Ovnis y la CIA
Una cláusula que estaba incluida en el último paquete promulgado por Donald Trump para enfrentar la crisis económica provocada por la pandemia del COVID-19, garantizaba que los servicios de inteligencia de los EUA, debieran compartir con el Congreso toda la información recopilada sobre los OVNIS dentro de los 180 días posteriores a su investigación. De acuerdo con lo antes señalado, toda la información sobre los objetos voladores no identificados recopilada por la CIA a lo largo de décadas de investigación está ahora desclasificada y puede ser compartida por el público en general.
La cláusula también les pedía identificar posibles “amenazas aeroespaciales” o afines, precisando si dicha actividad podría estar relacionada con “uno o más adversarios extranjeros”. Consecuencialmente, todo ese material se hizo público y ahora está disponible para su descarga. La tarea de interpretarla ha sido facilitada por una organización llamada The Black Vault, que lleva trabajando por lograr acceder a esta información desde 1996, y que recopiló y organizó todo lo que resumidamente se señala en este artículo.
John Greenewald Jr., fundador de The Black Vault, es un investigador entusiasta de los ONVIS, que lleva más de 25 años tratando de acceder a esos documentos y poder hacerlos públicos. Ahora al clasificar, organizar y publicar estos documentos, Greenewald dice estar haciendo una labor social ya que supone que “todo el mundo tiene derecho a saber” lo que las agencias de inteligencia han averiguado sobre los ovnis.
La Ley de Libertad de Información (FOIA), debía permitir que se desclasificaran alrededor de diez mil informes, y The Black Vault trató de acceder a ellos en sus formatos PDF, pero el proceso fue insoportablemente largo. No obstante, logró recibir copias físicas pero tuvo que escanear a mano cada uno de los documentos. Algunos de los documentos datan de finales de la década de 1970 y principios de 1980 y habría sido muy difícil conseguir que fueran desclasificados. El incidente de Roswell, de 1947, sucedió cuando, supuestamente, se realizaron autopsias a extraterrestres que se estrellaron en el desierto de Nuevo México, hechos que fueron encubiertas por las autoridades estadounidenses. Según Greenewald, la CIA creó un CD-ROM con los registros desclasificados anteriormente, como los más de 12 millones de páginas web sobre ovnis que liberó en 2017 y Black Vault compró este CD-ROM a mediados de 2020.
El 27 de Octubre de 2020 apareció "The Phenomenon", un documental del ufólogo James Fox que se estrenó en numerosas plataformas digitales y que propone “examinar una cantidad de pruebas ya eliminadas” sobre, el fenómeno de los avistamientos inexplicables, durante “al menos los últimos setenta años” sobre vida extraterrestre. El documental de Fox ha recibido elogios de medios serios en los Estados Unidos y el Reino Unido, por su enfoque al emplear “informes hechos por observadores creíbles sobre cosas relativamente increíbles”.
Entre los personajes entrevistados por Fox, está el ex senador Harry Reid, impulsor de un programa en el Departamento de Defensa para el estudio de ovnis, y Christopher Mellon, ex subsecretario adjunto de Defensa para la Inteligencia. Ellos coincidirían en que con lógica y sin vueltas: "Tenemos que comenzar a entender que no estamos solos en el universo”. Fox también dialogó con Leslie Kean, autora de “UFOs: Generals, Pilots, and Government Officials Go on the Record” donde pilotos y funcionarios hablaban oficialmente, de la gran revelación del 2017, en el Programa (2007 a 2012) para Identificar Amenazas Aeroespaciales Avanzadas (AATIP) que pasarían entonces a áreas de inteligencia de Defensa con otro nombre, pero con las mismas funciones. Entre otros materiales que se difundieron había videos: en 2020 el Departamento de Defensa confirmó que eran auténticos.
La investigación de Fox señaló la marcada abundancia de avistamientos en los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el país emergió como potencia atómica. En 1955, Wiliam Coleman, piloto condecorado en la Segunda Guerra Mundial, - en 2020 era ya un hombre que hasta su barba será canosa, con todas sus medallas en una vitrina a sus espaldas- el año 55 salió de Miami para un viaje de rutina y avistaría una cosa “que no tenía cola ni alas”.
