Los zuavos
En el mes de julio de 2016, conversé en este blog sobre una película de Gary Cooper “La historia del Dr Wassell” y sobre una novela leída en mi adolescencia que nunca volví a detectar, ni siquiera a través de los sofisticados métodos usuales de internet. Su título era, “El zuavo de Malakoff” (https://bit.ly/2H2MQC3). Hoy en 2020, del año de pandemia COVID-19, quiero recordar la novela y relatar la historia de aquellos bravos guerreros, los zuavos...
El libro, del cual no pudo ayudarme a localizarlo, ni el buscador de Google ya lo dije antes, tenía por título “El zuavo de Malakoff”. Me enteré de que “Zuavo” es el nombre que se le dio en 1830, a los combatientes alistados en determinados regimientos de Infantería en la armada francesa que sirvieron en la mayoría de las campañas militares del ejército francés hasta el año 1962. Por otra parte, la batalla de Malakoff, fue un combate que se dio durante la guerra de Crimea, luchado el 7 de septiembre de 1855 entre los ejércitos de Francia y Rusia como parte del asedio de Sebastopol. Resultó en una victoria francesa bajo el comando del general Aimable Pélissier elevado poco después a Mariscal de Francia. En esta batalla murieron la mayoría de los almirantes rusos: Pável Najímov, Vladímir Istomin y Vladímir Kornílov. El zuavo francés Eugène Libaut fue el primero en clavar la bandera francesa en la cumbre del reducto principal ruso. Quizás a él se refería la novela de mis recuerdos…
Los Zuavos nacieron en 1830, durante la conquista de Argelia. El general Bertrand Clauzel del ejército expedicionario francés, hizo contacto con una tribu de la etnia bereber quienes habían sido por muchos años reclutados por los turcos y formó con estos hombres una unidad de élite, “Los Zouaouas”. Originarios de Djurjura un macizo montañoso del norte de Argelia, llegaron ante el mariscal Bourmont con Abrahman Kenni al frente, quien se presentó y le ofreció 2000 hombres para luchar por Francia. Al mando de este Mariscal, comenzarían a denominarse –Zuavos- e intervendrán en las campañas guerreras hasta lograr la pacificación de Argelia en 1847. Por su fiereza les denominaban “los chacales”.
Durante el reinado de Napoleón III, los Zuavos alcanzaron fama mundial por participar en las mayores campañas del Segundo Imperio Francés, la Guerra de Crimea, la campaña de Italia, en la invasión francesa de México y la guerra Franco-Prusiana. Durante la guerra de Crimea, los Zuavos obtendrán fama por su participación en varias de las batallas más importantes de este conflicto, Alma, Inkerman, el ataque a Malakoff y el sitio de Sebastopol. Aunque eran originarios de Argelia, tanto el nombre como el uniforme distintivo de los zuavos fue bien conocido y usado por las fuerzas armadas de Estados Unidos de América, por los Estados Pontificios, por España, Brasil y el Imperio Otomano. Sirvieron en la mayoría de las campañas militares del ejército francés entre 1830 hasta 1962.
En el encuentro de Inkermann en Crimea, el 5 de Noviembre, el tercer regimiento de Zuavos sufrió grandes pérdidas en un forcejeo mano a mano con los agresores rusos; también estuvieron los Zuavos en Balaclava, donde la Brigada Ligera Inglesa hizo su famosa carga. Pero había de ser en el prolongado y costoso sitio de la ciudad fortaleza de Sebastopol donde estos guerreros de llamativos colores ganaron inmortal renombre. El 7 de Junio de 1855, más de 500 Zuavos cayeron tomando a punta de bayoneta el terraplén conocido como Mamelon Vert. Tres meses después, el 8 de Septiembre, el Mariscal MacMahon condujo personalmente a los soldados del 1er regimiento en una carga que arrasó el Malakoff, un punto fuerte que era el eje de las defensas rusas.
