viernes, 21 de junio de 2019

Vargas: el hombre justo y de bien.



Vargas: el hombre justo y de bien.
-“Doctor Vargas, el mundo es de los valientes”. Así gritó Carujo a las puertas de la casa del presidente, y Vargas desde adentro respondería: “No, el mundo es del hombre justo. Es el hombre de bien, y no del valiente, el que siempre ha vivido y vivirá feliz sobre la tierra y seguro sobre su conciencia”.

José Ignacio Moreno León ya nos había señalado como Andrés Eloy en su obra Vargas, el albacea de la angustia, asomaría su crítica al militarismo al resaltar la justeza y valentía del ilustre sabio quien rechazó con contundentes argumentos civilistas y éticos las pretensiones golpistas del usurpador castrense. Quien fungía como paladín de los militares alzados el 8 de julio de 1835 quería frustrar el esfuerzo civilizador de Páez, que apoyaba a Vargas dando testimonio de un prócer y centauro militar, no militarista. El ilustre bardo cumanés no podía pasar por alto el drama histórico de un país que desde 1830 había estado gobernado por militares con pocos intervalos civiles en el siglo XIX, durante los cuales el Jefe del Estado siempre estuvo bajo la tutela del caudillo castrense que lo postuló, o dependiendo de las montoneras que lo sostenía en el poder.

El 9 de marzo de 1864, el mariscal Juan Crisóstomo Falcón, decidió decretar la creación del Distrito Federal de Venezuela, reuniendo los viejos cantones de Caracas, La Guaira y Maiquetía, que a partir de entonces se convertirían en los departamentos Libertador, Vargas y Aguado. Desde 1864, los habitantes de La Guaira asumieron el nombre Vargas, que se mantuvo como un departamento del Distrito Federal hasta el 3 de julio de 1998, cuando el presidente Rafael Caldera decretó su autonomía y lo convirtió en el estado número 23 de la República. En estos días, como quien dice “por estas calles”, por orden de Jorge Luis García Carneiro, Vargas se llamará, estado La Guaira, tal como lo refirió el usurpador Nicolás Maduro hace un par de semanas en cadena nacional.

Cabe recordar que Vargas fue la última entidad en ser considerada Estado de Venezuela, luego de ser separada del Distrito Capital. Desde su llegada al poder, el chavismo no ha perdido la capacidad que tiene para sorprender a los venezolanos con ocurrencias de sus dirigentes. Ahora los chavistas le cambian el nombre de Estado Vargas a La Guaira. Actualmente cuando el país atraviesa la peor crisis de su historia, algo que parecía imposible  se ha logrado y la vicepresidenta del Clev, Olga Figueroa, declaró frescamente que: “aunque la Constitución regional no contempla la modificación, decidimos subordinarnos a la Constitución nacional y a la Asamblea Nacional Constituyente”. Así fue aprobada la modificación a la constitución regional para que el Estado Vargas sea llamado ahora, estado La Guaira.

El historiador Tomás Straka considera que los motivos de la modificación del nombre están articulados con la pretensión del chavismo por cambiar la historia nacional; un esfuerzo que considera típico de las revoluciones con visos totalitarios, que buscan ampliar su control en la sociedad, como lo hemos visto hacer con la bandera, el escudo, el rostro de Simón Bolívar, y hasta el nombre del país. Elías Pino Iturrieta concuerda con esta última afirmación de Tomás Straka; “si supieran de veras lo que significó Vargas para la modernización de cuño capitalista toparíamos con motivos consistentes, pero no saben nada al respecto”. “Cambiar a Vargas por Carujo es algo difícil de tragar”… “Parecen cosas guzmancistas… de los cambios que hizo en el mapa, hoy no se acuerda nadie”. “Quizá la razón se encuentre en conversas de botiquín”...

Carolina Guerrero, autora de la última biografía sobre el personaje, publicada en 2006 considera que: “La figura de José María Vargas no es consistente con el discurso socialista. Vargas le declaró la guerra a la vagancia, habló del trabajo como pilar de la república y vinculó el destino de la sociedad al fomento de la riqueza de los particulares. Todo esto lo convierte en un contrarrevolucionario desde los clichés chavistas”. Guerrero también coincide con Straka en que: “Borrar lo civil de la historia es un interés por parte del militarismo imperante”; Straka lo deja entrever: “Es simbólico que el héroe del civismo, el hombre que se planteó en frente de Carujo y dijo que el mundo es de la justicia, sea borrado de la toponimia precisamente por este gobierno, a petición de un militar”. 

-“Venezuela siempre ha tenido gente como Vargas, gente decente y buena. Lamentablemente, el destino del país ha estado mayormente en manos de los Carujos que de los Vargas” Es Laureano Márquez, quien así se expresa, y continúa.  -“No, Carujo no ha triunfado. Este país nuestro, está lleno de Vargas, en la medicina, en la música, en el arte, en la literatura, en el deporte, en la ciencia. Los jóvenes venezolanos que en medio de esta tragedia luchan por ser excelentes dentro y fuera del país, son los Vargas que reemplazarán a estos grandes Carujos. A veces tanto dolor y sufrimiento le lleva a uno a dudar, sin embargo, Carujo nunca tendrá razón: “Es el hombre de bien, y no del valiente, el que siempre ha vivido y vivirá feliz sobre la tierra y seguro sobre su conciencia”. Vargas habrá de volver y con él, la civilidad, la honestidad, la inteligencia, y la bondad.

Mississauga, Ontario,   martes 18  de junio del año 2019

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