Las motivaciones de Fernández Morán
Conversando con mi amigo José Esparza, discurríamos virtualmente sobre las
motivaciones del doctor Humberto Fernández Morán que pudiesen haber sido
decisivas para para definir el rumbo de su vida por el cauce de la investigación,
y será sobre este asunto al que me voy a referir para relatar los variados escenarios
que, personalmente creo, fueron importantes para hacer de él un personaje
crucial en la historia de la investigación científica universal.
Nacido el 18 de febrero de 1924, Humberto
Fernández Morán (HFM) personalmente relatará un episodio que suena casi como el
inicio de “Cien años de soledad” y se ha planteado sobre aquella situación, que
quizás fue determinante y quien sabe hasta qué extremo afianzaría ese vínculo
paterno que fue tan importante en su vida. “A la edad de 5 años, mi mamá me vistió para
que fuéramos a solicitar la libertad de mi padre”… Luis Fernández
Morán, su padre había sido hecho preso por razones políticas y la madre, Elena
Villalobos con el niño, se acercaron hasta la residencia del Presidente del
Estado, General Vicencio Pérez Soto quien los recibió estando su esposa
presente. HFM niño se dirigió al Presidente en estos términos. “Vengo
para que me entregue a mi papaíto. ¡I me lo entrega ya!” La esposa de
Pérez Soto se conmovió con las palabras del niño e intercedió ante su marido para
liberar al prisionero. Esa misma tarde don Luis Fernández Morán fue puesto en
libertad. La familia emigraría a Curazao y desde allí a los Estados Unidos.
Entre 1929 y 1936 la familia
vivió en Nueva York y HFM estudiaría bachillerato en la Witt Junior High
School, para más adelante viajar a Londres y a París donde estudiaría
perfeccionado sus conocimientos de los idiomas. Así durante esos seis años
(1929-1936) consolidaría su bachillerato. A la muerte de Gómez, el año 1936, la
familia regresó a Maracaibo. De todos es bien conocida la historia de cómo HFM
estudiaría en el Colegio Alemán que estaba ubicado en “La Casa de Morales”. Se
ha dicho que sus conocimientos de ese idioma, se perfeccionaron con la ayuda
del director del Colegio, y estos le sirvieron para descifrar unos planos
ininteligibles (estaban en alemán y no había quien los entendiese) de una
cervecería y se los llevaron a don Luis quien se los pasó a su hijo. Tras
estudiarlos, el muchacho pondría a funcionar la maquinaria paralizada de la
cervecería que funcionaba en Los Haticos. En esta etapa de su adolescencia, su
padre tomaría la crucial decisión de
enviarlo a estudiar en Alemania.
En las montañas de Turingia, don
Luis seleccionaría el Liceo Scuhgeneinde Wichersdorf que era “humanístico,
monástico y militar” donde el adolescente completó el bachillerato y cumplió
actividades deportivas como esgrima, equitación y tras ser derrotado, ganó el
campeonato de boxeo del Liceo. Sobre esos años HFM escribiría. “Me
vi enfrentado al dolor y mi primer impulso fue regresar y abandonar todos
aquello, pero papaíto que me escribía y me guiaba cada semana sin fallar y se
fue desarrollando en mí el espíritu de lucha y persistencia, con sabiduría,
amor y firmeza”. Graduado a los 15 años se marchó a Munich para
estudiar Medicina. Estudiaría Medicina entre 1939 y 1944, Alemania era una
nación en guerra y el joven estudiante debió presenciar enfermedades, y muchas
lesiones producto de la guerra. Conocería el dolor de los enfermos enfrentando
a la muerte. Se graduaría de Médico y luego recibiría el Doctorado en Ciencias
Médicas, Summa Cum Laude. HFM
relataría como al final de su carrera. ”El rector, austero y enlutado me entregó
con visible ansia el diploma, pues allí la atmósfera albergaba una constante
amenaza y se esperaba de un momento a otro el próximo ataque aéreo”.
