sábado, 7 de marzo de 2020

Nalgas y puritanos



Nalgas y puritanos

Recientemente y por internet nos hemos enterado de que AnaTeresa Toro, periodista de El País (España), recordaba cómo antes de las Kardashians, de Beyoncé, y de la propia Jennifer López, en el Caribe tuvimos a una Iris Chacón, conocida como la Vedette de América, una artista de Puerto Rico con escasez de tela y abundancia de carnes quien se convirtió en el epítome de la figura femenina caribeña: voluptuosa, sensual y sexual, con un caderamen capaz de demostrar como ante su firme pero movedizo nalgatorio se caían las quijadas al suelo a Raymundo y todo el mundo.  

Ya el escritor boricua Luis Rafael Sánchez, en su famosa novela “La guaracha del Macho Camacho”(1976), nos relataba… “La Madre quería transformarse en otra Iris Chacón y perderse y encontrarse en las curvas sísmicas que tienen su kilómetro cero en la cintura”... Ahora en el 2020, ante un nutrido grupo de espectadores en el medio tiempo del espectáculo presentado por la Liga de Football-Americano, uno de los “shows” más visto por la televisión estadounidense, aparecieron la boricua-neuyorkina Jennifer Lopez y a la colombiana Shakira bailando con el entusiasmo característico de ellas. Supuestamente miles de espectadores se sintieron ofendidos por los movimientos sensuales y algunos gestos de las cantantes. El baile desataría una crisis entre algunas mentes quizás “puritanísimas”.  

Se dijo que la Federal Communications Commission recibió 1.312 quejas en relación a la actuación de Shakira y JLo en la Super Bowl 2020. Los comentarios sobre el mismo tema, giraron en torno a que muchos lo vieron como un show completamente inapropiado con orgías simuladas, y striptease; algo que parecía estar rozando la pornografía y se insistió, según una de las críticas recibidas por un telespectador de Indiana, que en un evento familiar como el Super Bowl, nunca debería haber ocurrido algo tan grotesco. De modo que, no a todo el mundo le gustó la actuación de Shakira y de Jennifer López en el medio tiempo del Super Bowl.

AnaTeresa Toro desde las páginas de El País, opinó que sí existía una sencilla razón para explicar el desagrado provocado en algunos espectadores. Les incomodaron sus redondos, rebotantes, vibrantes, sólidos y gloriosos culos, al ver por la TV como lo mueven sin remordimientos, dos mujeres mayores de 40 años, madres e íconos de la música latina que han llegado a ese sitial por sus propios méritos. Ellas  mostraron su arte donde incontables artistas estadounidenses ya habían antes ocupado esa codiciada plaza del espectáculo público, algunas con mucho menos ropa y sin haber desatado ningún juicio adverso.

Shakira y Jennifer no incomodan únicamente por ser unas reinas en el imperio contemporáneo de las nalgas, donde hay quienes pagan miles de dólares por implantes para alcanzar un trasero deluxe; las divas incomodan porque con su presencia sus nalgatorios hablan de la música afrocaribeña y de muchas cosas que para algunos quizás es más cómodo ignorar. Ellas incomodan porque sus caderas batientes, recuerdan la mezcla que somos, la herencia árabe y la historia imperial, africana, esclavista y dolorosa que les subyace.

Ambos culos bilingües, tal vez molestan por una sensualidad que no es propia del mundo anglosajón y puede resultarles ajena e intimidante al espíritu puritano supuestamente inscrito en los cánones fundacionales de los Estados Unidos. Quizás incomodan al recordarles que en Puerto Rico, la colonia más vieja y olvidada de La Unión, el sueño americano ha sido para mucha gente, un fracaso. Posiblemente lo que más les ha incomodado es que haya sucedido todo, ahí, en el epicentro de la metáfora más elocuente de la mentalidad norteamericana, en el medio tiempo del fútbol americano, donde llevándose todo por el medio, dos mujeres latinas demostraron el poder de hablar en un lenguaje insoportable que muchos gringos dicen no conocer, el lenguaje del Caribe.

Maracaibo, sábado 7 de marzo, 2020

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