La patrona de los músicos
Sobre cosas como las que relataré hoy, ya escribí en mi blog un 22 de noviembre del año 2018 desde Mississauga, en Canadá, y el año pasado (2020) me antoje escribir nuevamente en mi cumpleaños la historia de Santa Cecilia, esa vez desde Maracaibo. No siempre hice algo así; en 2015, también estaba en Maracaibo el 22 de noviembre y escribiría sobre “el loco del pelo rojo” (https://bit.ly/3x8cavR) como un homenaje a Vincent van Gogh, y en los años previos 2014 y 2013 mi cumpleaños supongo que para mí, pasaría desapercibido, y es que no escribía tanto como ahora…
Santa Cecilia es la santa patrona de la música, de los poetas y de los ciegos junto con Santa Lucía de Siracusa. Sus atributos son el órgano, el laúd y las rosas y se dice que nació y murió habitando en La Vía Apia de la ciudad de Roma. El 22 de noviembre, día de su muerte se celebra todavía en el templo donde fue preservada, una iglesia romana dl siglo V que dedicada a ella existe en el barrio romano del Trastévere. Se sitúa el momento de su muerte en el reinado de MarcoAurelio y Comodo (aproximadamente el año 177).
Hacia el año 480 aparecieron unas Actas de santa Cecilia anónimas, en latín, en numerosos manuscritos que se tradujeron al griego. Según este texto, Cecilia, virgen era hija de una familia senatorial romana, y se había convertido al cristianismo desde su infancia. Solía llevar un vestido de tela muy áspera bajo la túnica propia de su dignidad, ayunaba varios días por semana y había consagrado a Dios su virginidad. Pero su padre, que veía las cosas de un modo diferente, la casó con un joven patricio. Tras la celebración del matrimonio con un noble joven pagano, Valerius, en la cámara nupcial, Cecilia le dijo que ella había entregado su virginidad a Dios y que un ángel celosamente guardaba su cuerpo. Valerius pidió ver al ángel, y Cecilia lo envió a la vía Apia, donde debía encontrarse con el papa Urbano I. Valeriano le obedeció y Urbano I, el papa lo bautizó. Entonces él regresó como cristiano ante Cecilia se le apareció un ángel a los dos y los coronó como esposos. Cuando Tiburcio, el hermano de Valeriano, se acercó a ellos, también fue convertido al cristianismo. El prefecto Turcio Almaquio condenó a ambos hermanos a la muerte, pero el funcionario designado para ejecutar la sentencia, de nombre Máximo, también se convirtió al cristianismo y sufrió el martirio con los dos hermanos. Cecilia enterró sus restos en una tumba cristiana, pero Cecilia sería buscada por los funcionarios del prefecto y condenada a morir ahogada en el baño de su propia casa pero sobrevivió, y la pusieron entonces en un recipiente con agua hirviendo, pero también permaneció ilesa, por lo que el prefecto decidió que la degollasen allí mismo. El ejecutor dejó caer su espada tres veces y como no pudo separar la cabeza del tronco, huyó despavorido, dejando a la virgen bañada en sangre. Cecilia pasó tres días entre la vida y la muerte. En ese tiempo los cristianos acudieron a visitarla en gran número. La santa legó su casa a Urbano y le confió el cuidado de sus servidores. Al fallecer, fue sepultada junto a la cripta pontificia, en la catacumba de San Calixto donde se sepultaban a los obispos y a los confesores.
La Organización de las Naciones Unidas estableció el 22 de noviembre como Día Internacional de la Música, para ofrecer un merecido tributo a músicos cuya contribución artística ha acompañado el desarrollo de la civilización occidental a través de los siglos.
Maracaibo, 22 de noviembre, de 2021 todavía en pandemia.
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