domingo, 4 de junio de 2023

La Guácara


La Guácara en una canción oriental venezolana con letra de Luis Mariano Rivera, popularizada por Gualberto Ibarreto que dice: “Guácara me dan por nombre, mi forma es de caracol, vivo en la humedad tranquila, huyo de los rayos del sol./ Cuando el invierno comienza y la tierra se humedece y germina la semilla y la rama reverdece, salgo yo./ Yo salgo de mi escondite y en la arena mojada tras mi lento caminar dejo una estela plateada…

Esto que dice la canción de Luis Mariano es muy cierto, los caracoles salen cuando llueve porque necesitan unas condiciones de humedad muy altas para poder sobrevivir. Así que cuando el tiempo es muy seco, se entierran, incluso hasta a dos metros de profundidad, o se ocultan bajo rocas u hojas, en zonas resguardas cerca de ríos o charcos, siempre en lugares donde se sientan protegidos de la falta de agua. Esta misma conducta la llevan a cabo durante el invierno.


El término caracol es el nombre común de los moluscos gasterópodos provistos de una concha espiral. Hay caracoles marinos (a veces les dicen “caracolas”) dulceacuícolas y terrestres. Los caracoles se mueven por medio de de contracciones musculares ondulatorias que recorren la cara inferior del pie. Estos poseen en la boca una estructura llamada rádula, con miles de dentículos que les sirven para raspar las superficies con el fin de alimentarse.

Los caracoles se desplazan con lentitud alternando contracciones y elongaciones de su cuerpo y producen babas para autoayudarse en la locomoción reduciendo la fricción y debido a la untuosidad del mismo les permite el desplazamiento por zonas de elevada pendiente. Esta mucosidad contribuye a su regulación térmica; también reduce el riesgo del caracol ante las heridas y las agresiones externas, principalmente bacterianas y fúngicas, y los ayuda a ahuyentar insectos que pueden ser potencialmente peligrosos como las hormigas. El mucus sirve además al caracol para desprenderse de ciertas sustancias tóxicas como los metales pesados.

En invierno o en estaciones secas, muchas especies terrestres o de agua dulce hibernan en su concha sellándose con el opérculo, que les sirve de protección para la hibernación y que se destruye en la primavera o cuando el entorno se hace más húmedo. Algunas especies se reúnen e hibernan en grupos mientras que otras se entierran antes de la hibernación. Cuando se retraen en su concha, segregan un tipo especial de mucosidad para cubrir la entrada que al solidificarse forma una estructura llamada opérculo. El opérculo de algunos caracoles tiene un olor agradable cuando se quema, por eso a veces se usa como un constituyente del incienso.

La concha del caracol y las cubiertas de los huevos están formadas principalmente por carbonato de calcio como las conchas de otros moluscos. A causa de esto, requieren una buena cantidad de calcio en su dieta y ambiente acuoso para producir una concha fuerte. Una carencia de calcio, o una fluctuación en el nivel de pH en su entorno, probablemente hará que su concha sea fina, se raje, o tenga agujeros. Por lo general, un caracol puede reparar su daño en la concha con el tiempo, si sus condiciones de vida mejoran, pero algún deterioro lo bastante grave podría ser fatal para el caracol. Por eso los caracoles se desarrollan mejor en las zonas calizas. Donde el carbonato cálcico escasea, algunas especies faltan y otras, las más adaptables, tragan piedrecitas que contienen calcio, roen huesos, piedra caliza o plantas ricas en calcio.

Los caracoles se caracterizan por presentar una segmentación holoblástica espiral. Como en todos los moluscos, este tipo de segmentación puede ser diferenciada fácilmente de la segmentación radial, debido a que el plano de segmentación no es paralelo o perpendicular al eje animal-vegetal del cigoto, en cambio el plano es oblicuo, lo que lleva a la disposición en espiral de las blastómeras durante los primeros estadios del desarrollo. Características de los animales que presentan este tipo de segmentación es el número limitado de divisiones celulares previas a la gastrulación. A diferencia de otros animales, en los caracoles no se da la formación de un blastocele en la blástula y esta es conocida como estereoblástula.

Los caracoles, al igual que la mayoría de moluscos, son uno de los mayores ejemplos del desarrollo en mosaico en la naturaleza. Durante el proceso de desarrollo, las blastómeras son especificadas de manera autónoma por localización citoplasmática, de modo que los determinantes morfogenéticos se encuentran ubicados en regiones muy específicas del ovocito; es decir, ARNm específicos para algunos factores de transcripción y factores paracrinos se ubican en células particulares por la asociación con algunos centrosomas. En el caso de la mayoría de especies de caracoles, éstas moléculas determinantes se encuentran ubicadas en una región particular del cigoto, la cual va a dar origen al lóbulo polar.

Los caracoles son ovíparos. Son hermafroditas, o sea que producen tanto espermatozoides como óvulos. Deben acoplarse ya que no pueden autofecundarse. Están equipados de un órgano reproductor masculino y del órgano receptivo correspondiente. Otros, como los caracoles manzana o Ampullariidae, son hembra o macho. Esto dicho en estos tiempos cuando un LTD ya dejo de ser un auto grande para mezclar sus siglas en "el progresismo"...

Los caracoles de jardín, por parejas, se inseminan el uno al otro, para fertilizar internamente sus óvulos. Generalmente, en la primavera y en otoño de las zonas templadas, mientras el tiempo permanece caliente y húmedo. La cópula se hace generalmente de noche y dura de promedio entre cuatro y siete horas. Se lanzan el uno al otro una saeta o espícula de carbonato cálcico, que desaparece en el interior del receptor. Al parecer, este dardo tiene una función estimulante, ya que no lleva consigo célula sexual alguna. Después de este complejo cortejo, se transfiere un espermatóforo (estructura contenedora de espermatozoides) del órgano genital masculino de un individuo al femenino del otro individuo, donde se irán liberando los espermatozoides con la consiguiente fecundación de los óvulos.

Debido a su tamaño y a que es una presa fácil, el caracol tiene muchos depredadores, incluyendo otros caracoles de diferente especie. Entre los principales están los escarabajos, tortugas, serpientes, sapos, orugas y aves como el gavilán caracolero, que caza exitosamente a estos gasterópodos que habitan en lagunas. Los ciempiés por su parte, son especialistas en consumir sus huevecillos.

Otros peligros a los que se afrontan estos moluscos son a la contaminación de agua y suelo, así como a la lluvia ácida que deteriora sus caparazones y termina por matarlos. En todo el mundo, el caracol preparado en diversas presentaciones, significa un manjar para el ser humano, por lo que grandes cantidades de estos son capturados para fines gastronómicos, como nos lo dice cantando Gualberto “El hijo del campesino, el muchacho barrigón, cuando el hambre lo atormenta pone mi cuerpo al fogón”...

Maracaibo, domingo 4 de junio del año 2023

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