martes, 29 de octubre de 2019

Denzil Romero


Denzil Romero

Denzil Romero (1938–1999) fue un escritor que nació en Aragua de Barcelona, ciudad conocida también como “La Atenas de Oriente”, en el Estado Anzóategui. Hijo de Carmen R. Romero y Juan Vicente Cabezas. La disciplina docente de su madre y de sus tías contribuiría a que fuera el mejor alumno de su escuela, pero en el bachillerato tuvo contratiempos por el régimen dictatorial que vivió Venezuela de 1948 a 1958. Estudió 1° y 2° año en el liceo Narciso Fragachán de Aragua de Barcelona; el 3° en el liceo Fermín Toro de Caracas; el 4° en el Pedro Gual de Valencia y se graduó de bachiller en el liceo Libertador de Mérida. “Nunca aprendí a nadar, apenas elevé uno que otro papagayo y soy hijo de maestros de escuela, por lo que puedo decir sin jactancia que a los 15 años ya me había leído la literatura clásica española. Admito que en mi formación influyeron algunos escritores, de los cuales sólo te voy a nombrar a Alejo Carpentier, Carlos Fuentes, Jorge Luis Borges, José Donoso, Juan José Arreola, Reinaldo Arenas, Marcel Proust, William Faulkner... y de aquí, Ramos Sucre, Arvelo Torrealba, Enrique Arvelo...”

Denzil se graduó de abogado en 1961 y dos años más tarde, en 1963, de profesor en el Instituto Pedagógico de Caracas. El ejercicio del derecho le dio éxito profesional y económico, con lo cual pudo formar una familia, junto con la profesora Maritza Corrales, su esposa durante 40 años. Denzil Romero abandonaría el ejercicio del derecho, y se dedicó por completo a la literatura, como narrador, ensayista y cronista literario. En 1977 publicó el cuento “El hombre contra el hombre”, que luego aparecerá, junto con otros cuentos más, en Infundios (1978). Esta obra obtuvo el Premio Municipal del Distrito Sucre ese mismo año. Siempre dentro de la narrativa corta, Romero publicaría El invencionero en 1981, con el cual ganaría el Premio CONAC de narrativa en 1983. Algunos historiadores y escritores, entre los cuales se encuentran Luis Alberto Crespo definirían el estilo de Denzil Romero aludiendo a la “exageración de lo real”. Según la opinión del escritor Juan Liscano, “los siete cuentos de Infundios sedujeron por la riqueza del lenguaje, el poder fabulatorio, la mezcla de elementos culturales ajenos al criollismo agrario o urbano», la combinación de lo histórico y lo esotérico, de lo erótico y lo seudorrealista.

La narrativa de Denzil desarrolla una temática que va de lo raigal telúrico venezolano, al eurocentrismo medieval renacentista, especialmente en sus cuentos “El hombre contra el hombre” y “La saga de Juan de Grosseteste”, respectivamente. Simultáneamente con ambas publicaciones, va escribiendo una obra de mayor aliento, La tragedia del Generalísimo, sobre el Precursor de la Independencia Americana, Francisco de Miranda y lo publica en 1983. Para ese mismo año el libro obtiene el Premio Casa de las Américas, La Habana, Cuba. Dos años más tarde, 1985, fue finalista del Premio Rómulo Gallegos de Venezuela, y para 1987 ya había alcanzado su cuarta edición.

Con Lugar de crónicas (1985) se abre un remanso en su obra literaria, trae entre otros trabajos, “El muchacho que era yo”, en el que el autor evoca su infancia; ganador del premio Mejor Artículo del año del diario El Nacional en 1985. Con Entrego los demonios, continúa el “vagavagar” de su vida entre la realidad y la ficción. Después vuelve al tema del generalísimo Miranda, con Gran Tour, novela publicada en España por Laía en 1987 y por Alfadil en Caracas, 1988. Ese mismo año, Alfadil le publica también una serie de cuentos, titulada Tardía declaración de amor de Seraphine Louis.

Tomando la historia como pretexto escribió La esposa del doctor Thorne, en una versión novelesca sobre la vida de Manuelita Sáenz, amante del Libertador Simón Bolívar, con la cual ganaría el X Premio La Sonrisa Vertical de TusQuest Editores, Barcelona, España en 1988. La vida erótica de Manuelita le permitió crear un personaje tan polémico y controversial, que un académico ecuatoriano de la historia lo retó a un duelo a muerte. Denzil Romero, gracias a una imaginación sostenida por sus conocimientos de la historia grande de América, se situó en una época, en unos lugares y en medio de unos acontecimientos que enriquecen aún más la lectura lúdica de sus páginas, en las que un jurado reconoció por mayoría la obra de un escritor en pleno dominio de su estilo, de sus conocimientos y de sus fantasías. En 1990 aparece La carujada, publicada por la Editorial Planeta de Venezuela, en la cual recrea la trágica vida novelesca de Pedro Carujo, considerado como un anti héroe, por su participación en la conjura contra el Libertador Simón Bolívar, el 25 de septiembre de 1828, en Bogotá; así como en la conspiración contra el presidente de Venezuela, José María Vargas en 1835. 

Como la mayoría de los escritores de su generación, Denzil Romero pasó por el mundo de la bohemia. Y en su novela Parece que fue ayer, publicación de Planeta en 1991, recrea esos mundos de vivencias y recuerdos. Pero no abandona lo histórico, cuando recoge una antología de cronistas e historiadores de Indias, que publicó Planeta en 1993, con el nombre de Códice del Nuevo Mundo. Y una extraña y medio mítica novela, titulada Tonatio Castillán o un tal Dios Sol, que magnifica la vida de Pedro de Alvarado, el segundo de Hernán Cortés en la Conquista de México. Con su libro El corazón en la mano (1977), Denzil vuelve al cuento, género con el que se inició. Entrego los demonios. 1ª. Ed. Mérida. Universidad de los Andes, 1997. Sin embargo, no olvida su propósito novelesco sobre el generalísimo Miranda, cuando publica Amores, Pasiones y Vicios de la Gran Catalina, Grijalbo 1997 y Para seguir el vagavagar, Monte Avila 1998, con las cuales prácticamente cierra el bildugnsroman sobre la vida del general Padeciendo desde hacía varios años por un severo enfisema, Denzil Romero fallecerá en Valencia en el mes de marzo en 1999. 

Para finalizar no he resistido la tentación de citar a mi amigo, el escritor Eduardo Liendo, quien amablemente aceptó prologar mi novela “La Entropía Tropical” y con sus favorables comentarios que expresara el día 10 de marzo de 1990 en Caracas, durante la presentación de mi novela “Para subir al cielo…”. En aquellos momentos se refirió a Denzil quien había fallecido unos días antes. Citaré aquí, parte de sus comentarios: “La escritura de Jorge es verdaderamente espléndida, es un barroco, pero no un barroco onanista, sino muy consubstancial con sus temas que son de un magnífico oficio, y explico, que el protagonista de las novelas de Jorge, es el lenguaje. Me recuerda al lamentablemente desaparecido, apenas anteayer, Denzil Romero. Hay una relación de comunicación entre ambos lenguajes. Les digo esto, para”…  etc, etc.

Maracaibo, martes 29 de octubre, 2019

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