La Cuba actual

 La Cuba actual

 

Al resumir algunas reflexiones de Fernando Mires(1943), recogidas a través de varias revisiones sobre el tema de la Cuba de hoy aparecidas recientemente en Facebook gracias a la acuciosidad de José Eduardo Espinoza, hoy quisiera mencionar al señor Mires –un chileno que es Profesor Emérito de la universidad de Oldenburg en Alemania- y quien el año 2020 afirmaría -en “ALnavío”- que… “Maduro tiene todas las de ganar en elecciones legítimas”… Ahora sobre Cuba, él mismo, prudentemente nos dice: “Nadie puede negar que otra historia ha comenzado”…“Y será una historia diferente”…

 

Mires recientemente ha relatado cómo:“Cuando fue derrocado Batista los guerrilleros de la Sierra Maestra que entraron en la Habana, traían consigo la promesa de un mundo mejor. Fue por eso que no sólo en Cuba sino que en muchas naciones del mundo, recibimos a la joven revolución con los brazos abiertos. Cuando Cuba fue anexada por la URSS a iniciativas del propio Fidel, muchos supimos que ese mundo mejor estaba muy lejos de ser representado por los hermanos Castro. Mantuvimos todavía una que otra esperanza en que, en algún momento “la revolución” regresaría a ese momento democrático y popular que le dio origen. Pero la revolución siguió adelante, hasta que terminó, como todas las revoluciones, devorándose a sí misma”.

 

Sobre nuestro país, es ahora cuando Fernando Mires señala: “El proyecto chavista visto desde esa perspectiva no fue otra cosa que el último intento castrista para sobrevivir en América Latina. Pero la lenta muerte del castrismo arrastra consigo al chavismo. Sin un proyecto como el castrista, que ya casi no existe, el gobierno militar de Chávez -siempre que la ciudadanía venezolana lo permita- sólo podría sobrevivir bajo la forma de una dictadura militar clásica, una más de las tantas que conoce América Latina”.  

 

Lo que Fernando Mires dice creer ahora resulta ser, como la “Crónica de una Muerte anunciada”: “para Raúl, Díaz-Canel y los suyos, el problema no es solo sobrevivir sino simplemente retardar el momento de la muerte final”. Por eso Mires ahora, fríamente insiste en que: “El proyecto chavista visto desde esa perspectiva no fue otra cosa que el último intento castrista para sobrevivir en América Latina. Pero la lenta muerte del castrismo arrastra consigo al chavismo”…“el gobierno militar de Chávez -siempre que la ciudadanía venezolana lo permita- sólo podría sobrevivir bajo la forma de una dictadura militar clásica, una más de las tantas que conoce América Latina”. Reflexionando sobre estas ideas, nuestro común amigo Ramón Alberto Faría, opinaría: “La mayor parte de las teorías que se inventan son al propio gusto del inventor, y con ello solazan las ansiedades reprimidas. A veces nos gustan también a los que las leemos, pero curados de espantos preferimos esperar a ver, antes que ser engañados por otra desilusión de falsos profetas, y Fernando Mires siempre ha sido uno de ellos”...

 

Por otra parte, el político y comentarista mexicano, Jorge Castañeda (1953) al hablar sobre Cuba, dice que “existen, las protestas y los tontos útiles”. Castañeda  trae el tema del llamado bloqueo y ahora el de los contramanifestantes, y las brigadas de despliegue rápido y la policía – “todas estas capas que existen en Cuba” tienen según él  un solo propósito: poder evitar el uso del ejército… Los militares, las FAR, si acaso se ven obligadas a escoger entre dispararle a la gente, o pasarse del lado de la gente, es probable que haya sonado la hora final del régimen. Castañeda opina que: “El día que no les quede más que disparar o desarmarse, todo terminó”. 

 

 

Aquí seré yo quien diga lo que pienso: ¿Se acabó? Se terminará sin que les tiemble el pulso, porque, si es necesario, ¡dispararán inmisericordemente!, y tampoco se alterará ni “el curso de la historia”, ni el pulso de sus defensores a ultranza y de sus adláteres.

 

Castañeda nos recuerda que el bloqueo de Reagan, Bush y Trump resultó muy distinto al de Carter, Clinton y sobre todo al de  Obama. “Este último fue muy poroso, y llegaban cruceros, vuelos, remesas, turistas, envíos masivos desde Miami, inversiones directas o trianguladas, tecnología y demás. Cuba dependió como nunca de Miami”. Por eso contundentemente afirma que: Culpar al bloqueo de la espantosa situación que padece hoy la población cubana es pura demagogia. En 2020, el país de donde Cuba importó más alimentos en 2020 fue Brasil: 158 millones de dólares. El segundo fue: “el bloqueador” Estados Unidos, con 157 millones. Cuba importó 64 millones de dólares de trigo de Francia y 22 millones en productos agrícolas del gran aliado argentino.

 

Es evidente que hay que coincidir con Castañeda en que ya no es útil inventarse el cuento del “imperialismo conspirador” o de “el bloqueo asesino”, pues la gente se hartó y explotó… Las condiciones de Cuba actuales, no se vivían desde el Período especial, pero los cubanos parecen estar con “la onda de David en la mano” y ya sabemos que no van a recibir ayuda de ninguna nación que se atreva. Con Venezuela y Nicaragua, Cuba conforma un trío controlado a sangre y fuego por un aparato militar herencia de la nunca olvidada KGV soviética, y repito el aforismo de mi inolvidable primo Ernesto; “El que tenga ojos, que vea”.

Maracaibo viernes 23 de julio del año 2021

 

PD: El ejército cubano entra en Panamá(1959); y entra en  República Dominicana(1959); y ataca a Venezuela(1959); e interviene en Argelia(1963); e interviene en El Congo(1964);cuando el che Guevara entra a Bolivia(1966); vuelven a entrar en Venezuela por Machurucuto (1957) y Fidel Castro implanta a Salvador Allende, en Chile desde 1970; y los tanques cubanos entran en Siria(1977) y entran en Angola e intervienen en la guerra de Etiopía(1977) y entran en Nicaragua(1979) y en Grenada(1983); hasta que Fidel Castro decide implantar en Venezuela a Hugo Chávez y asegurar así el petróleo ante una nación traicionada y rendida…

… y sí, “la historia vuelve a repetirse”, como en “Por la vuelta” y no es la de Enrique Cadícamo, pero siguen y siguen como el conejito de las pilas y el mundo mira de reojo y se calla, y hay quienes hasta sonríen pero los que padecen esperan, inútilmente, ¿quizás?