El cráter de Chicxulub
"La Frontera KT" llamada en alemán:
Kreide/Tertiär, es la capa de piedra debajo de la superficie terrestre la cual
es abundante en metales raros también encontrados en los cometas y asteroides.
Existe la hipótesis de un evento ligado a la extinción acaecido por el choque de un objeto extraterrestre contra la Tierra hace sesenta y seis millones de años, y se plantea que la colisión se
produjo cuando un meteorito, asteroide o cometa de unos diez kilómetros de largo atravesó la atmósfera e impactó a
75 000 km/h frente a las actuales costas de Yucatán. Se cree que el impacto
causó seis efectos directos sobre la vida en la Tierra, 1- un cráter de unos
200 km de diámetro, el cráter de Chicxulub. 2- cambios en la corteza terrestre 3-
también en el clima, con un calentamiento
inicial y un enfriamiento posterior. Todo ello provocó o contribuyó a provocar
el 4to evento: denominado extinción masiva del Cretácico-Paleógeno, con la desaparición del 76 % de las especies existentes, incluyendo 5to: el fin de los dinosaurios como el escalón más alto de la cadena
alimenticia y 6- la posterior ocupación de dicho lugar por los mamíferos, quedando un único grupo
de dinosaurios supervivientes, las aves. Todos estos cambios
quedaron documentados en el registro geológico, a partir del denominado límite T/K, y supusieron un cambio
de era geológica: extinción masiva del Cretácico-Terciario y el fin del Mesozoico con el inicio del Cenozoico.
El
cráter de Chicxulub
apoya la teoría postulada por el fallecido Luis Álvarez y su hijo, el geólogo Walter Álvarez, que hace alusión
al hecho de que la extinción de numerosos grupos de animales y plantas,
incluyendo los dinosaurios podría haber sido el resultado
del impacto de un bólido. La prueba principal del
impacto, aparte del cráter en sí, se encuentra en una fina capa de arcilla, presente en el límite K/T de
todo el mundo. A finales de la década de 1970, los Álvarez y sus colaboradores
informaron que contenía una concentración anormalmente alta de iridio. En
esta capa, los niveles de iridio llegaban a 0,006 ppm en peso o más, los
meteoritos contienen unas 0,47 partes por millón de este elemento, de donde se
teorizó que el iridio se extendió por la atmósfera cuando el bólido fue
vaporizado y que se depositó en la superficie de la Tierra junto con otro
material expulsado por el impacto, formando así la capa de arcilla rica en iridio.
Los Álvarez, ambos trabajando
entonces en la Universidad de California Berkeley, postularon que la extinción fue aproximadamente
contemporánea con la fecha estimada de la formación del cráter de Chicxulub,
que como bien se arguye fue el resultado de un fuerte impacto. Esta teoría goza
actualmente de una aceptación amplia, pero no universal, por parte de la
comunidad científica. Algunos críticos, entre los que se encuentra el paleontólogo Robert Bakker, argumentan que un
impacto tal habría matado a las ranas junto con los dinosaurios, aunque las ranas sobrevivieron a la exteinción. Sin embargo, Gerta Keller de la Universidad de Princeton,
argumentó, por su lado, que recientes muestras de roca de Chicxulub demuestran
que el impacto se produjo unos 300 000 años antes de la extinción, de modo que no podría haber sido el
factor causante.
El 5
de septiembre de 2007,
se sugirió un posible origen para el asteroide que creó el cráter de Chicxulub
en un informe publicado en la revista científica Nature. William F. Booke, David Vokrouhlický y David Nesvormý, argumentaban que
una colisión producida hace 160 millones de años en el cinturón de asteroides
creó la familia de los asteroides de Baptistina, cuyo miembro superviviente mayor es Baptistina, y sugirieron que el
«asteroide de Chicxulub» también era miembro de este grupo, apoyándose en la
presencia de cromo
en diversos afloramientos del límite K/T y en un meteorito hallado en
sedimentos del mismo límite, en el norte del océano Pacífico, que indicarían que
podría haber pertenecido a la poco frecuente clase de asteroides llamados "condritas" carbonáceas», clase a la que pertenece la familia de Baptistina. Según
Bottke, el aerolito de Chicxulub era un fragmento de unos 60 km
de diámetro escindido de un cuerpo padre mucho mayor, de
unos 170 km.
En años recientes, se han
descubierto otros cráteres como el de Chicxulub, todos entre las latitudes 20°N
y 70°N. Entre ellos se pueden mencionar al cráter Silverpit, ubicado en el mar del Norte frente a las costas
del Reino Unido, y al cráter
Boltysh en Ucrania. Ambos son mucho más
pequeños que Chicxulub, pero probablemente fueron
causados por objetos de decenas de metros de largo que impactaron contra la
Tierra. En marzo de 2010,, y tras una revisión de
estudios, 38 expertos de Europa, Estados Unidos, México, Canadá y Japón, confirmaron, en un trabajo
publicado por la revista Science, que la extinción
masiva que se produjo hacia finales del período Cretácico, hace unos 65,5
millones de años, y que acabó con el dominio de los dinosaurios en la Tierra, fue originada por el impacto
de un asteroide. Con ello quedan desvirtuadas otras hipótesis anteriormente
postuladas, como la del vulcanismo masivo o la del depósito de microtectitas sobre el cráter con
300 000 años de antelación.
Maracaibo 25 de
abril 2018
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