viernes, 30 de agosto de 2024

Desencriptando a El Bosco


Muchas teorías tratan de desencriptar el significado de las obras del artista holandés, Estas teorías -algunas más que estrafalarias- quedan relegadas por la mayoría de expertos en Historia del Arte, que inciden en que el acercamiento a su pintura se debe hacer desde la óptica del siglo XVI. Hijo y nieto de pintores, El Bosco escribió el epílogo del arte medieval y, de hecho, su iconografía proviene de este periodo. Pero, además, construyó un puente hacia el mundo moderno.

 

Ayer jueves 29 de este mes de agosto, conversábamos sobre la conexión de la obra maestra de El Bosco, El Jardín de las Delicias con los Adamitas, y sobre las creencias medievales y de cuánto y cómo sus “infiernos” nos acercan a vivencias que desde siempre y con exacerbaciones actuales ha venido confrontado la humanidad.

 

El Jardín de las Delicias el emblemático tríptico, que fue creado alrededor del año 1500, posiblemente representaría una visión muy particular del paraíso, o el mundo terrenal y hasta de, el infierno… En un capítulo dedicado a la música, la historiadora del arte Sara Rubayo, ha señalado como ciertos elementos como la composición, la armonía, texturas e incluso silencios son comunes tanto en la pintura como en la música, y de como ellos cobran vida en la obra de El Bosco.

 

Si se examinan los infiernos de El Bosco, y específicamente el del tríptico “El Jardín de las Delicias podemos observar que el tema musical está muy presente en una de sus tablas, en el infierno, a través de la representación de orejas, de músicos, instrumentos musicales y partituras. Cabría preguntarse… ¿Por qué decide El Bosco situar la música en el infierno? La historiadora que ha querido explicar esto sugiere que posiblemente, dada la profunda religiosidad del pintor, él buscaría moralizar con la música a través de su arte pictórico.


También es un hecho que, en la época medieval, la música era a menudo asociada con lo pecaminoso, y hasta lo demoniaco, una conexión que tal vez el artista quiso reflejar en su obra. La reveladora investigación ofrece una nueva perspectiva sobre una de las obras más enigmáticas de la historia del arte, destacando la intrincada relación entre el mundo visual y el sonoro. Hace ya varios años, que, un detalle intrigante captaría la atención, alrededor de una partitura ubicada en las nalgas de un personaje del infierno, señalada por otro con el dedo índice.

 

Ese descubrimiento, por parte de Amelia Hamerick, una estudiante estadounidense de artes en Oklahoma, ha permitido que algunos músicos hayan podido interpretar la melodía, ofreciendo una ventana auditiva de la obra, cinco siglos después de su creación. Las noticias dijeron: “Transcriben una “canción oculta” en El jardín de las delicias de El Bosco. Dos estudiantes rescatan la melodía de la partitura escrita en el trasero de uno de los personajes del famoso tríptico. La noticia apareció en el diario  La Vanguardia 13/02/2014 - 18:48h Última actualización: 14/02/2014 - 09:31h

 

Las explicaciones revelaron como una bloguera y su compañero utilizaron parte de su tiempo para rescatar una “melodía oculta” en el famoso tríptico de El Bosco El Jardín de las delicias, trasladando a notación moderna la partitura que aparece en el panel derecho de El jardín de las delicias (El infierno) y que, para más señas, está escrita (en parte) en el trasero de uno de los hombres castigados por Satanás.


La autora del descubrimiento, responde al nombre de Amelia Hamerick, graduada en una doble titulación de música e informática en la Universidad Cristiana de Oklahoma, quien relataría en 2014 : "Luke y yo estábamos observando El Jardín de las Delicias de El Bosco y descubrimos, para nuestro gozo, la música escrita en la parte posterior de uno de los muchos habitantes torturados del panel de la derecha de la pintura, que pretende representar el infierno". Según explica ella misma, al transcribir las notas a un pentagrama actual, "suponiendo que la segunda línea está en tono de Do, que es lo habitual en los cantos gregorianos de la época”. Obtuvieron como resultado una melodía inquietante que ella misma ha grabado en una versión de piano y subido posteriormente a la red. 

 

"Es literalmente una ‘canción del culo’ de más de 600 años, desde el infierno", diría bromeando. A partir de ahí, la canción ha circulado por internet y algunos le han añadido una letra (humorística haciendo referencia a las posaderas del pobre infeliz) e incluso otro usuario se ha atrevido a arreglar y grabar una versión para canto coral. De manera que después de cinco siglos y de miles de miradas que se han paseado por los seres fantásticos de la enigmática pintura El Jardín de las Delicias, una joven estudiante de música se detuvo en una escena del infierno, en un condenado aplastado por un laúd que lleva grabado en sus nalgas una partitura hasta ahora desconocida.


Ella la tituló "Butt song from hell" (la canción del trasero del infierno) sin imaginar que su hallazgo le iba a dar la vuelta al mundo. "Fue una casualidad. Estudiamos la pintura en una clase de historia. Me gusta verla de vez en cuando porque siempre encuentras algo, tiene muchos detalles extraños y pequeños. Un día con un amigo vimos las notas musicales escritas en el trasero de este hombre. Estábamos estudiando notación gregoriana y pensé en transcribir la melodía como una broma", le contaría a BBC Mundo la estadounidense Amelia Hamrick, estudiante de informática y música.

 

¿Por qué ha pasado desapercibida durante tanto tiempo? "La partitura sí se ha visto antes y se ha escrito un par de veces sobre ella, pero sólo en un contexto de análisis del arte. Nadie que yo sepa se había molestado en transcribirla simplemente porque se suponía que la canción era falsa", le contaría Hamrick a la BBC.

 

"Hay otras canciones en las pinturas de El Bosco pero se encuentran en lugares menos llamativos. También espero poder transcribirlas", agregaría Amelia, quien curiosamente, sufre una pérdida progresiva de la audición. Una de esas pinturas es el tríptico El carro del heno donde se ve a un grupo de personas sobre una montaña de paja leyendo una partitura.

 

Aunque quizá todo solo se quede en anécdota. De hecho, El infierno en el que aparece la partitura, también es conocido como El infierno musical, ya que se pueden observar muchos instrumentos de la época transformados en herramientas de tortura. Parece que El Bosco quiso asociar la música al pecado o a la tortura, aunque se desconoce el por qué. Gracias a estos estudiantes estadounidenses, al menos ya podemos dar alas a nuestra imaginación y poner banda sonora a la tortura de quinientos años atrás.

 

Hace un par de años un grupo de expertos de la Colección Bate de Instrumentos Musicales, de la Universidad de Oxford, reconstruyeron algunos de los instrumentos del cuadro -según los detalles pincelados por El Bosco- con la idea de reproducir la música de la época. Salvo una flauta y un tambor, los cerca de diez instrumentos representados en el cuadro producen un sonido insoportable. Dentro del tambor hay un pecador al que un monstruo le pega con un bombo mientras que la flauta está clavada en las posaderas de otro condenado. El resultado fue calificado de una cacofonía insufrible. "El sonido que sale de estos instrumentos resulta insoportable para el oído humano", declaró en un comunicado Andy Lamb, director de la colección.

Maracaibo, viernes 30 de agosto, del año 2024

No hay comentarios: