Pulpos inteligentes
Hace unos días, decía en el blog que los pulpos, eran los nuevos grandes intelectos de moda. “Tienen un gran cerebro pero además un sistema de ganglios que forman centros nerviosos y envían mucha información desde todo el cuerpo: algo similar a una red, como Internet”. Estas cosas las comentaba el famoso primatólogo, Frans de Waal quien añadía: “Es muy difícil saber lo que siente un pulpo, ciertamente. Lo es incluso saberlo de un humano”(https://bit.ly/32PcrJ2).
Existen cerca de 200 especies de pulpos que se distribuyen en todas las aguas marinas del globo terráqueo. Los pulpos son cefalópodos, es decir, son animales marinos que forman parte de los moluscos con ocho brazos cubiertos de ventosas y un cuerpo musculoso sin huesos ni conchas, pero resulta que al estudiarlos ellos muestran algunas similitudes inquietantes con el ser humano… Detrás de unos ojos que miran fijamente, su cerebro funciona de forma sorprendentemente parecida al nuestro y su curiosidad y su deseo de explorar nos recuerdan nuestra propia sed de conocimiento.
En realidad, el comportamiento de los pulpos parece indicar una inteligencia impresionante. La etología, es la ciencia que estudia la conducta, y cuando se estudia esta inteligencia, que más bien se debería denominar cognición, las habilidades cognitivas se pueden definir como los procesos mediante los que la información del entorno se percibe, se procesa, se transforma, se retiene y luego se utiliza para tomar decisiones y actuar. Una cosa es cierta: los pulpos exhiben una gran flexibilidad en su comportamiento, ya sea en su entorno natural o en el acuario de un laboratorio. El cerebro de los pulpos funciona de forma sorprendentemente parecida al nuestro y su curiosidad y su deseo de explorar nos recuerdan nuestra propia sed de conocimiento.
Frente a sus múltiples depredadores, los pulpos son maestros del camuflaje. Pueden imitar su entorno cambiando el color y la textura de su piel al instante y de diversas formas, gracias a unas células pigmentadas llamadas cromatóforos y múltiples músculos que cubren su epidermis. Aunque los pulpos sean formidables depredadores en ausencia de un caparazón, los pulpos son muy vulnerables, por lo que buscarán esconderse, preferiblemente debajo de una roca. Pueden usar su visión y camuflaje para cazar, o sus brazos para explorar, tocar y saborear el entorno y agarrar cualquier alimento a su alcance.
Las habilidades cognitivas de los pulpos también se estudian ampliamente en el laboratorio. Por ejemplo, el laboratorio de EthoS actualmente está trabajando en las habilidades de memoria y planificación del pulpo común. Al consumir mariscos y moluscos, los pulpos pueden forzar la apertura del caparazón, deslizando un pequeño guijarro para bloquear el cierre, o inyectando una toxina paralizante que permitirá que el caparazón se abra fácilmente. La toxina se inocula en un músculo muy preciso después de perforar el caparazón y el pulpo debe aprender y recordar dónde perforar cada caparazón.
Los pulpos muestran discriminación condicional, es decir, pueden modificar su elección en función del contexto: por ejemplo, pueden aprender a atacar un objeto solo en presencia de burbujas en su entorno y a contenerse en su ausencia. Son capaces del aprendizaje espacial y pueden encontrar un refugio invisible mientras recuerdan su posición en el espacio. También pueden usar señales visuales para aprender a orientar su brazo en un dispositivo opaco, pero si regresamos a la definición de inteligencia, se observa que los pulpos validan todas las condiciones: muestran gran flexibilidad en la obtención de información (uso de varios sentidos, aprendizaje social), en el procesamiento de esta información (aprendizaje discriminativo y condicional), en su retención (memoria de largo plazo), y en su uso (adaptación de comportamiento ante diferentes depredadores y presas).
Pueden aprender observando a sus compañeros. Esto es sorprendente, porque son animales descritos como predominantemente solitarios (aunque ocasionalmente se han observado comunidades). Sin embargo, después de observar a un congénere elegir un objeto en particular, el pulpo puede reproducir este comportamiento sin aprendizaje adicional. Pero, aunque sean impresionantes en sus aprendizajes de laboratorio, los pulpos siguen siendo animales sorprendentemente erráticos en sus respuestas, especialmente en experimentos de discriminación visual, donde su desempeño rara vez supera el 80% de éxito cuando otros animales casi logran la perfección.
Como dato interesante aunque no parezca relacionarse con la inteligencia, en la mayoría de las especies de pulpo después de practicar sexo, la hembra concretamente, se zampa al macho… Para no acabar siendo “su merienda”, el pulpo macho suele "saltar sobre ella, copular en una postura en la que quede lo más lejos posible del alcance de su boca y salir disparado nada más “al acabar". Esta conducta de apareamiento es conocida desde 1982, cuando el biólogo marino panameño Arcadio Rodaniche publicó su hallazgo que fue sin embargo ignorado por los expertos. Unos 30 años después, Ross y Roy Caldwell, de la Universidad de California en Berkeley, confirmaría lo observado por Rodaniche. (Esta es una situación ya descrita antes…).
Un equipo de científicos de la Universidad de Bonn usando una combinación de técnicas mínimamente invasivas acaba de dar a conocer una nueva especie de “pulpo dumbo” de aguas profundas. El único espécimen identificado hasta el momento, es un macho maduro al que los científicos denominaron Grimpoteuthis imperator en honor a los montes submarinos Emperador, situados al noroeste del océano Pacífico donde fue descubierto. Como curiosidad, además del nombre científico en latín, los autores del estudio también han sugerido algunos posibles nombres comunes, para la especie, como Emperador Dumbo, Dumbo Imperial o Kaiser Dumbo.,
Alexander Ziegler y Christina Sagorny han combinado una amplia gama de métodos no invasivos que incluyeron la fotografía digital, mediciones estandarizadas, imágenes de resonancia magnética (MRI) de campo alto y microtomografía computerizada -micro TC-, para estudiar a los pulpos. El análisis de una mínima muestra de tejido, sirvió a los investigadores para analizar el ADN de la especie, así como para recopilar información morfológica y molecular del ejemplar. Como resultado de la combinación de técnicas no invasivas y mínimamente invasivas han logrado describir por primera vez un gran espécimen zoológico de las profundidades abisales sin dañarlo.
Maracaibo, miércoles 9 de diciembre del año 2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario