La vida de, el lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades, es una novela española anónima, escrita en primera persona y en estilo epistolar cuyas ediciones más antiguas datan del año 1554, y resulta ser un esbozo despiadado de la sociedad del siglo XVI, con sus vicios y actitudes hipócritas, particularmente de los clérigos y religiosos.
Escrita de forma autobiográfica, cuenta la vida de un niño, Lázaro de Tormes, desde su nacimiento y miserable infancia hasta su matrimonio, en su edad adulta. La obra es considerada precursora de la novela picaresca por elementos como la narración en primera persona, el realismo, la estructura itinerante y una ideología moralizante y pesimista. Se trata de una novela de autoformación y picaresca de estructura aparentemente simple, aunque en realidad es muy compleja.
Debido a la situación de pobreza de su familia, su madre lo puso al servicio de un ciego, hombre cruel con Lázaro quien apenas le ofrecía alimento. Lázaro aprende a ser astuto, tramposo y las palabras necesarias para engañar a las personas para beneficio propio, hasta que el joven termina abandonando a su amo ciego, debido a su avaricia y por los malos tratos que de él recibe. Lázaro queda un tiempo sin amo y se convierte en mendigo. Sin embargo, pronto empieza a trabajar para un clérigo y se convierte en monaguillo durante las misas. Con él, Lázaro aprende sobre la hipocresía y corrupción del clero. Mientras el clérigo predica bondad y austeridad en las misas, trata mal a Lázaro. Finalmente, el protagonista encuentra una manera de dejarlo y dirigirse a Toledo. En el cuarto tratado Lázaro cuenta su experiencia con el Fraile de la Merced, su cuarto amo, muy religioso y su mayor afición es caminar continuamente y dar largos paseos. Con él, Lázaro aprende sobre la promiscuidad. No empatiza con su actitud frente a las mujeres y frente al clero. Su quinto amo, un buldero. Este era un cargo de la Iglesia Católica en la Edad Media que se encargaba de entregar bulas (perdón) a cambio del dinero de los creyentes. Con esta experiencia, Lázaro se encuentra nuevamente con la corrupción del clero, que engaña a las personas con su falsa fe. Luego, conoce a su séptimo amo, un capellán explotador y oportunista. Con él, aprende a trabajar y ganar su propio dinero. Lázaro trabaja durante cuatro años en condiciones miserables, pero consigue comprarse su propia ropa y cambiar de apariencia. En el séptimo tratado, el último del libro, Lázaro narra sus hazañas con su octavo y noveno amo. Después de su larga estancia con el capellán, Lázaro encuentra a un alguacil que se convierte en su octavo amo. Con él dura poco tiempo, ya que considera que el trabajo y los pensamientos del alguacil son demasiados peligrosos y cercanos a la muerte. Finalmente, el noveno y último amo de Lázaro es el arcipreste de San Salvador, quien le presenta a una de sus criadas para que sea su mujer. Lázaro se casa con ella y logra encontrar la felicidad y estabilidad que nunca antes había tenido.
La novela s epistolar, ya que se trata de una carta destinada a alguien con superior condición social, “vuestra merced” es el tratamiento que se le da a quien va dirigida, e implica que está motivada por que ha oído hablar de alguien cuya visión personal le pide a Lázaro que le explique, al ser parte implicada en él. Así resulta ser una especie de confesión al personaje quien es un alto dignatario eclesiástico, quizá el arzobispo de Toledo, quien habría oído los rumores que circulaban sobre la extraña conducta sexual del arcipreste de San Salvador, como se sabe al final del libro, según el cual este arcipreste estaría amancebado con la mujer de Lázaro.
La originalidad del libro, trastoca
cualquier molde y crea un subgénero literario específico: la novela
picaresca, en la cual, mediante el recurso de la parodia y
de narraciones caballerescas, como las rimbombantes epopeyas de gestas
guerreras, o los libros sobre pastores y cortesanos enamorados, se opone esta
obra que es una epopeya de hambre, de quien se preocupa solamente de su
subsistencia, en concordancia con la tradición realista de la literatura
española, revitalizada para aquel entonces por La Celestina y
sus continuaciones.
