“Caracol beach”
Eliseo Alberto de Diego García Marruz (1951-2011) fue un periodista, novelista, poeta y guionista cubano que vivió en el exilio en México desde 1990 y cuya ciudadanía adoptó en el año 2000. Era hijo del conocido poeta cubano Eliseo Diego. Estudió periodismo en la Universidad de La Habana, y fue jefe de redacción de El Caimán Barbudo y subdirector de la revista Cine Cubano. Impartió clases y talleres de cine en la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños en Cuba, en el Centro de Capacitación Cinematográfica de México, en el Sundance Institute de Estados Unidos y en Chile.
La obra de Eliseo Diego está compuesta por poemas y novelas. Su lenguaje es coloquial, con un amplio léxico que contempla nuevas expresiones, y está lleno de metáforas que con frecuencia narran memorias de su Cuba natal. Sus novelas: La fogata roja (1983), La eternidad por fin comienza en lunes (1992), Informe contra mí mismo (1997), Caracol Beach (1998), La fábula de José (2000), Esther en alguna parte (2005) y El retablo del conde Eros (2008). La fama internacional le llegaría Eliseo Alberto, después de ganar el Premio Internacional Alfaguara de Novela de 1998 con su tercera novela Caracol Beach. Sergio Ramírez el laureado escritor nicaragüense compartió con Eliseo el Premio Alfaguara de novela 1998. Las dos novelas premiadas fueron Margarita está linda la mar y Caracol Beach…
Eliseo Alberto consideraba que Informe contra mí mismo era su obra más importante de la que él mismo dijera: «… un libro sobre Cuba, que se escribe solo una vez ... un libro en el que yo defendí un solo derecho: el derecho a estar equivocado, algo que poco se reconoce y menos por los políticos”. Sergio Ramírez relató en el año 2010 por escrito y desde Zacatecas, México, la importancia de “el informe” en la vida de Eliseo. Era su historia personal con la revolución cubana escribiría. Señaló como se marcaría su destino cuando la Seguridad del Estado le ordenó espiar a su padre, el poeta Eliseo Diego y presentar reportes de lo que hacía y de quien lo visitaba. El golpe y la decepción habían sido muy grandes.
Sergio Ramírez relataría como se encontraron el 1998 en Miami cuando tenían que hablar ambos por la radio. Eran Radio Martí y Radio Mambí en los días cuando celebrabas el premio Alfagüara por ambas novelas y Fidel estaba padeciendo misteriosas enfermedades y Sergio de quedó solo cuando se esperaba un encarnizado debate político. La llegada de Olga Guillot hizo que el programa se desviara hacia la música caribeña y Tú me acostumbraste, la noche de anoche y la gloria eres tú, con encantadora presencia de la famosa bolerista lo salvarían de una incómoda situación.
Me tocó leer a Caracol Beach recién publicada y recuerdo que me impresionó. Es una novela terrible, una especie de mosaico donde cada situación encaja en un juego de sentimientos donde nada es inevitable. La novela ganadora cuyo eje central lo constituye Alberto Milanés, un soldado cubano afincado en Florida que regresó loco de la guerra de Angola, un psicópata cuya conciencia está atormentada por un tigre de Bengala que le acosa hasta hacerle desear la muerte, crea toda una novela sobre la locura, el miedo, el perdón y la muerte y no resisto la tentación de hacer una muy breve sinopsis de su trama.
En un sábado del mes de junio, Beto Milanés, emigrante de origen cubano, sale a buscar a alguien para que lo mate. Al frente de la comisaría está un sargento calvo y obeso, que ha decidido pedirle perdón a su único hijo, Mandy, un travestí que vive con un modista armenio. El fantasma de una pianista vuela de un lado a otro, como una mariposa nocturna, tratando de salvar a su hija. Un oscuro profesor de literatura se pasa la noche en un bar, conversando con la mujer más linda del mundo. Los orishas africanos descienden del Olimpo y acuden a la cita son sus tambores. Tres muchachos han ido por cerveza a un supermercado, para seguir la fiesta, y se cruzan en la autopista con el cubano que quiere una tumba. Ha estado lloviendo, hay luna, alguien ha descerebrado a un perro contra un muro.
Caracol Beach ofrece, un juego entre ficción y realidad, que le sirve al autor para exponer un texto, concentrado en el poder destructor de la guerra y su relación con la violencia, el miedo, la locura y la muerte ante la capacidad redentora del amor. Mezcla entre lo imaginario y lo real será aprovechada por el Autor para evidenciar la ficción, mostrando que lo que está escribiendo es una novela. Al amalgamar realidad y ficción en una pirueta lúdica funciona a modo de bálsamo sobre una herida abierta. La novela anclada en la realidad, presenta una historia realista y verosímil, recreada por alguien que interviene continuamente en la narración como si se sintiese culpable de no poder evitar la injusticia de los hechos narrados. Un Anexo refuerza ese juego entre ficción y realidad de un Autor que se percibe responsable de la carga ideológica del texto. La interacción entre realidad y ficción está revestida de seriedad, pero en ocasiones con mucho humor e ironía, que funcionan como el contrapunto necesario a la gravedad de la historia.
Eliso Alberto falleció en la Ciudad de México el 31 de julio de 2011, a los 59 años de edad, tras estar varios días en terapia intensiva luego de haber sido intervenido quirúrgicamente el 18 del mismo mes por un trasplante de riñón.
Maracaibo, domingo 17 de enero del año 2021
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