lunes, 9 de noviembre de 2020

Otra vez, los virus…

Otra vez, los virus…

El viernes 24 de abril del 2019 escribí sobre los virus en este blog con el título de “Mis virus” (https://bit.ly/2xLVUXq) para referirme a virus estudiados durante mi ejercicio asistencial y de investigación como patólogo. Sobre ellos, relataba como inicialmente me tocó mirar, al virus de la rabia y al de la encefalitis equina venezolana (1969-70) estrenando el microscopio electrónico del Sanatorio Antituberculoso de Maracaibo bajo el amparo de los doctores Pedro Iturbe y Humberto Fernández Morán.

En los días de Louis Pasteur, el de la rabia, fue un patógeno intuido, pero que no se podía ver bajo un microscopio por la sencilla razón de su tamaño. Esta idea llevó a imaginar la existencia de agentes infecciosos más diminutos que las bacterias. Hoy día sabemos que los virus son agentes infecciosos microscópicos que son capaces de multiplicarse dentro de las células de otros organismos y que están constituidos por genes que tienen ácidos nucleicos organizados en moléculas largas de ADN o de ARN y están rodeadas de proteínas. Al penetrar en una célula, los virus inducen la síntesis de los ácidos nucleicos y las proteínas del virus para poder formar nuevos virus; así se reproducen.

La palabra virus proviene del latín y se refiere al veneno. Aulo Cornelio Celso en el siglo I a.C., fue quien utilizó por primera vez la palabra virus para calificar como venenosa a la saliva por la que se transmite la rabia. La palabra fue usada por primera vez en inglés el año 1392. Virulento, viene igualmente del latín virulentus (venenoso), y data del año 1400. A mediados del siglo XIX todavía se empleaba el término virus como sinónimo de veneno o miasma. Sería en 1882 cuando Adolf Mayer, examinando la enfermedad del mosaico del tabaco, provocó una transmisión del virus al transferir savia de plantas infectadas a plantas sanas y clarificó el  misterio de su existencia.

El biólogo ruso Dimitri Ivanovski utilizó un filtro (filtro de Chamberland de 1884) para demostrar que los extractos de hojas molidas de plantas infectadas de tabaco seguían siendo infecciosos después de filtrarlos. En 1899, el microbiólogo Martinus Beijerinck repitió los experimentos de Ivanovski y quedó convencido de que se trataba de una nueva forma de agente infeccioso  y ese mismo año, en 1899, Friedrich Loeffler y Frosch al pasar el agente de la fiebre aftosa (el Aphthovirus) por un filtro similar, descartaron que se tratara de una toxina y concluyeron que el agente se podía multiplicar. Estos hitos marcaron el nacimiento de la virología.

A finales del siglo XIX, se conocía la infectividad, la filtrabilidad y la necesidad de huéspedes vivos de los virus. En 1906, Ross Granville Harrison inventó un método para cultivar tejidos en linfa, que en 1913, E. Steinhardt y su equipo utilizaron como método para cultivar el virus Vaccinia en fragmentos de córnea de cobaya. En 1931, un patólogo estadounidense Ernest William Goodpasture cultivó el virus de la gripe en huevos fertilizados de gallina, y en 1949, John Franklin Enders, Thomas Weller y Frederick Robbins, cultivaron virus de la polio en cultivo de células de embriones humanos, sin utilizar tejidos animales ni huevos. Ese trabajo permitió a Jonas Salk crear la vacuna contra la polio.

En 1963 Baruch Blumberg, descubrió el virus de la hepatitis B, y en 1965 Howard Temin describió el primer retrovirus. La transcriptasa inversa, enzima clave que utilizan los retrovirus para convertir su ARN en ADN, fue descrita originalmente en 1970, de manera independiente por Howard Temin y David Baltimore, y en 1983, el equipo de Luc Montagnier del Instituto Pasteur de Francia aisló por primera vez el retrovirus que ahora se conoce por el nombre de VIH. Michael Houghton y su equipo descubrieron el virus de la hepatitis C.

Los coronavirus son virus de ARN monocatenarios que se distribuyen ampliamente en seres humanos y otros mamíferos. Aunque la mayoría de las infecciones por coronavirus humanos son leves, han causado 2 importantes pandemias: el síndrome respiratorio agudo grave (SARS) y el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS). El coronavirus-2 del SARS (SARS-CoV-2) descubierto y aislado por primera vez en diciembre de 2019 en Wuhan, China central, que es la causa de la pandemia actual denominada COVID-19. En este blog durante este año 2020 hemos señalado diversos aspectos del COVID-19.

Los virus son en su gran mayoría muy pequeños para poder ser observados con la ayuda de un microscopio óptico. Ellos infectan a muchos tipos de organismos, desde animales, hongos, plantas, protistas hasta bacterias y arqueas. Por esta razón se dice que los virus son  submicroscópicos. Existen excepciones entre los girus, o virus nucleocitoplasmáticos de ADN con gran tamaño. En marzo este año los mencioné en este blog (https://bit.ly/2UidSYJ). Los Pandoravirus o Pithovirus, que se pueden ver mediante microscopía óptica y pueden superar en tamaño a algunos procariotas.

Finalmente es importante señalar que los priones son simples proteínas que se transmiten entre huéspedes y se autopropagan en las células. Los priones son los responsables de las encefalopatías espongiformes transmisibles, enfermedades neurológicas que infectan a los bovinos y pueden transmitirse a los humanos. Los priones no guardan ninguna relación filogenética con los virus.

Maracaibo, lunes 9 de noviembre del 2020

 

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