El tablero de ajedrez del diablo
II.
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Según señala el libro de Talbot,
Dulles consideraba a Kennedy una
potencial amenaza para la seguridad nacional, por lo que deseaba que el
país se librase de él. Fue JFK quien terminó forzando la dimisión del
diplomático a finales de noviembre de 1963, después de que la invasión de Bahía
de Cochinos dejase en evidencia a la CIA y, por extensión, al gobierno
estadounidense. Como asegura la historia apócrifa, Kennedy afirmó que le
gustaría “romper la CIA en pedazos y arrojarla al viento”. A pesar de su
relación con el presidente, que no garantizaba ninguna clase de imparcialidad,
Dulles formó parte de la Comisión Warrer, seguramente para evitar que los
planes de asesinar a Castro saliesen a la luz. Sintieron que Kennedy, por
doloroso que fuera, debía ser retirado. Y Dulles era el encargado del ala de
seguridad de esa parte del “establishment·.
“Mi conclusión tras 50 años de
investigación es que tenemos que admitir que hay una gran cantidad de pistas
circunstanciales que dicen que la CIA, al más alto nivel, se vio envuelta en el
encubrimiento”, Talbot ha
explicado que probablemente la CIA no actuó ni sola ni por cuenta propia. “Durante
el período de Kennedy existía la sensación de que había quebrado la hegemonía
de la Guerra Fría, que estaba poniendo al país en peligro y que era un
presidente joven y sin experiencia”. Por
eso, “sintieron que por el bien de la nación, aunque fuese doloroso, debía
ser retirado. Ese era el consenso sobre él. Y Dulles habría sido la persona,
como el ejecutor del ala de seguridad del 'establishment' americano, que se habría encargado del trabajo”.
Maracaibo 24 de
abril 2018
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