miércoles, 19 de febrero de 2020

Cartas prohibidas


Cartas prohibidas 

Tchaikovsky, el compositor de El lago de los cisnes fue un hombre cuya vida estuvo envuelta en un halo de misterio. Casi como sus hermosas composiciones, la vida de Piotr Ilich Tchaikovsky se difumina vaporosa y evanescente, como si estuviese oculta tras la niebla. De personalidad nerviosa, la pérdida de su madre cuando sólo tenía 14 años y su relación platónica con las mujeres, fueron elementos que marcaron e influenciaron las bellas obras del músico que nunca fue capaz de reconocer su homosexualidad, hoy día señalada en diversos documentos que certifican la atracción que el destacado músico sentía por los hombres. 

Tchaikovsky manifestó en innumerables ocasiones a lo largo de su vida, ser un enamorado de su madre, y también es bien conocido que fue un incomprendido dentro de su propio país. Si bien es cierto que Piotr Ilich Tchaikovsky logró crear composiciones de las más recordadas en la historia de la música, y sus armonías han quedado para siempre en el imaginario colectivo, cuando las compuso, no lo hizo pensando en Rusia, ni sintiéndose particularmente ruso, y quizá por eso logró conquistar los corazones de tantos países extranjeros, e igualmente convenció a su mecenas Nadezhda von Meck quien seguramente enamorada de él lo sostenía desde la distancia. 

En contra de los deseos de su familia, decidió seguir una carrera musical y en 1862 accedió al Conservatorio de San Petersburgo, graduándose en 1865. La formación que recibió, estaba orientada al estilo musical occidental, lo cual lo apartó del movimiento contemporáneo nacionalista conocido como el “Grupo de los Cinco” (https://bit.ly/2SDCqvG) conformado por un grupo de jóvenes compositores rusos, con quienes Tchaikovsky mantuvo una relación profesional y de amistad a lo largo de su carrera. A pesar de su talento musical, Piotr Ilich nunca tuvo mucha confianza o seguridad en sí mismo y su vida estuvo salpicada por crisis personales y periodos de depresión. Como factores que quizá contribuyeron a esto, pueden mencionarse su homosexualidad reprimida y el miedo a que se revelara su condición, su desastroso matrimonio y el repentino colapso de la única relación duradera que mantuvo en su vida adulta: su asociación de trece años con la rica viuda Nadezhda von Meck.

Rusia ha sido uno de los países más homófobos que existen en Europa. Hoy el país sigue sin poder asumir que uno de sus creadores más grandes sintiese atracción sexual por otros hombres. Sin embargo, ya nadie puede obviar la realidad. Piotr Ilich Tchaikovsky no tuvo la valentía de asumir públicamente su orientación sexual, pues en Rusia, las represalias que podían recaer sobre él le obligaron a vivir en el miedo y guardando siempre las apariencias. Su matrimonio con una de sus antiguas estudiantes de composición, Antonina Miliukova fue desdichado. El poco tiempo que duró con su mujer lo llevó a una crisis emocional, seguida de una estancia en Suiza para descansar y recuperarse. Durante su vida escribió numerosas cartas donde se revelaba el trasfondo de aquella parte de él que permanecería oculta durante mucho tiempo. Sus cartas reflejan sus sentimientos y desvelan las decepciones con sus amores imposibles.
 
Los papeles de Tchaikovsky publicados por la universidad de Yale, se transforman en un libro que está compuesto por la correspondencia del autor. En el pasado las cartas de Piotr Tchaikovsky ya habían sido publicadas pero muchas de las evidencias sobre su conducta personal fueron eliminadas a consecuencia de la censura a la que las sometieron las autoridades rusas. En la publicación de Los papeles de Tchaikovsky  de la Universidad de Yale, se reconoce al verdadero Piotr quien se deshace de todos los prejuicios y escribe sin miedo sobre sus verdaderas inclinaciones, sobre sus deseos  por otros hombres, algunos de sus amigos de clase alta. La realidad que fuera silenciada en Rusia sistemáticamente, hoy día sigue siendo un tema espinoso. La vergüenza que se produce en Rusia a este respecto es tal, que tratan de reinventar la vida del compositor para poner en duda la veracidad de esas cartas.

La correspondencia total está conformada por más de 5.000 cartas conservadas dentro de la Casa Museo Estatal Tchaikovsky en la zona noroeste de Moscú. En las cartas se revelan muchos detalles, como pudiesen ser los del voyerismo que disfrutaba con su amigo Petashenka espiando juntos por la ventana a los cadetes formando filas en su cuartel. Dentro de la recopilación también se pueden encontrar sus conversaciones con su hermano Modest (también homosexual) así como los mensajes que intercambiaba con sus amantes (conquistas, como él les llamaba). Se sabe que el músico tuvo una relación con un miembro de la nobleza rusa, de la cual él mismo hacía parte. El compositor también estuvo enamorado de su propio sobrino, Vladimir Davydov, a quien le dedicó la Sinfonía Patética de 1893, y de varios pupilos jóvenes. Lo cierto es que el último movimiento de la Sexta Sinfonía de Chaikovski, más conocida como la Patética, refleja la progresiva desesperación del autor ante la hostilidad de su entorno social y anuncia acaso su suicidio, camuflado bajo el manto de una enfermedad autoinducida, nueve días después de su estreno.

El Ministro de la cultura de Rusia, Vladimir Medinsky, declaró reiteradamente que no existen pruebas de que Tchaikovsky fuera homosexual. Hace algunos años, se filmó una película biográfica del autor ocultando su vida sexual, algo que tiene sentido ya que películas o contenidos relacionados con la homosexualidad en Rusia, atacaría frontalmente sus leyes contra la propaganda homosexual, complicando la financiación de los proyectos por vía estatal. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, aprovechó para restarle importancia a la nueva ley en una entrevista reciente. “Puede que haya sido homosexual –comentó–, pero en todo caso acá amamos a Tchaikovsky por su música, el resto no importa”. 

Lo cierto parece ser que las musas no entienden de sexos o de sexualidades a la hora de conceder sus favores. Sólo la libertad de mente y la belleza de espíritu las conquista. La belleza y el arte en nada se dejan influenciar por la sexualidad y esta no parece ser muy importante en la mayor o menor predisposición al arte. La sexualidad que un artista tenga o deje de tener no influye en la capacidad creativa o en el genio, ya que el arte es hijo de la libertad, de la valentía y del dolor. Libertad para crear lo que el alma exija. Valentía para asumir las consecuencias y el necesario dolor para vivirlas.
Maracaibo, miércoles 19 de febrero, 2020

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