“Bushido” de Inazo Nitobe
La imagen del samurái, no es históricamente precisa, pero está muy arraigada en el imaginario popular debido en gran parte a un pequeño libro escrito en inglés por Inazo Nitobe, a principios del siglo XX. "Bushido: El alma de Japón", publicado por primera vez en 1900, que acaba de ser de nuevo publicado como parte de la serie Great Ideas de la editorial Penguin. Una obra que se publicó comenzando el siglo XX y que ha influido en varias generaciones, reaparece ahora como un “best seller”.
El samurái a lo largo de los años resulta ser un modelo de excelencia física y rectitud moral, para quien el honor y la lealtad son más valiosos que la vida misma. El último samurai, es una gran epopeya de Hollywood que cuenta la historia de un capitán del ejército de Estados Unidos Nathan Algren contratado por el Ejército Imperial de Japón para ayudar a luchar contra los rebeldes, pero es sometido a cautiverio por ellos, y después de atestiguar la nobleza de los samuráis, Algren cambia de alianza para ayudar a Katsumoto, el samurái rebelde que dedica su vida a luchar contra las fuerzas que cree que están corrompiendo los valores tradicionales de Japón. Katsumoto y su grupo de samuráis rebeldes personifican al guerrero honorable: intrépido, entregado a su deber, trabajador y disciplinado, pero también educado y benevolente con su cautivo.
Aunque es uno de los innumerables libros escritos sobre bushido, el libro de Nitobe "El camino del guerrero" sigue siendo la fuente ideal para quienes buscan comprender un sistema de valores de la sociedad japonesa actual. Nitobe, quien era un cuáquero convertido, y economista de la rama agrícola, educador y diplomático, entre 1919 y 1929 había sido subsecretario general de la Liga de las Naciones. A través de su libro trató de explicar a los occidentales los valores morales que sustenta la cultura japonesa y definió al bushido, como el código de principios morales del samurái. Según Inazo Nitobe, el Bushido instruyó al samurái a tener un fuerte sentido de la integridad y del coraje para ejecutar la justicia. Predicaba la benevolencia y la cortesía, la veracidad, el honor y la lealtad a una autoridad superior. Ese "sentido del honor, que implica una vívida conciencia de la dignidad y el valor personal, no podía dejar de caracterizar al samurái...".
Al parecer, la realidad era algo diferente y los historiadores han criticado la descripción del samurái hecha por Nitobe y la han calificado como muy romántica. Sven Saaler, profesor de historia japonesa moderna en la Universidad Sophia de Tokio, dice:"Los samuráis y los daimyo (señores feudales) no vivían realmente una vida de honor y lealtad. Si surgiera la oportunidad, también matarían a su maestro y tomarían su puesto". Contrariamente a lo que afirmaba Nitobe, en el período Edo (1603-1868), los samuráis fueron vilipendiados por abusar de sus privilegios en una época en que sus habilidades marciales se habían vuelto obsoletas debido a dos siglos de estabilidad social. Sin embargo, el objetivo de Nitobe al escribir su libro no era proporcionar un relato históricamente preciso sobre los samuráis, sino mostrarle al mundo que Japón tenía un sistema de valores similar a los de la moral cristiana. Según Saaler, Nitobe buscó contrarrestar el racismo y los temores en Occidente frente al "peligro amarillo" dando forma a la imagen del samurái y, por extensión, de los japoneses, no solo como valientes sino también como caballerosos. Para ello Nitobe hizo constantes referencias a la filosofía y la literatura europeas y comparó el bushido con la gallardía de los caballeros europeos. "La caballería es una flor, no menos autóctona de la tierra de Japón que su emblema, la flor de cerezo", escribió Nitobe.
El libro de Nitobe tenía como objetivo "construir una imagen muy positiva de Japón como un país militarmente fuerte pero civilizado que se comportó de manera civilizada en la guerra", contrarrestar los miedos de que Japón algún día se convirtiese en una amenaza para Europa. Cuatro años antes de la publicación de su libro, Japón había salido victorioso en su guerra contra China de 1894 a 1895, y ese éxito militar, que asombró a las potencias occidentales de la época, fue seguido rápidamente por la victoria de Japón en la Guerra ruso-japonesa de 1904 y 1905. Según Eri Hotta, autora de Japan 1941: Countdown to Infamy, el libro de Nitobe también fue "un intento de colocar a Japón en igualdad de condiciones con lo mejor de las potencias occidentales para que pudiera reclamar el derecho a ser dueños de colonias".
La aclamación internacional que recibió su libro sugiere que Nitobe logró su objetivo de documentar los valores japoneses y así mejorar la imagen del país en Occidente. Apareció en un momento en que el interés en Japón estaba creciendo: luego de sus victorias militares sobre China y Rusia, la obra encontró una audiencia ávida entre los lectores occidentales que quedaron impresionados y perplejos por el asombroso ascenso de Japón. Para los lectores occidentales, el coraje, la rectitud moral y otros valores descritos en el libro de Nitobe ofrecían una explicación convincente de cómo un país pequeño, y hasta ese momento desconocido, podía derrotar a sus vecinos mucho más grandes y aparentemente más poderosos.
El atractivo del bushido como código moral incluso llamó la atención del entonces presidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt, quien era un entusiasta practicante de judo. En una carta al diplomático y político Kentaro Kaneko, fechada el 13 de abril de 1904, Roosevelt escribió: "Me impresionó mucho el pequeño volumen sobre Bushido. He aprendido no poco de lo que he leído sobre el fino espíritu samurái". Robert Baden-Powell, fundador de los Boy Scouts, escribió que uno de los objetivos del plan de los Boy Scouts era "revivir algunas de las normas de los caballeros de antaño, que contribuyeron tanto al tono moral de nuestra raza como…Bushido…ha hecho y sigue haciéndolo por Japón ".
Muchos de los valores identificados como las enseñanzas del bushido: la cortesía hacia los demás, un gran respeto por el honor personal, el autocontrol y la lealtad a una autoridad superior, siguen siendo fundamentales para la visión japonesa del buen comportamiento. El bushido es ampliamente invocado en los deportes, con el equipo nacional de béisbol japonés apodado "Samurái Japón" y el equipo nacional de fútbol masculino llamado "Samurái Azul". Según Yukiko Yuasa, profesora asistente de la Universidad Teikyō Heisei en Tokio, la prevalencia de los valores del bushido en la sociedad japonesa es un reflejo de “la continua influencia del confucianismo en lugar del libro de Nitobe”.
NOTA: Referencias tomadas de artículo reciente de Michiyo Nakamoto en “The Collection de la BBC”,
Maracaibo, lunes 18 de enero, 2021
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