domingo, 5 de enero de 2020

Polítiquerías del “backyard”


Polítiquerías del “backyard”
Ahora, que está iniciándose el año de la visión óptima (2020), sabemos que de nuevo estamos presenciando una “guerra fría” y los Estados Unidos de Norteamérica (EUA) ya no cuentan con su eficiente, despiadado pero eficiente instrumento regulador de la política exterior, aquella Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) que en desde 1947 había pasado a denominarse la CIA. Desde el momento cuando una Comisión del Senado de EUA reveló en el año 1975 el listado de personajes nominados para su eliminación por la CIA que incluía a Fidel Castro, Lumumba, Ngo Dinh Diem, Rafael Leonidas Trujillo y Rene Schneider, se supo sobre el poder de aquel organismo. La autorización de las acciones por el presidente Eisenhower, le daba carta blanca al señor Allen Dulles (https://bit.ly/2MzB2Xk) director de la CIA, quien ya se mostraba como el cerebro de futuras conspiraciones intestinas que seguirían dando la hora en EUA y en otras naciones del mundo.

Aún, después del desastre de “Bahía de Cochinos”, Allan Dulles todavía se mantuvo incólume y formó parte de la Comisión Warren para investigar el asesinato de JFKennedy, un presidente y su hermano quienes “habían quebrado la hegemonía de la Guerra Fría”; unos jóvenes sin experiencia, “que estaban poniendo al país en peligro”, y aunque fuese doloroso, debían ser “retirados”, y de nuevo le tocaría a Dulles desde la CIA, ser el ejecutor del ala de seguridad del “establishment americano”. Todas estas cosas y más están escritas en el libro de David Talbot, El tablero de ajedrez del diablo: Allen Dulles, la CIA y el aumento del gobierno secreto de Estados Unidos, sobre el que ya hablamos (https://bit.ly/2SJEp23) el año 2018 en este blog.

Ahora, iniciándose el año 2020 ya parecen lejanos los tiempos cuando la CIA apoyó el golpe de estado contra Allende, o cuando subscribió la orden para darle muerte a Patricio Lumumba, o antes, ya en el 54 con la solución planteada para Mussadegh en Irán, o el trágico final del presidente Jacobo Arbenz en Guatemala recientemente revisado por Vargas Llosa en su novela “Tiempos recios”(https://bit.ly/358LKdN); la CIA era la CIA, y actuaba descaradamente, tanto en un “Irangate” como en la “guerra de los contras” en Nicaragua en aquellos días con el decidido apoyo del presidente Regan, aunque hay que señalar que ella de por sí, no fue capaz de llevar adelante “in toto” sus planes sin contar con el apoyo indispensable de fuerzas internas de los diferentes países, bien fuese de militares como Castillo Armas o de civiles organizados en una revolución como la del FSLN en Nicaragua.
En aquellos tiempos, no era “la derecha norteamericana” la que se interesaba por los asuntos de la política exterior de los EUA, por el contrario, eran “los liberales” muchachos de Harvard quienes consideraban la necesidad de inmiscuirse en la política interna de otros países. No puede negarse que una visión imperialista de Norteamérica siempre prevaleció en la mente de los presidentes Woodrow Wilson, Franklin Delano Roosevelt y JF Kennedy quien decidiría meterse en Vietnam, decisión respaldada por Lyndon B Jhonson y el pentágono, donde continúan latiendo “los perros de la guerra”, y aunque los 5.000 millones de dólares del presupuesto de la CIA y sus 150.000 funcionarios parecían no importar mucho con el cambio y para aparentar ser blancas palomas, la administración decidió decir que iban a centrarse en el espionaje, y tratarían de no revolver ni sus “patios traseros”.

Tras haberse -aparentemente- apaciguado aquella sed de inmiscuirse en la vida de las naciones vecinas, ahora en 2020, en esta nueva “guerra fría”, con otras amenazas, como el avance del islam en el mundo y el calentamiento global, preocupa la toma de decisiones de EUA alrededor de sus “patios traseros”. Cuando se tienen tantos conejos en el asador, alguno humea mientras siguen cada vez más cuestionadas las posibles movidas del ajedrez. Ellas serán vistas por algunos, quizás como una cándida falta de visión hacia un futuro incierto por cuanto la hegemonía numérica china y soviética es evidente que pesan más allá del “maltusianismo”.

La política del actual presidente de los EUA, bien sea para consolidarse en su enclave presidencial muy “empicheado” por los demócratas, o para recordarnos que el pentágono sigue conservando su hegemonía guerrera, hace un par de días le mostró al mundo el espectacular sorpresivo asesinato del líder iraní Qassem Soleimani, una leyenda en aquella nación; hecho éste que ha sorprendido a muchos, particularmente a quienes por estas calles han venido insistiendo en los últimos años, en que la doctrina de Monroe ya no vale para mucho y la imaginan difuminándose, como “una comiquita” de cine mudo… Amanecerá y veremos, dirán otros, quizás los más osados, o quienes padecen de elucubraciones pitonísicas (?)...

 Maracaibo, domingo 5 de enero, 2020

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