viernes, 16 de agosto de 2024

Inteligencia “humano-robótica”

 

Elon Musk quiere insertarte este microprocesador en el cerebro”… Aunque esta parezca ser una típica histericoide -“frase de Maduro”- es Alexia Columba Jerez, quien nos lo dice ahora, ella es periodista de ABC, España, y el pasado martes 13 de este mes (agosto -2024) al hablar sobre el proyecto de La Universidad de Tianjinen, nos informaría que en China, manejan el estudio de un robot con un “minicerebro humano” que podría conducir al desarrollo de una inteligencia híbrida humano-robótica.

Los investigadores chinos según informaba South China Morning Post, están consiguiendo un robot al que le están enseñando diversas tareas progresivamente más complejas, tales como agarrar objetos, seguir objetivos o evitar obstáculos, y sus creadores, lo describen como el “primer sistema inteligente de interacción de información compleja cerebro-en-chip de código abierto del mundo”.

 

La Universidad de Tianjin considera este proyecto dirigido al desarrollo de una inteligencia híbrida humano-robótica, se logrará utilizando un sistema de código abierto que se llama MetaBOC (BOC es cerebro-en-chip en inglés) y pretende a futuro emular al cerebro, e ir más allá, para ser más eficiente que los ordenadores más avanzados conseguidos hasta el momento.

 

Según “Science Alert”, en comparación con el consumo de la inteligencia artificial de GPT-3, la mente humana opera 86 mil millones de neuronas usando solo 0,3 kilovatios/hora. Se están dando a conocer estos datos cada vez más meritorios como trabajos en bioinformática, y para los investigadores chinos, estos son los primeros pasos en la idea de poder seguir avanzando en el objetivo que se han trazado y que consiste en reubicar células cerebrales humanas en cuerpos artificiales.

 

En 'New Atlas' señalan que las posibilidades de la bioinformática se abren en la medida en que nuestras neuronas perciben el mundo y actúan en él, hablando el mismo lenguaje que las computadoras: es decir usando señales eléctricas. “Y las células cerebrales humanas, cultivadas en grandes cantidades en chips de silicio, pueden recibir señales eléctricas de una computadora, intentar interpretarlas y responder”. Sin embargo, en ese proceso hay una serie de desafíos que afrontar como el de, inicialmente mejorar la capacidad para mantener a los organoides vivos el mayor tiempo posible, lo que supone conservarlos a una temperatura adecuada, hidratados, con un suministro suficiente de alimentos y a salvo de gérmenes.

 

Hay que matizar que, a pesar de que se han hecho virales, unas ciertas imágenes proporcionadas por los propios científicos chinos, éstas representaciones, en realidad, se corresponden con diagramas de demostración de futuros escenarios de aplicación”, una manera de decirnos que estos son tan solo, resultados muy preliminares.

 

Concretamente, estos “organoides cerebrales” parten de células madre pluripotentes humanas. Dicho esto, así a secas, resulta algo complejo, pero dicho en términos generales son las células que normalmente se encuentran en el interior de embriones tempranos, las cuales sabemos que pueden dar lugar a diferentes tejidos del cuerpo, como, por ejemplo, a los tejidos neuronales.

 

Los científicos de la Universidad de Tianjin en su estudio publicado en la revista Brain of Oxford University Press, explican que cuando estas células se injertan en el cerebro, pueden establecer conexiones funcionales con el cerebro anfitrión. De ahí que este notable paso también ofrece varias posibilidades favorables.

 

El equipo de científicos en su artículo dice haber desarrollado una técnica para emplear ultrasonidos de baja intensidad, que ayudarían a los organoides a integrarse mejor dentro del cerebro huésped. Lo que se traduce, según destaca el trabajo, en que esta técnica podría conducir a nuevos tratamientos para trastornos del desarrollo neurológico y para reparar daños en la corteza cerebral.


 

Los trasplantes de organoides cerebrales se consideran una estrategia prometedora para restaurar la función cerebral reemplazando las neuronas perdidas reconstruyendo los circuitos neuronales”. Llegaron a comprobar este fenómeno en un ratón con microcefalia (debida un trastorno congénito en el cual la cabeza es mucho más pequeña que lo normal). Al tratarlo con ultrasonidos observaron que mejoraban sus defectos neuropatológicos. Este tratamiento con ultrasonido de baja intensidad no invasivo también sería de ayuda en la computación ya que favorecería la formación y maduración de las redes neuronales.

 

Otros proyectos más recientes fueron, el desarrollado por la compañía suiza “Final Spark” que presentó 16 minicerebros cultivados en un laboratorio a partir de células madre neuronales humanas -integrados en una interfaz- las cuales eran capaces de aprender y procesar información. Existe también el caso de la investigación que conectó neuronas a circuitos eléctricos para crear un dispositivo capaz de reconocer la voz.  En el campo concreto de los robots, fueron científicos japoneses los que hace poco injertaron piel humana viva en la cara de un robot para mejorar su capacidad de expresar emociones de forma más realista.

 

Brett Kagan, el director científico de Cortical Labs, señaló a “New Atlas” que incluso en una etapa temprana utilizan mucha menos energía que los chips de aprendizaje automático de IA de la actualidad, y al mismo tiempo demuestran “más intuición, conocimiento y creatividad”.  Kagan añadió: “Los sistemas biológicos, en su forma más básica, como son los actuales, siguen superando a los mejores algoritmos de aprendizaje profundo que la gente ha generado. Esto es bastante increíble”.

 

En el ámbito de la bioinformática existe el proyecto DishBrain de la Universidad Australiana de Monash, donde en 2022; los investigadores cultivaron 800.000 células cerebrales en un chip y luego las situaron en un entorno simulado. Así vieron cómo mediante señales eléctricas que emitían los electrodos del plato en el que habitaban, les orientaba para “dar un raquetazo”. De esta forma aprendieron a jugar al ping pong virtual, en tan solo unos cinco minutos. Los científicos observaron que cuanto más jugaban - mejores resultados obtenían en el juego. El proyecto llegó a recibir financiación del ejército australiano y originó la empresa Cortical Labs.

 

Consiguiendo un robot al que le están enseñando diversas tareas progresivamente más complejas, según informaría el South China Morning Post, lo describen como el “primer sistema inteligente de interacción de información compleja cerebro-en-chip de código abierto del mundo”. La Universidad de Tianjin considera que este proyecto podría conducir potencialmente al desarrollo de una inteligencia híbrida humano-robótica.

 

El trabajo del que ahora hablamos pretende dejar obsoletos a los chips de silicio tal como tradicionalmente se concibieron, pero también indica que la biocomputación viene pisando cada vez más fuerte y avisándonos que para China se ha convertido en una de sus prioridades.

 

Maracaibo, viernes 16 de agosto del año 2024

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