domingo, 25 de junio de 2023

Sincitina-1


Los terios son vetebrados, mamíferos del Filo: Chordata, Subfilo: Vertebrata, Clase: mamalia, de la Subclase: Theria. Estos mamíferos se caracterizan porque, el embrión no se desarrolla en el interior de un huevo, sino en el interior del útero materno.

¡Ah, OK! Estamos hablando de una especie que como los seres humanos son vertebrados y nacen después de crecer en un útero materno… Es bueno saber que todos estos mamíferos de la subcalse Theria aparecieron durante el Cretácico, hace unos 120 millones de años y comprende a 2 tipos: los marsupiales y los placentarios. Nosotros, los lectores del blog somos “placentarios”.

Quedamos en que los terios dan a luz a animales vivos sin usar un huevo, y esto es posible gracias a unas proteínas llamadas sincitinas, que son clave, ya que permiten intercambios entre la madre y su descendencia a través de la placenta, la cual sabemos, que es rudimentaria en los marsupiales y algo más compleja en los terios-placentarios. Los estudios genéticos han mostrado el origen viral de las sincitinas, a través de un proceso denominado, de endogenización. ¿Cómo?...

La Sincitina-1 es una proteína encontrada en humanos y otros primates originada por el gen de cubierta ERVW-1 (siglas del inglés para endogenous retrovirus group W envelope member 1, que se traduce como 'retrovirus endógeno de cubierta grupo W miembro 1'). El gen ERVW-1 es parte de un provirus que participa en la formación del sincitiotrofoblasto placentario y en la fusión de los gametos. ​Este elemento viral endógeno se integró en la línea germinal de los humanos y en otras especies de primates del Viejo Mundo hace 25 millones de años. ​

Es interesante saber que el genoma humano contiene un importante número de retrovirus endógenos (HERVs); es decir, tiene secuencias derivadas de pasadas infecciones retrovirales insertadas de forma permanente en el genoma. En casi todos los organismos eucariontes se pueden observar similares secuencias virales. Muchos de estos HERVs se transcriben y traducen en condiciones fisiológicas normales, llegando hasta formar partículas virales completas, y estos retrovirus endógenos pueden participar en procesos tan complejos como la placentación.


En los seres humanos, la sincitina-1 y la sincitina-2, ayudan a formar la membrana de la placenta que se adhiere al útero. Esta membrana también ayuda a prevenir que el sistema inmunológico de la madre ataque al feto como si fuese un objeto extraño. La interfase materno-fetal es un sitio de "tolerancia activa" hacia el embrión, una característica fisiológica de la placenta, que es denominada Privilegio inmune.

La sincitina-1 comparte muchos elementos estructurales con las glucoproteínas retrovirales de clase I (como las del virus de la leucemia murina, las del ébolavirus y la glicoproteínas gp120, y las gp41 del VIH). La sincitina-1 está compuesta por una subunidad de superficie y una subunidad transmembrana, separadas por un sitio de clivaje de la proteasa furina. Entrando en detalles, sobre la región transmembrana (TM), la sincitina-1 contiene el péptido de fusión y dos repeticiones de héptadas separadas por una región de cadena invertida común a las glicoproteínas retrovirales de clase I.

La sincitina-1 es una proteína de membrana de un solo paso y tiene una cola citoplasmática relativamente larga; sin embargo, se ha demostrado que el truncamiento de la cola citoplasmática en solo 14 residuos aumenta la actividad fusogénica, lo que indica que su extremo C-terminal probablemente esté involucrado en la modulación de la actividad de fusión.

Como ya comentamos, los retrovirus endógenos (ERV) son elementos virales endógenos que en el genoma son derivados de un retrovirus. Comprenden hasta un 5-8% del genoma humano. Los ERV son una subclase de un tipo de gen llamado transposón, que puede ser empaquetado y movido dentro del genoma para realizar un papel vital en la expresión génica y en la regulación.

Los transposones (https://tinyurl.com/3drd489f), son también llamados “genes saltarines” y corresponden a secuencias de ADN que sólo llevan información genética para poder moverse dentro del genoma de los seres vivos; al no llevar información útil para los organismos, y poder integrarse dentro de genes o regiones genómicas útiles, pueden interrumpir o alterar su funcionamiento, por lo que se ha considerado que los transposones sólo tienen efectos negativos sobre la salud.

Los investigadores han sugerido que los retrovirus evolucionaron a partir de un tipo de gen transponible llamado un retrotransposón, que incluye un ERV; estos genes pueden mutar y en lugar de moverse a otra ubicación en el genoma, pueden llegar a convertirse en exógenos o patógenos. Esto significa que no todos los ERV pueden haberse originado por la inserción de un retrovirus, sino que algunos pueden haber sido la fuente de información genética de los retrovirus a los que se asemejan.

Resumiendo, los ERV comprenden hasta un 5-8% del genoma humano y son una subclase de ese tipo de gen llamado transposón, que puede ser empaquetado y movido dentro del genoma para realizar un papel vital en la expresión génica y en la regulación. Los ERV son esa subclase de un tipo de gen llamado transposón, que puede ser empaquetado y movido dentro del genoma para realizar un papel vital en la expresión génica y en la regulación.

Para concluir, les informo que a partir de análisis filogéneticos del retrovirus endógeno humano-W (HERV-W, siglas en inglés para Human Endogenous Retrovirus-W) se compararon las secuencias genómicas del retrovirus dentro de diferentes especies de mamíferos. ​ Se examinaron las secuencias de HERV-W de humanos y otros primates como el chimpancé común (Pan troglodytes), gorila (Gorilla gorilla), orangután (Pongo pygmaeus), gibón crestado (Hylobates pileatus), macaco Rhesus (Macaca mulatta), papión de Guinea (Papio papio), mono ardilla boliviano (Saimiri boliviensi), tití cabeza blanca (Saguinus oedipus), tití común (Callithrix jacchus) y lemúr negro (Eulemur macaco). También se compararon las secuencias genómicas de otros mamíferos a partir de muestras de células de gato, raton, perro, hámster, conejo y oveja. No se detectó la presencia de las secuencias del HERV-W en los otros mamíferos, y en las especies de primates del Nuevo Mundo. Solamente se hallaron en las de humanos y de otros primates del Viejo Mundo. A partir de lo anterior, se concluyó que el retrovirus HERV-W probablemente se integró como elemento viral endógeno en la línea germinal del linaje del ser humano y otros primates hace más de 25 millones de años. ​

Maracaibo, domingo 25 de junio, del año 2023

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