lunes, 31 de marzo de 2025

Felipe “El Hermoso”


El príncipe flamenco Felipe I de Castilla, llamado ‘el Hermoso’ por razones que saltaban a la vista, murió en la Casa del Cordón o Palacio de los Condestables de Castilla, en la ciudad de Burgos en 1506, unos días después de su llegada a esa ciudad en la que realizaba su segunda visita. Aunque enfermó pocos días después de llegar, se puso tan mal que no se le pudo salvar la vida, y falleció en la madrugada del 24 al 25 de septiembre de 1506 fallecería a los 28 años. 

 

La explicación de esta enfermedad y muerte aceleradamente súbita se ha debatido durante siglos y la versión mejor conocida, relata como el príncipe bebió agua fría estando acalorado después de jugar un partido de pelota y con el correlato de unas fiebres sumadas a las observaciones de que escupía sangre contrasta con la versión de que fue sangrado por los médicos y de que se le recetaron las mejores pócimas de la época, pero los galenos no pudieron salvarle la vida.  

 

En aquella época, hallar una respuesta clara sobre el fallecimiento del príncipe Hermoso ya era complicada y hasta su suegro, el Rey Fernando el católico, ha sido señalado como como el ordenante de un envenenamiento que haría efectivo contra su propio yerno. Hay quienes sospechan de su esposa quien, atacada por el demonio de los celos, sugieren que habría sido capaz de liquidarlo y se ha dicho que la mismísima reina Isabel de Castilla, la tan católica majestad, pero igualmente han acusado al Cardenal Cisneros y a sus enredos políticos; son   todas, teorías sobre el mismo tema y la pregunta sigue siendo: ¿Sería de origen natural la muerte de Felipe el Hermoso?

 

El 20 de octubre de 1496, Felipe se había casado con la infanta Juana, hija del rey Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, en LierBélgica, de esta manera a instancias de su padre Maximiliano, sería Felipe El Hermoso quien introduciría la casa de los Habsburgo en España.   Aquel apelativo de, el Hermoso curiosamente se lo había otorgado el rey Luis XII de Francia, cuando en 1501, Felipe y Juana eran un feliz matrimonio que viajaba hacia Castilla para ser jurados como príncipes de Asturias y se detuvieron en Blois, cuando el rey de Francia los recibió y al verle había exclamado “He aquí un hermoso príncipe”. Juana y Felipe, eran el centro de alianzas familiares entre los Habsburgo y los Trastámara, destinadas a enfrentarse al creciente poderío de Francia. La hermana de Felipe, Margarita de Borgoña, se casó con Juan, príncipe de Asturias, el único hijo de Isabel y Fernando y por tanto, su sucesor a la corona unificada de Castilla y Aragón.

En el momento de su matrimonio con Felipe, Juana era la tercera en la línea de sucesión al trono, precedida por sus hermanos Juan e Isabel.  Juana se casó con el hijo del emperador Maximiliano I de Habsburgo sin conocerlo. El 24 de febrero de 1500, Juana dio a luz a su primer hijo varón, el futuro Carlos I de España y V de Alemania. El parto tuvo lugar en Gante (Flandes). El nacimiento de un heredero desinteresó al casquivano Felipe por su esposa. Decidido a que Juana no obstaculizara sus ambiciones, en unos años, Felipe consiguió que algunos médicos cuestionaran la estabilidad mental de la joven, quien acabaría pasando a la historia como Juana la Loca.

 

Como soberano de los principados feudales de los Países Bajos, Felipe había sido un administrador competente y un soberano popular, amado en su juventud y su hermosura supo conjugar los intereses de sus diversos territorios, demostrando especial talento para plantear reformas y para dar tranquilidad y paz después de muchos años de convulsiones políticas. Aunque las Cortes reunidas en Valladolid se negaron a declarar la incapacidad de la reina Juana, Felipe el Hermoso, ejerció el poder efectivo sin contar con ella. El rey Fernando de Aragón tenía la esperanza de conservar el gobierno en nombre de su hija Juana, pero habría de ser el mismo Felipe quien alegaba la supuesta locura de Juana para invalidarla en sus funciones y quedarse el solo como regente..

 

La madre de Juana, era Isabel I de Castilla (1451-1504) quien fue la reina de Castilla​ desde 1474 hasta 1504, era también reina consorte de Sicilia desde 1469 y de Aragón desde 1479 por su matrimonio con Fernando de Aragón. “Tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando”. También ejerció como señora de Vizcaya y era conocida también como Isabel la Católica, título que le fue otorgado a ella y a su marido por el papa Alejandro VI en 1496. Se conoce al matrimonio con la denominación de, los Reyes Católicos de España

El matrimonio de Felipe y Juana, había sido muy productivo; entre 1496 y 1506, Juana tuvo seis hijos. Leonor, Carlos, Isabel, Fernando, María y Catalina. Al morir su madre, la reina Isabel La Católica en 1504, Juana fue proclamada Reina de Castilla y su esposo Felipe El Hermoso, se beneficiaría igualmente de esta situación…Aunque unos años después, siendo un joven fuerte y ambicioso fallecería en Burgos el 25 de septiembre de 1506. Siendo el esposo de la reina Juana I y era el rey consorte de Castilla con el nombre de Felipe I.

 

Cuando se analizan los síntomas de la probable enfermedad, tras un acalorado juego de pelota, con una fiebre muy alta, un dolor en el costado, la aparición de numerosas pequeñas manchas, según dicen entre negras y coloradas diseminadas por todo el cuerpo, una probable infección en la lengua y el paladar, con todos estos síntomas podrían coincidir con el diagnostico de una escarlatina. Pero hay otros quienes han propuesto otras enfermedades bacterianas, incluso alguna venérea. ¿El vaso donde bebería el agua fría, acaso estaba contaminado o contenía alguna poción envenenada? ¿Pudo ser Juana quien le quitara la vida a su infiel esposo?

A su muerte, Juana parece enloquecer más de lo acostumbrado ya, y la leyenda crecería, etiquetándola como Juana “la loca”. ¿Habría sido posible que el hermoso príncipe hubiese sucumbido a un complot? Después, Juana, trastornada por la muerte, se marcharía en un viaje mortuorio por los pueblos de España, creando espeluznantes escenas de amor al cadáver en medio de desprecios e intrigas constantes.

 

Finalmente, regresamos a mostrar una muy conocida pintura realizada en Roma, por Francisco Padilla y Ortiz, en 1877, expuesta en el Museo del Prado de Madrid. En fecha reciente se ha localizado una réplica u otra versión de la obra, considerada igualmente pintada por Padilla y Ortiz, y expuesta en el Museo Nacional del Palacio Venecia de Roma.

 

Maracaibo lunes 31 de marzo del año 2025

 

 

 

 

 

 

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