martes, 10 de noviembre de 2020

IvánTurguéniev y Pauline García

IvánTurguéniev y Pauline García

 

Releyendo la novela Una y mil muertes de Sergio Ramírez, volví a tropezarme con un episodio que creí haber escuchado antes; me refiero a una visita casual en las afueras de París a una casa de campo (la dacha), que en la novela de Sergio era donde había vivido y donde falleció el escritor Iván Serguéi Nikoláyevich Turguéniev. No he resistido la tentación de decir algo sobre este señor quien una vez afirmó…"En la vida de las personas hay grandes misterios y el amor es uno de los más inaccesibles". Esta frase de Iván Turguéniev me ha llevado a examinar algunos detalles sobre su vida y a conversarlos aquí en mi blog.

Iván Turguéniev (1818-1883) fue un escritor ruso de una familia noble rural, con un padre, coronel de la caballería imperial Serguéi Nikoláyevich Turguéniev, quien murió cuando Iván tenía dieciséis años, dejándolo junto con su hermano Nikolái al cuidado de su abusiva madre Varvara Petrovna Lutovínova, una mujer de gran crueldad, mezquindad y barbarie sólo superadas por las de su propia madre, la abuela de Iván. La infancia del joven quedaría marcada por la presencia dictatorial de su madre y quizás esta pueda explicar los problemas personales de Iván Turguéniev, quien además de ser un solterón empedernido tuvo en su vida grandes dificultades para tener una relación estable con una mujer.

Su madre lo hacía azotar por cualquier desobediencia o travesura infantil y cuando ya siendo adulto quiso interceder por los siervos, ella le retiró su asignación dejándolo en la pobreza a pesar de lo que por herencia le correspondía. El joven Iván Turguénev estudió durante un año en la Universidad de Moscú y luego en la Universidad de San Petersburgo, especializándose en los clásicos, especialmente sobre literatura rusa y filología. En 1838 lo enviaron a la Universidad de Berlín a estudiar filosofía e historia y se impresionó con la sociedad centro-europea de Alemania de manera tal que cuando regresó a Rusia se le consideró “occidentalizado”.

Vladimir Nabokov, en su Curso de literatura rusa, diría de Iván Serguievich, que no fue un gran escritor, pero sin embargo no hay duda de que él representa con Gorki y con Chejov, uno de los escritores rusos más conocidos. También es reconocida su excelencia en la pintura de los paisajes, de la naturaleza y de los cuadros vivos, la vida de los personajes comunes, y los siervos que por igual ampliamente brillarán en las obras de Chejov. De vuelta a su país, Turguéniev inició su carrera literaria con relatos de estética post romántica. En 1852 consolidó su fama de escritor con Apuntes de un cazador y por escribir un artículo sobre Gogol, un autor considerado subversivo sería hecho preso y desterrado de sus propiedades por el gobierno.

Serguéi Nikoláyevich Turguéniev residió poco tiempo en Rusia. Publicaría Nido de hidalgos (1859), Vísperas (1860), Padres e hijos (1862) y Aguas primaverales (1870), pero desde el momento cuando conoció en el teatro Mariinski de San Petersburgo a la cantante española Paulina García de Viardot o Pauline García-Viardot él prefirió irse a París. Turguéniev abandonaría Rusia para establecerse en Francia para estar cerca de ella y por cuyo amor estuvo obsesionado hasta el final de sus días. 

 


La enigmática mujer que robó el corazón de Iván Turguéniev, y quien lo estuvo volviendo loco durante cuarenta años, se llamaba Paulina García Sitjes y era hija de una pareja de españoles cantantes de ópera, Manuel García y Joaquina García-Sitjes. Manuel, era un tenor quien fundó toda una dinastía de cantantes líricos, y su mujer era una prima-donna gaditana; sus hijas serían las famosas cantantes Paulina y María Felicia. La mayor, María Felicia era conocida como María-Malbrán y brilló en los escenarios europeos desde los 17 años. Debutaría en Londres en 1825 con El Barbero de Sevilla, y lamentablemente fallecería a los 28 años. El hijo varón se llamó como su padre, Manuel García y siendo tenor sería mejor conocido porque al decidirse a entender cómo funcionaban sus propias cuerdas vocales inventaría el laringoscopio.