Terminada la guerra, otro piloto de Boise, Oregon, llamado Kennet Arnold, dijo que había visto “nueve objetos como platillos que volaban a una velocidad increíble a 10.000 pies de altitud”. El presidente Dwight Eisenhower le estrecharía la mano, al piloto de United Airlines, E.J. Smith, quien también vio unos cuatro de esos aparatos desconocidos y así desde entonces comenzó el ocultamiento. El 23 de septiembre de 1947 un memo secreto dedicado a los platos voladores advirtió: “El fenómeno sobre el que se ha informado es algo real, y no visionario o ficticio”.
En la década de los 70, Jacques Fabrice Vallée (1939 edad 81 años) sería de los primeros en intuir otros aspectos más siniestros que se escondían detrás de las interacciones con supuestos extraterrestres. Jacques Vallée es un informático teórico, matemático, escritor, ufólogo y antiguo astrónomo francés que reside actualmente en San Francisco, California, había publicado un ensayo sobre ufología escrito en 1979 “Emisarios del engaño. Contactos y sectas ovni”. La evidencia que Jacques Vallée revelaría aparecía como algo más amenazante que los monstruos del espacio exterior.
En 1969, las conclusiones de Vallée habían cambiado, y declaró públicamente que la hipótesis extraterreste era demasiado estrecha e ignoraba demasiados datos. Valle comenzó a explorar los puntos comunes entre los ovnis, cultos, movimiento religiosos, demonios, ángeles, fantasmas, Criptozoología, y los fenómenos psíquicos La especulación acerca de estos posibles vínculos fueron detallados por primera vez en el tercer libro de Vallée , Pasaporte a Magonia. Vallée ha sugerido una hipótesis Interdimensional. Esta hipótesis representa una extensión de la ETH, donde los extraterrestres denunciados podrían venir potencialmente desde cualquier lugar. Las entidades pueden ser multidimensionales más allá del espacio-tiempo, y por lo tanto pueden coexistir con los humanos, sin embargo, no se detectan. Vallée no fue bien recibido por destacados ufólogos de EE.UU., por lo tanto, era visto como una especie de paria. De hecho, Vallée se refiere a sí mismo como un “hereje entre los herejes”.
Vallée expresa su preocupación por las frecuentes y autoritarias políticas y creencias religiosas expresadas por muchos contactados. Los grupos de religiones OVNIs pueden ser cultos suicidas. También sostiene que la Cienciología es otro ejemplo de religiones OVNIs, que se ha modelado como una organización religiosa. Vallée afirma que las pruebas, si son cuidadosamente analizadas, sugieren un plan subyacente para el engaño de la humanidad a través de medios altamente avanzados y desconocidos métodos. Él aboga por una mayor y más seria participación de la ciencia en la investigación OVNI y el debate. Sólo esto puede revelar la verdadera naturaleza del fenómeno OVNI.
Por otra parte, Edgar Mitchell, astronauta de la misión Apolo 14, está convencido de que el caso es real y diría… “Sí, hubo visitas extraterrestres, hubo naves estrelladas, se recuperaron materiales y cuerpos, y en algún lado hay grupos de personas que a estas alturas pueden estar asociadas al Gobierno o no, pero sin dudas lo estuvieron en algún momento, que poseen este conocimiento”.
Cuando en 2019 decidí relatar la historia de mi experiencia con un posible Ovni, estábamos sobreviviendo en Mississauga, en las afueras de Toronto, pasando el frío hereje, y luego en septiembre del año pasado, el 2020, virtualmente estaba hablando (es decir, conectados por wasp), con mis hijos lejanos cuando me enteré de que mi cuento del OVNI en el blog, no lo habían leído… Por tales motivos (y no es la rosa pintada de azul de Pizolante) relaté nuevamente la historia, a la que se puede como siempre acceder en el blog lapesteloca en (https://bit.ly/35SPiEs).
Maracaibo viernes 22 de enero, 2021
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