Riqui riqui…
Riqui riqui riqui ran, el pan era de pobres, pero la arepa es noble, hay una boda que ha ser suspendida porque los novios pelando están, no tienen queso ni tienen pan, están como en San Juan. Sí, el de los maderos, se la mantienen en un peladero, en la propia indigencia, ¡indigestos no están!, armados de paciencia, ellos han invitado a al Ministro apropiado, el propio, el de la gente que han desahuciado, todos padecen con paciencia. Es que ya la esférica han pelado... El grillo usa un sombrero que por regalado se ha puesto correoso y luce medias de rojas listas, él ya ha sido contratado de primer violinista, y así ya casi todo les parece arreglado, no hay más problema musical, él es mejor que una rockola. Música habrá, o ¿habemus?…
Con ramitos de azahar, los dos novios ardientes, resultan ser la pulga y el piojo, quienes precisamente, se quieren casar y por demás es evidente, que no lo han logrado, por falta de rial. En estos tiempos esto es lo normal. Pero, habrá que esperar. Tener mucha paciencia, ¿y les darán los cobres?, preguntas de la audiencia, seguramente les darán arepas, ¿les darán el pan?, ¡y harán riqui riqui!, ¡riqui riqui harán! ¿Pero entonces: hay pan? A que Roque hay alfandoque, queje Riqui hasta alfeñique, sin mandocas ni tequeños, ellos riqui riqui harán. Si no te duermes niño inocente, te daré mere mere con pan caliente, y el chamo todo el taim pide y pide cual indigente. Mamá luna, dame pan con queso. No te lo doy porque está tieso. Mamá luna dame pan con mantequilla, ¡a chacho más ladilla!, no sea tan fastidioso, atiéndale al convite y no se me agite...
La pulga y el piojo se quieren casar, y que maravilla, a todos invitan al acto nupcial, ya no es por el pan que ya lo tenemos, nos falta quien baile, ¿dónde lo hallaremos? A la una estará la luna, a las dos sonará el reloj, y entenderá la gente que se casan la aguja (apodo que le endilgan a la pulga papuja) y el granito de arroz (sobrenombre del piojo quien por ser orillero siempre tuvo fama de muy arrocero). A la una la novia, con el novio a las tres, en la cola colita del pianito marqués, con la música bailan y girando les ves, de cachete pegado, de danzar no han parado, hasta que dan las diez. Ya no es por el baile del piano marqués, con todas sus patas lo brincó el ciempiés, ahora es por quien cante, ¿dónde lo hallaremos?
Se dijeron los novios al ya no bailar más, cuando les respondió la rana desde el platanal. Mi crocró yo les canto, yo canto sin parar, y es que todos sabemos que el cucú de las ranas no se puede callar. La luna dizque asoma, por el portal, la noche ya se viste de cal y coral, aprovecha el gorgojo cuando viene y se esconde en el chamizal, con la gorgojita hace riquirrán. Rielando está la toma con el brillo lunar, alumbrará a los novios quienes entusiasmados brindarán, con un poco de miche que les han regalado. Del hato más cercano no hubo quien no vino, cuando súbitamente hay un inconveniente que frena a los presentes, no obstante la dicha de novios y de sus allegados, no encuentran un padrino que sea el adecuado.
En el coche a las tres, los novios parejeros, han venido gozando un pullero. Brillando en los esteros los cocuyos henchidos revientan alumbrando a los novios, quienes con sus amigos con el miche brindando, seguirán celebrando. A la pulga amorosa dice el piojo querido, dame tu lucecita cual bucare encendido. Vayamos a encerrarnos novio querido, abrázame en tus alas y cierra los postigos. ¿Ves? Los cocuyos hermosos les siguen por doquier, alumbrando indiscretos, ya son casi las tres. El caballito de la lluvia baja girando, desciende de su coche hecho con una nuez, y quien sabe, tal vez ¿él llegará tirando? ¿Él también? La fiesta está en su punto, hay mucho queso y miche, hay aguardiente y vino, ¡pero qué buena broma!, no aparece un padrino.
Desde el matorral sale un mapurite, viene a perfumarles el regio convite. Da vueltas la hormiguita a la sopa en la olleta, es un caldoegallina, le ha puesto malagueta y de vainita, con los palos quien quita que se ponga la cosa bien rebuena, ¿en la cocina? Le da vuelta al caldero la preciosa hormiguita y viene el ratoncito de manera discreta, ¡pudiera ser fortuita!, eso dice él y le propone un asunto muy delicado, les dice que el negocio ya lo ha pensado. Encierren a la gata que yo seré el padrino.
La pulga y el piojo se besan felices, tendrán un padrino con bienes raíces y un tronco de apellido, es novio de la hormiga ¡y ella para que más señas!, como cascajos tiene de sobra el rial parejo, y es que ella siempre muy servicial, salió un momentito, se fue a consolar a la niña pequeña, que se puso a berrear pues el pobre meñique se cayó en su dedal, y desde allí el bandido se ha quedado dormido. La hormiga se le acerca y roncando él ya está; por eso la niñita se le ha puesto a llorar...
Se consumió la sopa de la hormiguita. Se fugaron los novios por la puerta de atrás. Los invitados cogieron su peíta... ¡Se emborrachó el padrino! Llegaron silenciosos ronroneantes los hermosos mininos, cuando todos dormían por efecto del miche y del vino, entró la gata gorda, -venía acompañada de compadres felinos-, ronroneó sonreída y en un santiamén, se manducó al padrino.
Nota:con pocas modificaciones puntuales, el texto es extraído de mi novela “LaEntropíaTropical(Ediluz, 2003).
Maracaibo, domingo 31 de enero del 2021
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