sábado, 26 de diciembre de 2020

Otra vez “¡Oh Cuba!”…

Otra vez “¡Oh Cuba!”…


 

A comienzos  del año 2003, “¡Oh Cuba!” fue el título de un artículo que publicaría en www.el gusano de luz.com  En aquellos tiempos, dejábamos atrás “la era del fax” y “el gusano de luz” había sido para mí un hallazgo (lo había recién descubierto). Era el gusano como una luz en las tinieblas que me planteaba la posibilidad de poder expresar libremente lo que pensaba y entonces entendí como a través del blog de BargashMitre podría decir en “el gusano”, lo que pensaba y que eso, aparecería en internet, y supe que así, accedía a la nube que habría de cubrir el mundo con sus carga de información…

 

Casi finalizando, mi artículo del año 2003, decía textualmente: “Ahora, en medio de este sinnúmero de calamidades, estamos presenciando lo que ejecuta la gente del gobierno. Prefieren otorgarle a Cuba privilegios y facilitarle los recursos del petróleo, mientras nuestro pueblo está en la miseria, y entretanto nos estamos llenando de facilitadores, de asesores, de entrenadores, de pseudomédicos y de otros cubanos que nos han invadido ante la impasible y traidora complacencia de nuestras fuerzas armadas nacionales. Nunca como antes, la definición del acto de traición a la patria ha estado planteada con mayor seriedad que hoy en día, y todo esto, frente a la permisiva alcahuetería de los militares”.

 

En 2013 y 2014 me enseñaron lo que era un blog. Aprendí, y el viernes, 25 de marzo de 2016 volví a publicar, entonces en lapesteloca.blogspot.com el mencionado artículo “¡Oh Cuba!”.

Era exactamente el mismo y comenzaba así: “Quisiera comenzar esta narración con una frase certera, decir algo así, quizás como lo que escribiera no ha mucho tiempo Milagros Mata Gil: “Durante años creí que Cuba era un símbolo de libertad frente al imperio”. Pero, para ser franco, mi inspiración parece estar bloqueada, y siento que me invade una profunda tristeza. Para hablar sobre Cuba en esta Venezuela del siglo XXI quiero pulsar mi alma, aunque sé que al hacerlo me va doler muy hondo”…

 

  

Después, aquello se transformaba en un texto largo, relatando la dolorosa historia sobre mi desencuentro con “la revolución cubana” y sospechando lo que veía cernirse sobre el país donde germinaba “el proceso”... Han transcurrido 17 largos años y ahora Venezuela ha sido destruida. Ahora finalizando ya 2020, el año de la pandemia, hay iraníes que ofrecen dinero a quien se venda, y montan ventorrillos y mercados, y hasta ofrecen millones para infiltrase en los restos de nuestras instituciones corroídas por la infamia del hambre; hay rusos y chinos que están remplazando a los cubanos pues éstos ya prefieren sobrevivir en su isla antes de pasar más hambre en Venezuela, sin contar a los turcos pagados con lingotes del oro del devastado “arco minero” custodiado por los narco-guerrilleros de las FARC y del ELN bien pagados con la vidas de muchos venezolanos… Esa es la situación del país…


 

Pero seguimos viendo a los politiqueros que se asoman en la televisión, y existen los bodegones, y en medio de la pandemia, hay gente que viaja y “negocia” y trae “containers” para apuntalar nuevos dizque-negocios, recordándole al mundo que no valen pronunciamientos ni de la OEA o de la ONU, se cumple el manido refrán de que “por la plata baila”… No sé si será el perro, o el mono, pero bailan, descaradamente, como lo hace en la TV, “el elegido” por el difunto engendro bajo las órdenes del anciano dictador de quien aceptó la traidora propuesta, y así, sigue el baile, y lo muestra la TV nacional cada vez que algún suceso trágico enluta (más aún) al país…

 

Esta es una crónica navideña, planteada un 26 de diciembre en medio de la pandemia, y es que no puede haber otra… Esta nace desde aquí, en el occidente de lo que ha quedado de un país que otrora fue un ejemplo para el resto de América. El hambre nunca podrá usarse como justificativo de la traición.

 

Maracaibo, sábado 26 de diciembre del 2020

 

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