Las úlceras de Buruli
En 1897, Sir Albert Cook, médico
británico que trabajaba en el Hospital Mengo de Kampala (Uganda), cuando
describió la existencia de unas úlceras
cutáneas de difícil cicatrización. En 1948, el profesor Peter MacCallum y sus
colaboradores hicieron una descripción detallada de la enfermedad
en seis pacientes de la zona de Bairnsdale, cercana a Melbourne (Australia),
y fueron los primeros que aislaron el microorganismo causante que resultó ser el Mycobacterium ulcerans.
En el sur de Australia la enfermedad todavía se conoce como úlcera de
Bairnsdale. Regresand al África, en la
década de los sesenta se registraron muchos casos en el condado de Buruli (el
actual distrito de Nakasongola), en Uganda, y de ahí procede el nombre más
común de la enfermedad: úlcera de Buruli (UB).
La Ulcera de Buruli es la tercera infección más común causada por una
micobacteria, Mycobacterium ulcerans. Las dos primeras corresponden a Mycobacterium tuberculosis y Mycobacterium leprae. Es una de las
enfermedades tropicales emergentes desatendidas actualmente. Es una enfermedad
necrotizante de la piel (en la dermis profunda y tejido subcutáneo), que afecta
principalmente a los niños, produciendo úlceras masivas, que desfiguran y puede
llegar a dejar lesiones incapacitantes de por vida. Debido a los escasos
conocimientos sobre la enfermedad, al aumento de su extensión geográfica y a
sus graves consecuencias, la Asamblea de la Salud adoptó en 2004 una nueva resolución
destinada a mejorar su vigilancia y control para a acelerar la investigación y
para desarrollar mejores instrumentos de control.
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El modo de transmisión sigue en estudio. Hay investigaciones que señalan
en África, a algunos insectos acuáticos del orden Hemiptera pueden albergar M.
ulcerans en sus glándulas salivares y transmitir la enfermedad a
animales de experimentación. Datos más recientes procedentes de Australia
indican que los mosquitos de las marismas son positivos para el ADN de M.
ulcerans, aunque todavía no se ha confirmado que transmitan el
microorganismo. No hay pruebas de que la enfermedad de transmita de persona a
persona. El modo más posible de la transmisión es local, un traumatismo pqueño
en la piel y una lesión, a menudo inadvertida. Lo permite la inoculación de M
ulcerans, que crece muy lentamente en vivo, tiene una temperatura
optima de crecimiento de aproximadamente 32ºC, lo que explica su predilección
por la piel. Los huesos pueden ser infectados, debido a la difusión linfática o
diseminación hematógena. Características importantes de la M ulcernas son, su
baja temperatura optima de crecimiento que hace de la piel y tejido subcutaneo
su territorio exclusivo. Su tasa de crecimiento lento por lo que las lesiones
progresan lentamente y la exotoxina mycolactona,
que tiene una gran potencia citotóxica e inmunosupresora. Este es el único
factor conocido de virulencia de la bacteria.
Maracaibo 27 de abril 2018
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