jueves, 19 de marzo de 2020

¿Virus gigantes?


¿Virus gigantes? 

A propósito de la pandemia que actualmente vive la humanidad, quiero dedicarle ésta revisión a nuestro brillante virólogo maracucho, el doctor José Esparza, ya que supongo comparto con él la impresión de que a pesar de todos nuestros conocimientos, los virus siguen siendo los organismos más misteriosos de la Tierra. Su variedad es inmensa, y su capacidad de mutación roza con la ciencia ficción. Los virus se encuentran entre las formas de vida más pequeñas, y como no son capaces de sobrevivir y reproducirse sin un huésped, muchos científicos dudan incluso si deberían considerarse auténticos seres vivos.

En 1969 descubrimos una amiba de vida libre que con sus quistes y su voracidad había invadido el cerebro de una señora del barrio Sierra Maestra de Maracaibo quien falleció por meningoencefalitis amibiana primaria. El microscopio electrónico nos mostró a una Acantamoeba con su nucéolo en rosquilla y sus quistes festoneados y estudiando el caso, con la ayuda de Julio Martínez el neuropatólogo de la Universidad de Pittsburgh y del CDC de Atlanta, supimos que era el primer caso de infección humana por la Acatamoeba Cultbersoni. Aprenderíamos a diferenciar las Acantamoebas de las Neglerias y publicaríamos varios trabajos sobre las amibas de vida libre y la patología de sus diversas especies mostrando su ultraestructura. Pero lo cierto es que nunca nos permitimos ni imaginar que estos protozoarios podían albergar virus, por grandes que ellos fuesen…

En estos días, en Brasil fue descubierto un virus que infecta a las amebas; es el misterioso Yaravirus que desconcierta a los científicos con su ADN único, un sin igual hallazgo que se debe a investigadores de la Universidad Federal de Minas Gerais. Al virus lo denominaron Iara, Uiara o 'y-îara' lo que traduce “señora de las aguas” o “Madre del agua”. De acuerdo al folclore brasilero es un personaje mitológico con características de Sirena, y es quien prestó su nombre al Yaravirus, el misterioso virus hallado en el lago artificial Pampulha, en Belo Horizonte, que tiene desconcertados a los científicos dado que este raro microrganismo posee un ADN único e inédito totalmente en la Tierra.
 
El grupo de investigadores que recolectó muestras de agua de los arroyos del lago Pampulha, una laguna artificial en la ciudad de Belo Horizonte, buscaba virus gigantes, o aquellos con genomas masivos, de los que infectan a las amebas. Cuando el equipo regresó al laboratorio y agregó estas muestras para absorber células y tratar de atrapar virus gigantes en su intento de infectar las células, encontraron un intruso mucho más pequeño. Jônatas Abrahão, profesor asociado en el departamento de microbiología de la Universidad Federal de Minas Gerais, dijo que el nuevo virus tenía solo 80 nanómetros de diámetro, cuando los virus que infectan las amebas hasta la fecha son mucho más grandes, con más de 200 nanómetros. Los investigadores llamaron al pequeño virus "Yaravirus" por "Yara", la madre de las aguas de las tribus indígenas Tupi-Guaraníes. Cuando los investigadores analizaron el genoma del microbio y buscaron la firma del gen Yaravirus en miles de datos genómicos ambientales no encontraron indicios. 

Así pues, el Yaravirus resulta especialmente llamativo porque más del 90% de su genoma no se había descrito antes. Posee un total de 68 genes totalmente únicos e inéditos en la Tierra. De sus genes tan sólo seis tienen homólogos, aunque distantes, registrados en las bases de datos públicas. Tal y como cuentan en un estudio publicado en la revista 'bioRxiv', el virus mide cerca de 80 nanómetros y su genoma consta de 44.924 pares de bases para 74 genes. El genoma de Yaravirus también contenía seis tipos de ARN que no coincidían con los codones utilizados comúnmente. Algunas de las características de los Yaravirus hacen pensar a los investigadores "en una entidad que podría representar el primer virus aislado de Acanthamoeba (un tipo de ameba y uno de los protistas más comunes del suelo y también frecuentes en agua dulce y otros hábitats) en un escenario evolutivo alternativo".