La hija menor, Paulina nunca vivió en España, pero no dejó de cultivar la lengua materna de sus padres, ni de cantarla. En 1837, con tan sólo dieciséis años, Pauline García hizo su debut como cantante en Bruselas. Dos años después Londres la aplaudiría frenéticamente gracias a su representación de Desdémona, en Otello, la ópera de Rossini. Fue aclamada como símbolo artístico de lo español durante décadas y considerada como una de las más grandes sopranos de su tiempo. A los pies de Paulina se rindieron Rossini, Chopin y Liszt. Poseedora de una gran extensión de voz, cantó como soprano, mezzosoprano y contralto. Sus interpretaciones, abarcaron la mayor parte del repertorio de su época, destacando en Il Profeta (1849) de Meyerbeer, y Orpheo (1856) de Gluck. Fue también pianista y compositora, y autora de varias operetas.

En la casa de Pauline en Francia imperaba un ambiente de cultura española gracias a su marido, Louis Viardot, quien era el director del Thèâtre des Italiens en París, gran hispanista de la época, conocedor de los clásicos españoles y traductor de El Quijote. Pauline-Viardot era una mujer inteligente y de gran talento, hablaba seis idiomas y componía en varios estilos pero fue su expresión e interpretación como cantante y artista lo que la hizo famosa. Su casa era lugar de reunión de escritores, músicos y artistas: Turgueniev, George Sand, Chopin, Clara Schumann, Liszt, Berlioz, Massenet, Schumann, Fauré y Brahms quienes además de amigos, fueron inspirados y apoyados por ella. Como compositora, Paulina escribió numerosas canciones y transcribió trabajos de otros para su voz; Frédéric Chopin escribió canciones para ella.

Pauline, estuvo casada desde 1840 con Louise Viardot, quien era veintidós años mayor que ella. Era sabido que Pauline mantenía una extraña relación extramatrimonial con uno de aquellos hombres ilustres de la cultura, precisamente con Iván Turguéniev, quien dejó a Rusia para seguirla a Francia y con quien mantuvo durante años un romance con el silencioso beneplácito del señor Viardot. En realidad, Paulina, Louis Viardot e Iván Turguéniev formaban un triángulo absolutamente público, viajaban y vivían juntos y se aceptaba tácitamente su condición adúltera. Decían que el escritor ruso adquirió su casa en Bougival para estar a sólo treinta metros de la bella Pauline.


 

En esos años Iván Turguéniev quien era 20 años menor que Paulina Viardot, sufría de gota, tal vez acicateada por los esturiones y el caviar del Volga que recibía y compartía con su amigo Gustav Flaubert, por lo que en ocasiones necesitaba usar el bastón. Puede que también su salud se resintiese por efecto de la sífilis adquirida en un viaje por el Oriente, en Beirut en 1849 y por los tratamientos con altas dosis de mercurio para aplacar su enfermedad. Al final de su vida, estuvo cuidado por Pauline para quien se disfrazaba y gateaba haciéndola reír, Tuguéniev padecía de grandes dolores, quizás algún cáncer pero los cuales según su médico, el famoso Charcot, eran producto de una “neuralgia estomacal gotosa”.

Iván Turguéniev es considerado uno de los grandes novelistas de la era victoriana, junto con Thackerav, Hawthorne y Henry James aunque su estilo fue muy diferente al de estos escritores norteamericanos y británicos. También ha sido comparado con sus compatriotas Leon Tolstoi y Fiedor Dostoyevski quienes escribieron sobre circunstancias y temas similares. En 1883 Pauline, en poco tiempo perdió a su marido y a su amado, quien murió en Bougival, en la casa de campo(la dacha) en las afueras cerca de París. Su cuerpo sería trasladado a San Petersburgo y enterrado en el cementerio Vólkovskoie por su expreso deseo.

Pauline se retiró de los escenarios en 1863 y se dedicó a la enseñanza. Fue profesora entre 1871 y 1875 en el Conservatorio de París. Enviudó en 1883, poniéndose entonces al frente de la educación de sus cuatro hijos, entre ellos Luisa Paulina Henrieta, que también llegó a ser una notable compositora. Inspiró el personaje de Consuelo de la novela homónima de George Sand, de quien fue muy amiga. El 18 de mayo de 1910, Pauline García fallecería en su hogar de París a los ochenta y ocho años de edad.

Maracaibo, martes 10 de noviembre, 2020

 

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