El puerto de Sebastopol, está formado por el estuario del Chiórnaya, y había sido protegido contra ataques por mar de buques de guerra rusos, a flote o hundidos, y con fortalezas de granito pesado en el lado sur. La ciudad en sí misma y el suburbio Korabélnaya storoná mostraba trabajos establecidos por años. La Torre Malájov, era una gran torre de piedra, que cubría todo un suburbio, flanqueado en cada lado por el Redan. La ciudad estaba cubierta por una línea de trabajos marcados por el asta de bandera y los bastiones centrales, y separada de Redan por el puerto interior. El Teniente Coronel Eduard Totleben, comandante ingeniero ruso, había trabajado en estos sitios desde hacía mucho tiempo, recreando, rearmando y mejorando diariamente las fortificaciones.
El asedio de Sebastopol había durado muchos meses. Durante julio, los rusos perdieron un promedio de 250 hombres por día. Se decidió que Mijaíl Gorchakov y el ejército deberían hacer un nuevo ataque a Chiórnaya, el primero desde Inkerman. El 16 de agosto las fuerzas de los generales Pável Liprandi y Nikolái Read atacaron furiosamente a las 37.000 tropas francesas y sardas en las alturas del Puente Traktir. Al final del día, los rusos se retiraron desconcertados, dejando 260 oficiales y 800 hombres en el campo; los aliados perdieron 1700. Con esta derrota desapareció la última oportunidad de salvar Sebastopol. Durante el mismo 16 de agosto, el bombardeo redujo a la impotencia una vez más a Malájov y sus dependencias. El 8 de septiembre de 1855 al mediodía, la totalidad de las fuerzas de Pierre Bosquet asaltaron de repente Malájov. La lucha fue encarnizada.
La caída de Malájov marcó el final del asedio. El 9 de septiembre los ganadores se apoderaron del lugar, vacío y en llamas. Las pérdidas de esta última lucha fueron muy importantes: para los aliados cerca de 10 000 hombres, para los rusos 13 000; no menos de diecinueve generales cayeron aquel día. Pero la crisis fue superada: con la captura de Sebastopol la guerra perdió su interés. No fueron emprendidas más operaciones serias contra Gorchakov, pero Kinburn fue atacado por mar, y desde el punto de vista naval, el ataque es importante por ser el primer caso de empleo del ironclad, un buque blindado. El armisticio se firmó el 26 de febrero y la paz definitiva de París fue firmada el 30 de marzo de 1856.
En 1859 los Zuavos jugaron un valeroso papel para Francia y El Piamonte/Sardinia en la guerra mantenida con Austria por el control del Norte de Italia. En la sangrienta batalla de Magenta el 4 de Junio, los Zuavos de la Guardia Imperial ganaron 10 Cruces de la Legión de Honor y 50 Medallas Militares. En México, Francia pretendió apuntalar el gobierno títere del Emperador Maximiliano derrotado en una batalla por las fuerzas de Benito Juárez, y combates como el de Puebla dispararon la reputación de los zuavos como feroces tropas de choque. La guerra Franco-Prusiana de 1870-71 fue una oscura página en la historia francesa donde los batallones de Zuavos fueron masacrados en las batallas de Worth, Mars La Tour, Gravelotte, y en el sitio de París. Un destacamento de Zuavos fue enviado por Pío IX el 2 de Diciembre de 1870 para ayudar a Francia en el conflicto, sufriendo enormes pérdidas.
Los Zuavos no sobrevivieron al baño de sangre de la Primera Guerra Mundial. Durante el verano y el otoño de 1914 algunos batallones de Zuavos perdieron nada menos que 800 hombres en una única carga, con formaciones de llamativos colores lanzándose inútilmente sobre la artillería y el fuego de las ametralladoras alemanas. El baño de sangre de la Primera Guerra Mundial sonó como un toque de difuntos de las galas militares del siglo XIX. Hacia mediados de 1915 los uniformes azul oscuro y rojo de la infantería francesa fueron reemplazados por los más prácticos azul horizonte y el quepis rojo dejó paso al casco de acero. Todas las tropas coloniales, incluidos los Zuavos, vestirían con sombríos tonos marrón mostaza, el camuflaje remplazaría al color, y esto sería adoptado por todos los ejércitos del mundo.
Maracaibo, jueves 19 de noviembre 2020
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