jueves, 8 de junio de 2023

Sardanápalo


Sardanápalo fue, según algunas fuentes bibliográficas, el último rey de Asiria, aunque en realidad esta distinción pertenece a Ashur-uballit II. Se creía que Sardanápalo era el nombre dado en griego a Asurbanipal, pero hoy se sabe que no son la misma persona, pues este era de carácter completamente opuesto: un gobernante académico, altamente eficiente y militarmente poderoso. Su figura fue un tema recurrente en la literatura y el arte del romanticismo.

En el mes de agosto de 2020 en este blog (https://tinyurl.com/4zr2yp4c ) relatamos la historia del último rey de Babilonia, un tema sobre el cual que escribimos varios relatos en este blog. Aunque el origen de Nabónido no está claro, de cualquier modo se basa en sus alusiones al rey asirio Asurbanipal en textos de propaganda real, o por su particular interés en Harrán, ciudad que precisamente sería, el último foco de resistencia asirio tras la caída de Nínive en el 612 a. C.,. Sabemos que el reinado de Nabonido finalizó con la caída de Babilonia ante el rey persa Ciro el Grande. El Rey Nabonido, ausente del reino, se encontraba en el oasis de Taima (Arabia) y su hijo Belshazzar, príncipe regente en la capital del reino murió durante la invasión persa.

Supuestamente Sardanápalo vivió en el siglo vii a. C. y es retratado como una figura decadente que pasa su vida en autocomplacencia y muere en una orgía. Aristóteles comenta en el quinto capítulo del Libro I de la “Ética nicomáquea” que Sardanápalo es un ser llevado por sus pasiones. Escribiria: La mayor parte de los hombres, si hemos de juzgarlos tales como se muestran, son verdaderos esclavos, que escogen por gusto una vida propia de brutos, y lo que les da alguna razón y parece justificarles es que los más de los que están en el poder sólo se aprovechan de éste para entregarse a excesos dignos de un Sardanápalo. ​Marco Juniano Justino lo describe en su “Epítome de las historias filípicas de Pompeyo Trogo” así: …  "fue Sardanápalo, hombre más corrupto y vicioso que mujer ninguna... le hallo sentado entre una muchedumbre de mujeres, mancebas y concubinas suyas hilando lana, de la que se hace la púrpura: con su rueca en la cinta en atavío de mujer, con muy grande afeminación y delicadeza de cuerpo, y lascivia de los ojos en la cual sobrepasaba a todas las mujeres del mundo"...


La Muerte de Sardanápalo es un gran cuadro de Eugène Delacroix, que se exhibe en el Museo Louvre de París donde nos muestra un rey legendario de Nínive en Asiria que habría vivido de 661 al 631 a.C. El cuadro de Delacroix es una especie de mitologización de Assurbanipal, un rey babilónico muy cultivado y poco belicoso, aunque también es posible que este Sardanápalo de Delacroix, fuera el hermano de Assurbanipal, quien se cree, fue el último rey encargado de gobernar Babilonia. Se dice que Sardanápalo habría posteriormente conspirado contra Assurbanipal y para castigarle le puso sitio a la ciudad en 650-648 a.C., de manera que cuando Sardanápalo intuía una derrota inminente, decidió suicidarse con todas sus mujeres y sus caballos e incendiar su palacio.

La escena representada por Delacroix muestra el episodio dramático de la muerte del soberano, cuya capital es asediada sin alguna esperanza de libertad y que decide suicidarse en compañía de sus esclavos y de sus favoritos, después de haber quemado su ciudad para evitar que el enemigo se apropiase de sus bienes. Delacroix sintió la necesidad de realizar algunas declaraciones sobre el lienzo cuando fue expuesto por primera vez: “Los rebeldes asediaron su palacio... Acostado en una magnífica cama, en la cima de una inmensa hoguera, Sardanápalo da la orden a sus eunucos y a los oficiales de palacio de degollar sus mujeres, sus pajes, hasta sus caballos y sus perros favoritos; ninguno de los objetos que habían servido a sus placeres no debían sobrevivir”.

La Muerte de Sardanápalo es ciertamente el lienzo más romántico de Delacroix. Sobre el mismo tema, Hector Berlioz escribió una cantata que le valió su primer éxito oficial. También Sardanápalo fue un personaje recurrente en la ópera. En 1821 Lord Byron escribió una tragedia histórica de su vida en cinco actos titulada Sardanápalo. La obra de Byron inspiró a Franz Liszt la ópera inacabada del mismo nombre y Eugène Delacroix pintó el cuadro sobre La muerte de Sardanápalo. En 1882 Victor-Alphonse Duvernoy tambien compuso una ópera en tres actos titulada Sardanápalo con libreto de Pierre Berton. Ya mencionaba a Héctor Berlioz quien compuso una cantata titulada Sardanápalo. Además, Otto Bach y Alexander Sergeievitch Famintzin compusieron sendas óperas con igual título. Benjamin Wilhelm Mayer compuso una obertura homónima.

El poeta inglés Lord Byron, de quien ya hemos conversado en este blog (lapesteloca) desde el año 2015 (https://tinyurl.com/yc369sjc ) quien es emblema del romanticismo, ya había publicado en Inglaterra en 1821 el drama - Sardanapalus – que fue traducido en Francia en 1822. Ciertos historiadores piensan que Delacroix habría extraído su inspiración de el poema de Byron donde se narra el trágico fin de este legendario rey de Asiria, que, vio escapar su poder a consecuencia de una conspiración, eligió, al rendirse contar que su derrota fue ineluctable, arrojarse en compañía de su favorita, Myrrha, una esclava, a las llamas de una gigantesca hoguera. Si Delacroix parece haber retomado la trama general del drama de Byron -reconocemos a Myrrha en la mujer sobre la cama a los pies del monarca- él parece en cambio, haber extraído el holocausto de las mujeres, de los caballos y del tesoro, de otro autor, anterior a estos hechos, Diodoro de Sicilia, quien, en su Biblioteca histórica, narra una escena análoga:

Este cuadro de Delacroix supuso el triunfo definitivo de la escuela romántica en pintura. Más allá de la historia, el cuadro aparece como un manifiesto de la rivalidad entre la pintura romántica - representada por Delacroix - y el clasicismo o el neoclasicismo- representado por Ingres. Es evidente  que Delacroix pone delante de su obra esa relajación de las convenciones formales, que rechazan las clásicas: estas no son más que las formas y los sujetos que el artista pone en valor, además de la intensidad de los colores, de los contrastes y de la luz. Todos estos hechos sintetizan la pugna del dibujo y del color entre Ingres y Delacroix.

La obra fue expuesta en el Salón de 1827, salón donde Ingres expuso La apoteosis de Homero. Ella fue peor recibida que Escenas de las masacres de Scio (1824) expuesta dos años antes, que había sido un escándalo y promovió a Delacroix al rango de jefe de filas de la escuela romántica de pintura. La Muerte de Sardanápalo, tema sobre el cual ya dijimos que Héctor Berlioz (1803-1869) escribió una cantata que le valió su primer éxito oficial. Théophile Gautier escribiría sobre Berlioz :me parece que Héctor Berlioz, con Victor Hugo y Eugène Delacroix, forman la Santísima Trinidad del arte romántico.

Maracaibo, jueves 8 de junio del año 2023

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