La temática del el Lazarillo de Tormes, es una crítica acerba, una denuncia, del falso sentido del honor y de la hipocresía. La dignidad humana bajo la sombría visión del autor, nihilista y anticlerical nos muestra una vida que es dura y como le aconseja el ciego a Lázaro en la obra, cada cual debe buscar su aprovechamiento sin pensar en los otros, así arrimándose a los buenos “se será uno de ellos” por lo que para ser virtuoso hay que fingir ser virtuoso. Por todos estos antecedentes, terminaría la obra en ser incluida en el Índice de libros prohibidos de la Inquisición, y cuando permitió al cabo la circulación de la misma, fue la de una versión expurgada de pasajes anticlericales. El Lazarillo fue, además, una obra muy traducida e imitada. Su influjo, profundo, marcó tanto la literatura española que podría decirse que sin ella no habrían podido escribirse ni Don Quijote de la Mancha ni otras de las novelas picarescas españolas.
Se han postulado varios autores para el Lazarillo de Tormes. En 1605 según el fraile F. José de Sigüenza, en su Historia de la Orden de San Jerónimo, atribuyó la autoría de esta obra a fray Juan de Ortega, al haberle hallado el borrador escrito de su propia mano en su celda. La autoría de fray Juan de Ortega y la necesaria discreción del anonimato por su condición de General de la Orden fue defendida con firmeza por Marcel Bataillon. En 1607, en el catálogo de escritores españoles Catalogus Clarorum Hispaniae scriptorum, que fue redactado por el flamenco Valerio Andrés Taxandro, se dice que fue Diego Hurtado de Mendoza quien “compuso el Lazarillo de Tormes”. Otros autores del siglo XVII, y el Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española (1726-1739), lo mencionan sobre todo en el siglo XIX. En marzo de 2010 apareció en prensa que la paleógrafa Mercedes Agulló descubrió en unos papeles de Diego Hurtado de Mendoza, la frase: “Un legajo de correcciones hechas para la impresión de Lazarillo y Propaladia”, Se postularía entonces “una hipótesis seria sobre la autoría del Lazarillo, que fue fortalecida por otros hechos y circunstancias apunta sólidamente en la dirección de don Diego”.
A finales del XIX un artículo del hispanista Alfred Morel-Fatio, relacionó al autor de Lazarillo con el círculo erasmista de los hermanos Valdés. Rosa Navarro Durán, se basa sobre todo en los diálogos conocidos de Alfonso de Valdés, el Diálogo de Mercurio y Carón y el Diálogo de las cosas acaecidas en Roma. Juan de Valdés fue perseguido por la Inquisición y tuvo que exiliarse en Italia, perdiéndose la identidad del manuscrito que se imprimió en Alcalá de Henares. La autoría de Sebastián de Horozco -que postuló en el siglo XIX José María Asensio y Toledo, editor de su Cancionero- defendida en 1914 por Julio Cejador y Frauca en su edición del Lazarillo, apoyándose en un pasaje de la obra de este autor en que aparece un mozo de ciego llamado Lazarillo. También han sido propuestos como autores del Lazarillo el dramaturgo Lope de Rueda. Fonger de Haan en 1903, alegando que fue, como el protagonista de la novela, pregonero en Toledo en 1538, hipótesis que ha sido rechazada posteriormente. Recientemente, aceptada por Francisco Cervantes de Salazar, defendida por José Luis Madrigal, investigador que abandonó esa hipótesis para pasar en 2008 a defender la autoría de Juan Arce de Otálora, autor de los Coloquios de Palatino y Pinciano. Clark Colahan y Alfred Rodríguez pensaron que el Lazarillo fue escrito por el humanista Juan Maldonado. Otras atribuciones han recaído en Alejo Venegas, Bartolomé Torres Naharro, Gonzalo Pérez, secretario real de Carlos I (por Dalai Brenes Carrillo), Francisco de Enzinas (según Alfredo Rodríguez López-Vázquez y Roland Labarre), Fernando de Rojas, el autor de La Celestina, cuya autoría fue defendida por Howard Mancing, o el célebre humanista español Juan Luis Vives, propuesta hecha pública por Francisco Calero en 2006. En 2022 se ha propuesto también a Juan Bernal Díaz de Luco, obispo de Calahorra, como autor de la novela.
En Maracaibo, el jueves 20 de marzo
del año 2025
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