sábado, 22 de enero de 2022

El zorro volador

 

El zorro volador

Todavía estamos viviendo en los años de la peste, -creo que podremos llamar así a estos dos años de pandemia-, hablaré de un murciélago que está implicado en el origen de una curiosa enfermedad. Aunque no se trata de un mal viral y -afortunadamente- no es posible que se haga pandémico, vale la pena regresar en el  blog a los vampiros (https://bit.ly/2UZCvL8) ya que “hasta en la sopa” los veíamos en abril del 2020, precisamente cuando (https://bit.ly/3cbRoQk) se decía que una sopa de murciélagos podía estar involucrada en la causa de la pandemia.

Existe un libro, donde Oliver Sacks (1933-2015) describió una isla donde muchas personas tienen acromatopsia -ceguera al color total y muy baja agudeza visual con gran fotofobia- y lo tituló La isla de los ciegos al color. Sacks describiría a sus nativos padeciendo de una combinación de esclerosis lateral amiotrófica, demencia y parkinsonismo, conocida como la enfermedad de Lytico-Bodig, sobre la cual, Olivar Sacks publicaría con Paul Alan Cox, varios artículos sugiriendo una posible causa ambiental para aquel grupo de enfermos. Aquel mal era probablemente debido a una toxina de las semillas de cícadas acumuladas en el intestino de un murciélago apodado, el zorro volador (Pteropus). El plato de sopa era una debilidad culinaria de los nativos…

Durante años, el estudio de las enfermedades endémicas en poblaciones particulares, resultó una oportunidad para identificar la etiología y los mecanismos que subyacen a una determinada enfermedad. Tales paradigmas han permitido resolver algunos problemas etiológicos y epidemiológicos. Después de la Segunda Guerra Mundial, se popularizó el consumo de paniques elaborados con harina de semillas de Cycas circinalis en la isla de Guam. A partir del consumo de estos alimentos se presentó una de las epidemias más fuertes, denominada demencia de Guam. La búsqueda de los factores desencadenantes de la neurodegeneración identificada en los nativos de la isla de Guam llevó a Vega y Bell a identificar en las semillas de Cycas circinalis un aminoácido no proteico al cual denominaron L-BMAA.

 


Las cicadáceas (nombre científico Cycadaceae) son una familia de gimnospermas del orden Cycadales. Es una familia monotípica, de un solo género: Cycas. Este género contiene un centenar de especies, nativas de Asia, África y Oceanía, desde el archipiélago de Japón hasta Australia, de las cuales la más conocida es Cycas revoluta, la "cica", o "palma del sagú". En apariencia son similares a las palmeras.

Aunque se parecen a las palmeras, ellas poseen un tallo leñoso cilíndrico sin ramas o escasamente ramificado, cubierto con los remanentes viejos de las bases de las hojas y con follaje vivo cerca del ápice. Algunas especies tienen apariencia de helecho con un tallo subterráneo. Las hojas son persistentes, de disposición espiralada. Los microesporofilos agregados en estróbilos compactos, son el polen sin "sacca", con un único surco. Sus semillas son grandes, ligeramente aplanadas, y cubiertas por una cubierta externa (testa) brillantemente coloreada y carnosa.

De manera que las cícadas son plantas con semillas desnudas que en realidad son ornamentales debido a sus características exóticas. Se han descrito aproximadamente 185 especies de cícadas. Las cícadas en algunas partes del mundo son empleadas como alimento fresco o materia prima para la elaboración de harina con alto valor nutricional, a pesar de que se sabe que contienen principios activos como metilazoximetanol, β-metilamino-L-alanina, β-oxalilamino-L-alanina y cicasina, entre otros, que pueden producir efectos neurotóxicos.

Se ha encontrado una asociación entre el consumo de semillas de cícadas y sus derivados en relación con alteraciones motrices y electroencefalográficas en animales de experimentación. El Metilazoximetanol (MAM) inhibe la síntesis de proteínas a nivel celular; daña el ADN en las neuronas, y produce apoptosis y hepatotoxicidad. Daña el epitelio nasal en ratones. Provoca carcinogénesis. En la rata produce actividad electroencefalográfica característica de un estatus epiléptico, incoordinación motriz y reduce el número de neuronas en el área CA1 del hipocampo. La β-metilamino-L-alanina (BMAA) produce excitotoxicidad al interactuar con receptores a glutamato y disfunción de neuronas corticales y motoneuronas; produce pérdida de la memoria y la atención, alteraciones en el habla, ataxia, confusión y desorientación, además de convulsiones y neurodegeneración. La β-oxalilamino-L-alanina (LBOAA) inhibe la actividad enzimática mitocondrial y el complejo i mitocondrial. Produce efectos excitotóxicos al interactuar con receptores para glutamato. Produce vacuolización e hinchamiento del axón y dendritas del tálamo, hipocampo, corteza y cerebelo.

En el ser humano el consumo de semillas de cícadas y sus derivados se ha asociado con enfermedades neurodegenerativas como el complejo demencia-parkinsonismo-esclerosis-lateral amiotrófica (DPELA) y otras enfermedades de la motricidad. Entre los principios activos con actividad neurotóxica identificados en las semillas de cícadas se encuentran el MAM, la β L-BMAA, la β L-BOAA y la cicasina, entre otras. Estas sustancias también han servido como herramienta para explorar la posible etiología del DPELA que se presentó con alta frecuencia entre los nativos de la isla de Guam, quienes incluían en su dieta algunos derivados de cícadas. 


 

El zorro volador negro (Pteropus alecto) es una especie de murciélago megaquiróptero de la familia Pteropodidae. De pelo corto  y de color negro que contrasta con el manto color marrón rojizo de otras especies del género, tiene una longitud media del antebrazo de 164 mm y un peso promedio de 710 g. Esta especie ha sido conocida por viajar hasta 50 km en una noche en busca de alimentos. Estos murciélagos forman grandes bandadas o colonias, y son nativos de Australia. Descansan en manglares, pantanos, selvas y bosques de bambú, y muy rara vez en las cuevas o bajo salientes.  Se trata de una de las mayores especies de murciélagos en el mundo, y tienen una envergadura de más de un metro.              

Los habitantes de la isla de Guam incluían en su dieta la ingesta de murciélagos frugívoros que se alimentaban básicamente de semillas de cícadas, los cuales acumulaban en su carne grandes cantidades de metabolitos tóxicos, los cuales eran transferidos al ser humano cuando los murciélagos eran ingeridos. Se ha demostrado que la incidencia de esclerosis lateral amiotrofia (ELA) y del complejo demencia-parkinsonismo ha disminuido en la medida en que el consumo de murciélagos se ha reducido en la isla de Guam.

En  México, se ha utilizado a las semillas de cícada como sustituto del maíz en el norte de los estados de Veracruz y Oaxaca. Aunque no se han reportado oficialmente ante la Secretaría de Salud y Asistencia brotes actuales de enfermedades neurodegenerativas en dichos estados, si  se ha descrito que el ganado que se alimenta con hojas frescas de cícadas, desarrolla incoordinación motriz de las extremidades posteriores. Las personas que conviven con las cícadas en ambientes cerrados, como los invernaderos, reportan cefalea y a largo plazo deterioro del funcionamiento hepático, los mixtecos del estado de Oaxaca (México) describen un padecimiento al que denominan “enchamalamiento”, el cual se caracteriza por atrofia, deformación de las articulaciones y alteraciones músculo-esqueléticas, el cual es atribuido a un consumo inadecuado de las cicadas.

Maracaibo, sábado 22 de enero del año 2022

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