Bulgákov y Benjamin
Mijaíl Afanásievich Bulgákov (1891-1940) fue un escritor, dramaturgo y médico soviético, nacido en Kiev, Ucrania. Fue el primogénito de de Afanasi Bulgákov, profesor en la Academia de Teología de Kiev, pensador y traductor de textos religiosos, en una familia de clérigos de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Su obra más conocida es la novela El maestro y Margarita que fue publicada póstumamente, y es considerada una obra maestra.
Después de la muerte de su padre en 1907, su madre, asumió la responsabilidad de la manutención de la familia. Tras su graduación en 1909, ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Kiev, finalizó sus estudios con una recomendación especial. Pasó a ser médico en el Hospital Militar de Kiev. En 1913 Bulgákov contrajo matrimonio con Tatiana Lappa. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial se ofreció como voluntario en la Cruz Roja como médico y fue enviado de inmediato al frente de guerra, donde fue herido de gravedad al menos en dos ocasiones.
Después de la Guerra Civil y la toma del poder de los sóviets, una parte de su familia se exilió a París. Mientras, Mijaíl y sus hermanos se encontraban en el Cáucaso, donde él comenzó a trabajar como periodista. A pesar de su situación relativamente privilegiada Durante el régimen de Iósif Stalin, cuando se le invitó a trabajar como doctor por los gobiernos de Francia y Alemania y se le impidió emigrar de Rusia debido al tifus. Fue entonces la última vez que vio a sus hermanos varones y a su madre.
En 1921, Bulgákov se mudó a Moscú con su esposa, sin dinero y donde pudieron sobrevivir a su primer invierno gracias a poder alojarse en una habitación que el marido de su hermana Nadia tenía alquilada en un piso comunal. En 1925 se divorciaría de su primera esposa, para contraer matrimonio con Lyubov Beloziórskaya. Publicó novelas y artículos durante la primera mitad de los años 20, y en 1926 estrenó la adaptación teatral de su novela La guardia blanca, con el título Los días de los Turbín debido a la censura.
El 14 de diciembre de 1926, Walter Benjamin (1891-1940) asistiría en el Teatro de Arte de Moscú a la presentación de Los días de los Turbín, la obra teatral más famosa y controvertida, de Mijaíl Afanásievich Bulgákov (1891-1940). Los días de los Turbín era la adaptación de su novela La Guardia Blanca (1924) llevada al teatro por el prestigioso director Konstantin Stanislavski, y sería vista por Stalin, unas quince veces de las casi trescientas funciones de la obra. Dos años después, el año 1928 en Moscú, Bulgákov comenzará a escribir su novela El maestro y Margarita.
Aquel 14 de diciembre de 1926 cuando Walter Benjamin asistió en Moscú al Teatro de Arte, probablemente no sabía del futuro enmudecimiento de Bulgákov, ni de sus crisis nerviosas y de su desesperada correspondencia con Stalin, el Líder inconmovible. Tampoco podría imaginarse Benjamin que él terminaría por consagrarse como uno de los productores más singulares de la Rusia Soviética.
Walter Benjamin había nacido en Berlín, Alemania en 1871 e iba a fallecer como Mijaíl Bulgákov en 1918. Benjamin nació en una familia de origen ashkenazi. En 1905, debido a su frágil salud, sus padres le enviaron a un internado en el medio rural, en Turingia, y en 1907, volvería a su escuela en Berlín. En 1912, a la edad de veinte años, ingresó en la Universidad de Friburgo; regresó a Berlín y se matriculó en la Universidad de Berlín para continuar sus estudios de Filosofía. Benjamin desarrolló un “Sionismo cultural” que valoraba la riqueza y la estética cultural del misticismo judío.
Las “Tesis sobre la filosofía de la historia”es uno de los últimos textos de Benjamin. Ese y “Para una crítica de la violencia”, son quizás sus obras más leídos. Para él, la salvación de la humanidad está ligada a la salvación de la naturaleza. En 1926 murió su padre y entonces partió a Moscú, donde escribió un diario y confirmó su teoría sobre las tendencias políticas, lo cual provocó que se aislara por completo. Criticó sin piedad a Hitler, la teoría fascista y a la hipocresía de la democracia.
En 1932, durante la crisis anterior a la asunción al poder de Hitler, Walter Benjamin vivió en Ibiza, pero desatada la persecución de los judíos y de los marxistas, se trasladó a París, tras una estancia en Svendborg, en casa de Bertolt Brecht. El 14 de junio de 1940, tras la ocupación de la ciudad por las tropas nazis, huyó de París. Tras haber salido de la localidad francesa de Port Vendres guiado por la activista antinazi Lisa Fittko y teniendo como acompañante a la fotógrafa Henny Gurland, futura esposa de Erich Fromm, Benjamin llegó a Portbou muy cansado, ya al atardecer del día 25.
