domingo, 15 de noviembre de 2020

Federico Vegas

Federico Vegas

Quiero hablar hoy de este venezolano, excelente escritor de ensayos, cuentos y novelas, para comentar uno de sus interesantes artículos recientemente publicado hace unos días en “Prodavinci” -El cuento, la histeria y una historia”- sobre la historia y “los cuentos” que se escriben sobre verdaderas historias que finalmente no son más que versiones personales del acontecer; más cuento que realidad...

En mis visitas a Cumaná, cuando cruzaba el río Manzanares, siempre cuando veía la placa de bronce donde se conmemora el episodio del “Falke”, pensaba en el General Delgado Chalbaud para recordar automáticamente que el del puente sobre el Manzanares era el padre y no el hijo. Años más tarde me enteraría de que entre  quienes se embarcaron en elFalke” estaban el poeta José Rafael Pocaterra y el hijo del General Román Delgado Chalbaud, Carlos Delgado Chalbaud, a quien secuestrarían y asesinarían siendo presidente en noviembre de 1950, época cuando estaba yo por cumplir 10 años, y justamente, aunque yo lo ignorase, era el mismo año cuando nacería Federico Vegas…

Federico Vegas nació en Caracas, en 1950, y en 1976, se graduó de arquitecto en la Universidad Central de Venezuela. Aunque ejerció su carrera, la literatura siempre estuvo presente en su vida. En 1997 resultó ganador del 52ª Concurso Anual de Cuentos del diario El Nacional por el relato De rodillas, y luego a su primer libro de cuentos le seguirían: Amores y castigos, 1998 y su primera novela, Prima lejana, 1999. En 2005 publicó su primera gran novela: Falke.

Cuando Federico Vegas publicó en “Prodavinci” “El cuento, la histeria y una historia”, él mismo se preguntaba, si… ¿Lo que acabo de contar es una historia o un cuento? Andrés Cardinale le había dicho que: “Los pueblos tienen historia mientras sean capaces de imaginarla”, entonces él mismo preguntaba luego de hacer algunas consideraciones sobre la visión de la palabra historia vs cuento, entre los ingleses… “¿Por qué razones la historia es tan dúctil y permisiva para los latinos y tan rigurosa y excluyente para los anglosajones?”

Unos tres siglos antes de Cristo, Heródoto de Halicarnaso, “padre de la historia”, tituló su obra Iστορίαι, que se traduce como “Investigaciones” y la presentó enLos nueve libros de la historia de Heródotodonde él mismo pregunta, inquiere, pero no llega a certificar que sea cierto lo que ha escuchado y anotado. Cuando un historiador apunta para destacar lo que le interesa, como Tucídides en su rigurosa Historia de la Guerra del Peloponeso, o como Polibio para mostrarnos la superioridad de Roma sobre Grecia, o las dotes militares de Julio César, o cuando Salustio en su obra relata para criticar la corrupción de las costumbres de la propia Roma, obliga a preguntarnos, si es realmente historia o es cuento lo que nos relataron.  Así reflexiona Federico…

Regresa entonces Federico Vegas a recordarnos como somos los venezolanos, unos seres que no logramos ver pa atrás ni pa lante padeciendo de “presentitis”. Suniaga decía queVenezuela no necesita un médico que la cure sino una autopsia que identifique la peste que la matóy Vegas percibe algo de necrofilia en nuestras reflexiones que le recuerdan a Paul Valery diciendo “Ya que no encuentro solución a mi drama déjenme al menos gozar describiéndolo”. Lo que parece evidente, es que los venezolanos hemos perdido la capacidad de imaginar, y “el acontecer rebota transformándose en experiencias, más histéricas que históricas”. Federico Vegas para destacar este fenómeno, trae a colación frases del psicoterapeuta junguiano Rafael López-Pedraza cuando describió así toda esta especie de redundancia:Todo lo que acontece se queda en la superficialidad de esa histeria, sin llegar a tocar los estratos de la historia personal ni de la historia del hombre sobre la tierra”. Cualquiera que haya leído “Mercurio” un relato de nuestro autor publicado en 2013, comprenderá el fenómeno de como la historia se puede volver cuento y viceversa.

Casi para concluir, Federico Vegas nos confiesa que Necesitamos escribir una historia que dé sentido y propósito a nuestras vidas, ya que la nuestra parece ser una historia pervertida”. Una que pareciera haber convertido los procesos de reconocimiento en una exaltación del resentimiento y nos dice que “En la actualidad nos encontramos en medio de un remolino estancado que ni fluye ni nos permite girar. Hay historias políticas que solo tienen sentido como epitafios”. Debemos asumir sin complejos la borrosa frontera que establece nuestro idioma entre la historia y el cuento, la realidad y la ficción, pero conviene temer a los cuentos, en particular a “los cuentos con pretensiones de historia sagrada”. De estos ya conocemos algunos..    

Mientras tanto, nos mordemos la cola con saña pretendiendo no ver que en Venezuela reina una dictadura que ya se ha consolidado. Ha gobernado y ha conspirado, luego conoce bien el pasado y el presente que ahora se cierne sobre él como una eternidad”. A pesar de todo lo dicho, Vegas esperanzado ve como si se pudiese, como si lográsemos sobreponernos y como si acaso el país se asomara al porvenir. Él considera que podría realizarse este sueño a través de las páginas deVenezuela, política y petróleo”, y afirmará: “Nunca antes ni después un político venezolano ha sido capaz de escribir un libro que integre su visión de la política y la economía al pasado y el futuro de nuestro país”.

El artículo sobre la historia y la histeria, de nuestro escritor, finalizará aceptando que aun cuando hoy nuestros políticos simplemente no reaccionan atascados en el presente, “cual médicos enfermos con el virus que deben curar”, pasan todos a ser “personajes representativos de una tragedia sobre la que nada están escribiendo y, quizás, ni siquiera están leyendo”. Así pues, habrá de recordarnos como: los primeros ejemplares de Venezuela, política y petróleo llegaron a Venezuela clandestinamente en las maletas del famoso cantante Alfredo Sadel”, ya que “nadie podía sospechar de quien cantaba Ansiedad con tan bella y derrotada melancolía”.

Maracaibo, domingo 15 de noviembre, 2020

 

No hay comentarios: