La nueva variante
Un virus mutante suena instintivamente aterrador, pero mutar y cambiar es lo que hacen los virus. La nueva variante del SARS-Cov-2 (VUI-202012/01) detectada en Reino Unido a mediados de septiembre, se propaga con más facilidad, aunque no hay evidencias de que sea más mortal. Nuevos países se suman casi a diario a la lista de naciones donde ha comenzado a circular la nueva variante. Conocida como B117 (o también VUI-202012/01), esta cepa ha causado un aumento sin precedentes en el número de casos y se ha convertido en la variante predominante en unos meses. A finales de diciembre, por ejemplo, se estimaba que el 60% de los nuevos casos en Londres y regiones aledañas correspondían a la nueva variante.
Esta cepa que tiene 23 mutaciones (17 de las cuales aparecieron abruptamente, referidas al virus que apareció hace un año en la ciudad china de Wuhan). Según un estudio del Imperial College de Londres, la nueva cepa es cerca del 50% más transmisible que otras, y esto eleva el número R -que representa el número de personas promedio a las que una persona infectada puede contagiar- entre 0,4 y 0,7. El virus ha adquirido 17 mutaciones distintas (14 cambios de aminoácidos y 3 deleciones). Dos de ellas se han descrito previamente: 1- la mutación N501Y aumenta la afinidad de la proteína S por el receptor, lo cual aumentaría su infectividad; 2- la deleción (un tipo de mutación genética) 69-70 de la proteína S se ha descrito que podría afectar a la evasión del sistema inmune por parte del virus.
Ya señalábamos que una mutación en cualquier virus es lo más normal del mundo y aunque los coronavirus mutan con menos frecuencia que otros virus, es esperable que cada cierto tiempo aparezcan mutaciones. Hasta el momento, se han estudiado al menos 300.000 secuencias víricas del SARS-CoV-2 y se han encontrado miles de mutaciones, pero ninguna ha causado tanta preocupación a nivel internacional como esta. ¿Por qué entonces está causando preocupación, frente a otras variantes que ya se habían producido?
El SARS-Cov-2 (VUI-202012/01) he mostrado una combinación de mutaciones cada una de las cuales se había visto por separado, pero, por primera vez, se ven juntas en una sola cepa. Cada una de ellas se sabe que probablemente tenga un impacto en la biología de la infección, pero no sabemos exactamente cuál, por lo tanto son preocupantes, aunque el efecto no está claro y por ello, lo que ha hecho Londres es prevenir. Otra razón por la que preocupa es porque 8 de las 17 mutaciones se encuentran en la proteína S que es justamente la llave que utiliza el virus para entrar en la célula, lo que podría afectar a la forma en la que infecta el virus.
La mayoría de las veces es un ajuste sin consecuencias o el virus se altera a sí mismo de tal manera que se debilitaría al infectarnos y la nueva variante simplemente tendería a desaparecer. Pero por el momento no hay nada que sugiera que la nueva variante del coronavirus detectada en el sureste de Inglaterra se debilite o que provque síntomas más graves o que pueda afectar la capacidad de las vacunas. Todo sigue bajo la atenta observación de virólogos y epidemiólogos en el mundo…
Lo que es un hecho, es que a partir de la medianoche del pasado domingo y durante dos semanas, los residentes de áreas como Londres, Kent, Essex y Bedfordshire, en Inglaterra, no podrán reunirse con nadie que no sea de su mismo hogar.
Maracaibo, 8 de enero, del 2021
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