funcional de determinadas regiones cerebrales que son de importancia crítica para funciones como la atención, la percepción, la memoria y las decisiones ejecutivas. De manera que los videojuegos modifican la configuración de nuestro SNC generando cambios neuronales tanto en su estructura como los vinculados con la organización funcional de regiones críticas para diferentes dominios cognitivos.

El encéfalo de una persona adicta a videojuegos muestra los mismos cambios neuronales (funcionales y de conectividad estructural) que sobrevienen en otras adiciones como, por ejemplo, el consumo de sustancias  estupefacientes. Existen evidencias de que los juegos de Internet conducen a cambios en las regiones del cerebro asociadas con la adicción. 

Estructuralmente, se ha demostrado que los individuos diagnosticados con trastornos de los videojuegos de Internet muestran un aumento en el tamaño de una región del cerebro conocida como el estriado, región que está asociada con el placer, con la motivación y la adicción a las drogas. Para demostrar la activación cerebral utilizaron una máquina de resonancia magnética funcional y se observó que ante señales visuales relacionadas con los juegos, los participantes con -trastornos de los juegos de Internet- mostraron una mayor activación de las regiones cerebrales asociadas con la adicción a las drogas, incluido el estriado y la corteza prefrontal. Cuanto mayor era el deseo por el juego, mayores eran los niveles de activación.

Estando en conocimiento de que los videojuegos activan las mismas regiones cerebrales sobre las que actúan las drogas que crean dependencia, este es un hecho que podría tener una implicación positiva al conferirle a los videojuegos la potencialidad de utilizarse como herramientas de rehabilitación cognitiva.

Resumiendo, es un hecho que el uso de los videojuegos estará cambiando la configuración de nuestro sistema nervioso central, cambios tanto en la estructura como en las conexiones dendríticas de las neuronas vinculados con la organización funcional de regiones críticas para diferentes dominios cognitivos. Por esta razón, si partimos del conocimiento de que jugar videojuegos cambia el funcionamiento de nuestro cerebro, y también modifica su estructura, en muchas regiones del mismo, vale la pena destacar que existen evidencias de que las regiones del cerebro que juegan un papel clave en la atención, son más eficientes en las personas que juegan a videojuegos en comparación con los no jugadores.

 

Un estudio publicado en la revista Nature y desarrollado por científicos de la Universidad de California en San Francisco (EUA) mostró que el uso del videojuego 3-D diseñado específicamente para el estudio logró mejorar el rendimiento cognitivo en adultos mayores  y revertió en el cerebro algunos de los efectos adversos asociados con el envejecimiento. Por lo que se concluiría que “los videojuegos de acción o plataformas, con entornos 3D, facilitan la atención, la percepción y la cognición espacial y las funciones ejecutivas

Para concluir, el uso habitual de videojuegos ha demostrado su capacidad de modificar la organización estructural y funcional de regiones cerebrales que son de crítica importancia para funciones cognitivas como la atención, la percepción, la memoria y las funciones ejecutivas y se ha comprobado que ellos pueden ayudar a mejorar otras capacidades como el razonamiento y la memoria, evidencias éstas que han influido en el crecimiento de la industria de los videojuegos, y a que cada vez sean más las empresas que desarrollan aplicaciones para el móvil con juegos que ayudan a mejorar la memoria y la agilidad mental.

NOTA: estos conceptos son planteados en la ponencia dictada hoy sábado 13 de noviembre de 2021 en el “Primer conversatorio sobre el uso y abuso de los Video-Juegos en los niños y adolescentes” del postgrado de Psiquiatría de la Universidad del Zulia.

Maracaibo, sábado 13 de noviembre del año 2021

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