De vuelta a su patria HFM
llegaría a Caracas en 1944 y tomaría cursos en el Instituto de Medicina
Tropical de la UCV para luego de aprobar un examen, revalidar el título de
médico, siendo calificado como Summa Cum
Laude. Ya en su tierra, viajaría hasta Los Andes y estaría en el hotel
Guadalupe de La Puerta y luego en Maracaibo ejercería como médico en el hospital
Psiquiátrico dirigido por el Dr Tibaldo Fuenmayor Nava. HFM escribiría sobre estos tiempos: “…deprimido
por la futilidad de ver enfermos morir de tumores del cerebro, a despecho de
nuestros esfuerzos, me entregué de lleno a la investigación básica con el deseo
de aprender más sobre estos tumores”. Con su padre planifica el viaje y
selecciona la Universidad George Washington en los Estados Unidos para estudiar
neuropatología con el profesor Walter Freeman.
Ese año, 1946, ya estaba decidido y se marcha a Washington en los
Estados Unidos para estudiar Neurología y Neuropatología con el Profesor Walter
Freeman en el hospital de la Universidad George Washigton en Washigton DC y
allí es interno y luego residente de Neuropatología. Freeman era el pionero de
las lobotomías y trabajaba en el campo de la psiconeurocirugía. La última circunstancia que cambiaría definitivamente el rumbo y orientaría
definitivamente la vida del Dr. Humberto Fernández Morán fue una entrevista que
él ha descrito en detalle y que se produjo a mediados de 1946 cuando se acercaría hasta la
Universidad de Princeton, donde estaba Albert Einstein y fue el famoso
científico quien le recomendará al joven venezolano de 22 años, que estudiase
en Escandinavia.
HFM narrará; “Me
preguntó en que me había graduado y le contesté que en Medicina pero que había
tomado mucha matemática y física porque fueron mi primer intento, que me
interesaban mucho los estudios del cerebro y que yo quería pedirle un favor,
que me aconsejara. Me aconsejó: Einstein le diría que en Escandinavia
estaba su amigo Nilih Born y esa será, precisamente la referencia que llevará a
HFM hasta Estocolmo, en Suecia.
Sería probablemente ese año 1946, cuando al volver de los Estados Unidos
al hospital psiquiátrico de Maracaibo, HFM realizaría, en 25 pacientes, un
procedimiento para calmar a los enfermos de esquizofrenia. Leucotomías e
inyecciones en los lóbulos prefrontales usando la vía transorbitaria, un
estudio que fue publicado en el Volumen 4 de la Revista Archivos de la Sociedad
Venezolana de ORL, Oftalmología y Neurología en 1946. Así, ya a finales de
1946, el joven HFM arribaría al Instituto Karolinska en Estocolmo y se
iniciaría trabajando con el Profesor Tobjorn Caspersson y en el hospital
Serafirmerlasseratet con el Profesor Heberto Olivercrona. Allí pronto obtendrá
la Licenciatura en Biofísica y una Maestría en Biología Celular y Genética,
para graduarse de PhD en Biofísica de la Universidad de Estocolmo en 1951,
cuando ya era Profesor Asociado del Instituto Karolinska, sería condecorado al
año siguiente, 1952, con la Orden de "Caballero
de la Estrella Polar" por el Rey Gustavo Adolfo de Suecia. Para esa
época, le escribiría a su amigo, Matos Romero: "…continuaré desafiando el
destino y buscando lo que me pertenece, que es mi patria”.
En un libro publicado en 1953 en
Caracas, la dedicatoria escueta dice: “a
la memoria de mi padre, Luis Fernández Morán”. (R Jimenéz Maggiolo) El libro era: “La organización Submicroscópica
del Segmento Interanular de las Fibras nerviosas Meduladas en los Vertebrados”.
HFM diría: “Al
final de esta reminiscencia quisiera rememorar al ser a quien más quiero y a
quien más debo: a mi padre” Fue
su padre quien pudo acompañarle más tiempo en el exterior y compartir con él
dificultades, que las hubo. De seguida agregaría: “él fue quien adelantó siempre la
magnífica fe en mi porvenir, quien sacrificó todo y no por último el deseo de
verme a su lado por labrarme un porvenir mejor”.
Maracaibo 28 de abril 2018
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