La trágica huida de Benjamin a través de los Pirineos ha inspirado distinto género de obras, dentro de las cuales, se puede mencionar la novela El Pasajero Benjamin, de Ricardo Cano Gaviria(1989). Benjamin fue interceptado por la policía española porque carecía de la visa requerida y antes que tener que volver a Francia y caer en manos de la Gestapo, decidió acabar con su vida en el Hotel Francia, donde el grupo los había acompañadocon la policía.
“Quién mató a Walter Benjamin…” es un filme de David Mauases que pone en duda la teoría del suicidio y recrea la situación en la frontera dando voz a los “anónimos” de la historia, apuntando directamente hacia los agentes nazis en la España fascista de Franco como asesinos del filósofo. No menos atrevido, un polémico artículo de Stuart Jeffries, titulado “Did Stalin Killers liquidate Walter Benjamin?” donde afirma que Benjamin fue asesinado por agentes secretos de Stalin, que habrían sido los que le suministraron la morfina que le produjo la muerte.
Tras aquella presentación de las funciones del drama de Bulgákov dirigido en Moscú por Stanislavski. El año 1929, luego de la prohibición de sus dramas Los días de los Turbín, El apartamento de Zoika, La isla púrpura, La huida, y de los otros relatos y novelas suyos, Bulgákov se convertirá en un opaco funcionario del Teatro de Arte, gracias al cargo que había suplicado en una misiva a Stalin en 1930, pero tendrá que soportar el resto de su vida la anulación total del valor de la exhibición de sus obras y la imposibilidad de su publicación o su representación. Bulgákov tendría que conformarse con leer sus manuscritos “a sus amigos, delante de una taza de té”.
El enmudecimiento público de Bulgákov no implicó el cese de su labor como escritor sino que por el contrario le ayudaría a que se definieran en él todos los rasgos de la figura del autor como productor. El filósofo alemán Walter Benjamin, teorizó en París en 1934 durante su disertación-ensayo El autor como productor (1934) la figura de este tipo de autor que no coincide del todo con la corriente de pensamiento comunista tradicional, pero que no renuncia a su autonomía.
Benjamin se sitúa del lado de la tendencia política correcta, (que prudentemente no identifica), pero señala a quien puede producir una obra que funciona políticamente reconociendo siempre una tendencia literaria en la cual, reside la calidad de la obra. Esa es la técnica Benjamin, que “hace que los productos literarios resulten accesibles a un análisis social inmediato”. El autor como productor no es otro que el contemporáneo capaz de intervenir en su tiempo mediante la destrucción creadora de la tradición. Esta inserción de la tradición transformada en el presente es posible gracias a la técnica progresiva que, Benjamin resume en una sola palabra, el montaje.
Se ha examinado el caso de la tendencia política de El maestro y Margarita. En su obra maestra, Bulgákov realiza precisamente el montaje de tres historias: la aparición del diablo (Voland) y de su séquito en Moscú, la relación amorosa entre el Maestro y Margarita y, por último, la novela que ha escrito el Maestro sobre Poncio Pilatos. Dichos relatos, interrumpidos y a su vez cohesionados por la técnica progresiva del montaje tienen en común el trastrocamiento de las estructuras del Poder.
Lo progresivo en El maestro y Margarita no atañe solo al montaje de relatos, sino también al de los tiempos históricos que son distintos: la novela sobre Poncio Pilatos, ambientada en Judea en el año 33 d. C, interviene el discurso del poder eclesiástico de la misma manera que el relato de las aventuras de Voland en el Moscú de finales de los años treinta expone todas las fisuras del aparato cultural, burocrático y judicial del régimen soviético. El maestro y Margarita, maquinada y ejecutada con maestría, no desaparece: resiste la prueba de fuego del tiempo y de la censura sin perder su contemporaneidad. Es” un manuscrito que no arde”.
En 1932, Bulgákov se desposó por tercera vez, con Yelena Shílovskaya, quién sería la inspiración del personaje Margarita en su novela más famosa. Durante la última década de su vida, Bulgákov continuó trabajando en El maestro y Margarita, escribió obras de teatro, críticas y relatos y realizó varias traducciones y adaptaciones teatrales de novelas. Muchas de ellas no fueron publicadas y otras fueron destruidas por la crítica.
En 1930 escribió una carta a Stalin solicitando permiso para emigrar de la Unión Soviética si es que ésta se negaba a valorarlo como escritor. Como respuesta recibió una llamada personal del propio Stalin, pidiéndole explicaciones acerca de su petición. En el teatro, donde estrenaría algunas de sus obras, tuvo que soportar un constante acoso por parte del NKVD, que llegó a registrar su domicilio y a detenerle en más de una ocasión, siendo boicoteada la publicación de sus obras. Bulgákov murió a causa de un problema renal hereditario en 1940 y fue enterrado en el cementerio moscovita de Novodévichi.
Maracaibo, domingo 20 de septiembre, 2020
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