Fuentes del Laboratorio de Virus del Instituto de Ciencias Biológicas de la UFMG señalan a la agencia de noticias EFE que, afortunadamente el Yaravirus "no representa riesgos" para el ser humano porque "no infecta ningún tipo de vertebrados", como el hombre. Los científicos tan solo han identificado 10 por ciento de sus genes, mientras que el 90 por ciento restante todavía están en fase de investigación porque el material genético no corresponde a la información de los bancos existentes de la ciencia. Ya que el Yaravirus es magníficamente misterioso y desconocido, hará las delicias de los científicos y les enseñará mucho sobre la vida terrestre y la forma cómo la evolución recorrió miles de caminos de posibilidades hasta llegar a la vida como la conocemos. Esto también nos permitirá aprender más sobre cómo puede darse la vida en otros planetas y cómo podríamos trasladarla fuera de la Tierra… (Ayer volví a ver en TV “La guerra de los mundos” en la versión de Spielberg, sin olvidar la original en blanco y negro de Bryon Hastkins de 1953). 

Los virus nucleocitoplasmáticos de ADN de gran tamaño (acortado como girus, de virus gigantes), VNCAGT o NCLDV por sus siglas en inglés, es la superfamilia a la que pertenecen actualmente 7 familias de virus ADN. Estos virus son tan grandes como las más pequeñas bacterias (o incluso mayores), tanto en la longitud de su ADN (que va desde 300 Kb a 2,5 Mb) como en diámetro (de 200 nm a 1000 nm). Estos virus se han agrupado en las siguientes familias: Ascoviridae, Asfarviridae, Iridoviridae, Marseilleviridae, Mimiviridae, Phycodnaviridae, y Poxviridae.

A modo de comparación, la bacteria de vida libre más pequeña, el Mycoplasma genitalium, mide 450 nm de diámetro y codifica únicamente 482 proteínas. En cambio el Mimivirus codifica 979 proteínas. Otros ejemplo de virus gigante es el Megavirus chilensis, que posee un genoma de alrededor de 1,26 Mb y un diámetro de alrededor de 700nm. Los más grandes hallados hasta ahora son el Pandoravirus dulcis (con 1,9 mpb), encontrado en un lago en Australia y el Pandoravirus salinus (con 2,5 mpb), que llegan a medir aproximadamente 1 μm de diámetro. ​ 

Entre las diferentes hipótesis sobre las similitudes de las distintas familias de los NCLDV, está la de que se pueden deber a la recolección de genes de sus hospedadores durante la replicación vírica en el interior celular; o también pueden deberse a que comparten un ancestro común. Este ancestro puede colocarse evolutivamente entre las Archaea y los Eukaryota o sincrónicamente con LUCA (el primer ancestro común de los tres dominios del árbol filogenético de la vida). De esta forma habría que incrementar en uno los dominios del árbol de la vida. 

Otras hipótesis apuntan a que los virus fueron las primeras formas de vida y los tres dominios (Bacteria, Archaea y Eukarya) surgieron de la evolución de tres de ellos. Hay mucha confusión, entre otras cosas, debido a que los NCLDV poseen homologías génicas con estos tres dominios además de ciertos genes que se pueden considerar propiamente víricos. Todo esto con la transferencia horizontal de genes hace imposible, por ahora, una clasificación fiable de los virus gigantes. Ni siquiera se puede establecer una idea sobre la base de la que incluir los virus gigantes en el árbol de la vida, si es que merecen tal rango. 

Bien, hasta aquí, esta historia y su compleja problemática a mi entender solo para dilucidarlo por expertos virólogos del mundo, en este caso, sobre virus gigantes que afectan las amibas mientras somos parte del mundo que se declara en cuarentena por el coronavirus CoVid-19…

En Maracaibo, a mediados del mes de marzo del año 2020

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