lunes, 2 de septiembre de 2019

Lejanos tiempos, de criminal desidia…


Lejanos tiempos, de criminal desidia…

Algunas de las publicaciones del Microscopio electrónico (ME) del Sanatorio Antituberculoso de Maracaibo, se dieron tardíamente hasta en el año 1981(García Tamayo J, Maldonado Alvarez C. Lysosomal response during the development of rabies virus in the spinal cord. Patología-Mex-,19: 240-261,1981)... Lo cierto es que existió toda una historia de trabajo y dedicación, la cual es cuantificable a través de los resultados ofrecidos por el personal de un Laboratorio de ME que insistió hace ya unos cuantos años, en demostrar como en nuestro medio, si era posible hacer investigación, y publicar los resultados en revistas calificadas nacionales y/o foráneas indexadas.

El doctor Pedro Iturbe, en su ilusión de acercar cada vez más el ejercicio de la medicina a la realidad de nuestros pacientes, había decidido en aquel tiempo, dedicarle todos sus esfuerzos a organizar y a consolidar la Medicina Familiar, como una importante especialidad, hasta un punto tal, como en todo lo que él se proponía, que llegaría a ser considerado internacionalmente como “Padre de la Medicina Familiar”. Su separación de la Dirección del Sanatorio para dedicarse a estos menesteres, fue seguida por la transformación en noviembre del año 1974 del Sanatorio Antituberculoso de Maracaibo, en el “Hospital General del Sur de Maracaibo”.

El Laboratorio de Microscopía Electrónica, que había sido creado como parte del Servicio de Patología, dependía absolutamente para su funcionamiento de la Dirección del Sanatorio, y lamentablemente, no había contado nunca con el respaldo del Jefe del Servicio de Patología, por lo que ante la nueva situación quedó huérfano de apoyo para sus proyectos de investigación. A estas dificultades, a la imposibilidad de conseguir recursos para la adquisición de los reactivos requeridos, y otra serie de problemas, resultaron tan disparatados que me dieron material para escribir la novela “La Entropía Tropical”. A estos problemas vino a sumarse el traslado del técnico del laboratorio a la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia.

Estas situaciones llevaron al jefe del laboratorio, quien suscribe, a atender varias proposiciones para trabajar durante una temporada como neuropatólogo en el hospital Vargas de Caracas donde algunos neurocirujanos (los doctores Del Corral y Galera), recién venidos de hacer neurocirugía estereotáxica en el instituto Karolisnka de Suecia, querían consolidar un equipo de investigación para esos menesteres. El disfrute de un año sabático en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad del Zulia, pensé que me daría tiempo para organizar algunos de los conflictos en marcha y el Laboratorio quedó extraoficialmente en manos del Profesor Etanislao Del Conte, un investigador serio y muy responsable con quien habíamos trabajado y publicado varios trabajos. Lamentablemente, el Profesor Del Conte, era personal de la Universidad del Zulia y el Laboratorio de ME como dependencia del Servicio de Patología, en pocos meses se desentendió de él y cayó en un total abandono. Llegaron a proponer regalar el ME y otras medidas mientras el tiempo comenzó a correr…

Lo que ocurrió en los años sucesivos y sus resultados también está todo escrito y documentado en un libro de ensayos denominado “Reflexiones de un Anatomopatólogo” específicamente en un artículo titulado “Desidia vs Crimen”, el cual se inicia de esta manera. “Hace un par de semanas, regresé después de once años de ausencia a visitar el Laboratorio de microscopía electrónica del hospital General del Sur, sitio que fuera por años mi mayor ilusión y el orgullo de muchos colegas zulianos”... ...“Caminé tras mis huellas de once años ausente, un dolor lacerante me desgarraba el alma”...“Las máquinas sangraron y se secó el aceite, entre el polvo, linóleo despegado. Cual vísceras protruyen las entrañas de los microcircuitos, los cables en maraña, los tubos recortados, disueltos pequeñitos circuitos integrados... ¡Canallas!, lo pensé. ¿A quién clamar justicia?”... ...“lo habían cubierto con una manta gris, lo asieron con mecates, su inmensa mole había sido velada, tal vez alguien sintiera un soplo de vergüenza… ...saqueado y en total abandono, cual paciente que en vida sufriese de un horrendo mal crónico, allí estaba escondido, entre trapos, el cuerpo más grande del delito, el que fuera un famoso microscopio electrónico”.

Estos hechos fueron denunciados ante la Sociedad Venezolana de Anatomía Patológica el año 1986 solicitándose una investigación y un voto de censura para los anatomopatólogos que resultasen responsables. Una comisión designada para tal efecto, investigó los hechos, la comisión era de personajes de la misma ciudad, en 1987, un año después, no se habían pronunciado. Sucedió lo de siempre. No hubo culpables.

Al final el artículo (Desidia vs Crimen) reza: “Todavía nadie dice nada, nadie sabe nada. ¿Será desidia? Estas son simplemente algunas reflexiones alrededor de una situación triste que pregona el mal que nos corroe a los venezolanos. La impunidad”.

Nota : lo aquí publicado hoy, está textualmente tomado del libro: LA MICROSCOPÍA ELECTRÓNICA EN VENEZUELA. ORÍGENES Y DESARROLLO (2010) del Dr José A. Serrano. Coordinador. ULA, Mérida, Venezuela; en la primera parte de “TREINTA Y CINCO AÑOS EN LA HISTORIA VENEZOLANA DE DOS MICROSCOPIOS ELECTRÓNICOS (De 1962 a 1997) escrita por Jorge García Tamayo.

Mississauga, Ontario, lunes 2 de septiembre (labor day) aún en Canadá, en 2019

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